Este domingo 26 de octubre llega el cambio de hora: ¿adelantamos o atrasamos el reloj?

Este domingo 26 de octubre España entra en el horario de invierno en pleno debate por esta práctica. Los relojes cambian de hora y muchos se preguntan si por fin dormiremos más o menos.

Cambio al horario de invierno
La madrugada del domingo 26 de octubre cambiaremos al horario de invierno, pasando de las 03:00 a las 02:00 horas.

Cada año, cuando el calendario se acerca al final de octubre, reaparece una vieja costumbre que divide opiniones y despierta más dudas que certezas. Algunos lo ven como un simple ajuste rutinario; otros, como un cambio que trastoca el ritmo diario justo cuando el otoño ya empieza a sentirse en serio.

Lo cierto es que esta cita con el reloj se ha convertido en una tradición casi inevitable. Una de esas que todos recordamos a última hora del sábado, entre bostezos, y que vuelve a abrir el eterno debate sobre si realmente sigue teniendo sentido en pleno siglo XXI.

Cuando es el cambio de hora y qué hacer con el reloj

Este fin de semana vuelve ese momento del año que divide opiniones: el cambio al horario de invierno. Durante la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre, los relojes deberán retrasarse una hora. “A las tres serán las dos”, como se repite cada año. En Canarias, el ajuste será una hora antes: a las 02:00 horas volverá a ser la 01:00 horas.

Este cambio convierte el domingo en un día excepcional, con 25 horas oficiales, el más largo del año. A partir de entonces, las tardes se acortarán, los amaneceres serán más fríos y los anocheceres llegarán antes. Una transición que marca el final del horario de verano y el inicio de meses con menos luz.

Según el calendario publicado en el Boletín Oficial del Estado, el horario de invierno permanecerá activo hasta el 29 de marzo de 2026. Aunque cada año se reabre el debate sobre su conveniencia, por ahora la norma sigue vigente y sin fecha de caducidad.

¿Dormimos más o simplemente cambia la rutina?

La gran pregunta vuelve a aparecer: ¿ganamos una hora de sueño? En teoría, sí. La madrugada del domingo ofrecerá sesenta minutos extra de descanso, aunque eso no significa que el cuerpo lo note de inmediato. Los especialistas advierten que el cambio altera nuestro reloj biológico y puede provocar insomnio, somnolencia diurna o falta de concentración durante varios días.

Cambio al horario de invierno
El gesto de atrasar el reloj una hora anuncia el fin del horario de verano y el inicio de los días más cortos del año.

El Instituto Geográfico Nacional detalla cómo se reflejará el cambio en distintas zonas: en Madrid el Sol saldrá el domingo a las 07:38 horas, una hora antes que el día anterior, y anochecerá alrededor de las 18:19 horas. En Galicia amanecerá a las 08:00 horas, mientras que en Baleares el Sol se dejará ver hacia las 07:11 horas. Diferencias que recuerdan cómo el huso horario no se vive igual en todo el país.

En definitiva, ganamos tiempo en la cama, pero perdemos luz por las tardes. Esa sensación de que el día se acorta es lo que más cuesta asimilar: salir del trabajo de noche o tener la cena lista antes de las ocho será, otra vez, la nueva normalidad invernal.

Se aviva el eterno debate: ¿seguiremos con el cambio de hora?

La posibilidad de eliminar el cambio horario no es nueva. En 2018 la Comisión Europea propuso poner fin a este ajuste estacional, pero el acuerdo nunca llegó. Faltó consenso entre los países, y la pandemia y las tensiones internacionales aparcaron el tema. Desde entonces, todo sigue igual: cada último domingo de marzo y de octubre, los relojes se mueven.

La directiva europea que regula esta práctica está en vigor desde 2001. En ella se establece que todos los Estados miembros adopten el horario de verano en marzo y el de invierno en octubre. España, junto con otros diecisiete países, comparte el huso horario central europeo, mientras que Irlanda y Portugal mantienen una hora menos. En cambio, países como Grecia, Finlandia o Lituania adelantan una hora respecto al horario peninsular.

El Gobierno español ha anunciado hace unas horas que defenderá en Bruselas que la mayoría de los ciudadanos, en España y en Europa, rechaza el cambio de hora, que no hay pruebas de ahorro energético y que altera la salud y el bienestar.

Por ahora, nada apunta a que la situación cambie a corto plazo. El Ministerio de Presidencia confirmó en su calendario oficial que los ajustes seguirán al menos hasta 2026. Así que sí, este domingo volveremos a girar las manecillas y seguir preguntándonos si algún día diremos adiós a esta costumbre.

Efectos y curiosidades del cambio horario

Más allá del debate político, los efectos del cambio de hora se sienten en el cuerpo. Estudios médicos señalan que el reajuste afecta a la secreción de melatonina y cortisol, dos hormonas fundamentales en el sueño y la energía diaria. Por eso, los primeros días tras el cambio pueden venir acompañados de cansancio, irritabilidad o falta de concentración.

También hay consecuencias sociales y laborales. El Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo apunta a un ligero aumento de los accidentes de tráfico y de los errores laborales en la semana posterior al cambio. El organismo lo relaciona con la alteración del ritmo circadiano, que necesita unos días para adaptarse.

Aun así, muchos ven el lado positivo: el amanecer temprano permite aprovechar más la luz matinal y, para los madrugadores, esa hora extra puede sentirse como un pequeño regalo otoñal. Porque, aunque el reloj se retrase, el tiempo sigue corriendo igual de rápido.

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