A marzo alabo si no vuelve el rabo

Se aproxima la primavera astronómica y todo apunta a que llegará acompañada de temperaturas bajas y nevadas. ¿Qué nos dicen las efemérides y los refranes de este acontecimiento?

Burgos, paseo del río Arlanzón con la catedral gótica de Santa María al fondo.
Burgos nevada, paseo del río Arlanzón con la catedral gótica de Santa María al fondo.

Tras unos días casi primaverales en muchas regiones, todo apunta a que con los últimos días del inverno y el inicio de la primavera astronómica, las condiciones meteorológicas van a cambiar radicalmente. Con un potente anticiclón al oeste de Irlanda y la colocación de una baja en el golfo de Génova, queda abierta la puerta para la entrada de una irrupción muy potente del norte y del nordeste sobre la Península Ibérica y las Baleares.

Por tanto, el descenso asegurado de las temperaturas, las heladas, el viento fuerte y las precipitaciones, principalmente en el norte peninsular y muchas de ellas en forma de nieve, nos regresará al más crudo invierno y nos traerá a la memoria situaciones parecidas acontecidas durante estas fechas, como muy bien recordarán en Valladolid y en Burgos.

Efemérides semanales reseñables

Durante esta semana los sucesos meteorológicos más relevantes y relacionados con lo que puede pasar en la actualidad (frío, viento, hielo y nieve) son los siguientes:

20 de marzo

1975: Mínima de -10,2 ºC en Valladolid.

2007: Nevada en Burgos, con una precipitación de 43,7 l/m2.

21 de marzo

2010: Una fuerte tormenta acompañada de granizo en Badajoz causa daños en edificios y vehículos. En algunos puntos el granizo acumulado alcanza más de medio metro. Se recogieron 11,8 l/m2.

La gran nevada en Burgos de 2007

En invierno y principios de primavera la Península Ibérica se encuentra, normalmente, bajo el radio de acción de las masas polar marítima, principalmente, o tropical marítima. Ambas entran por el oeste, desde el noroeste hasta el suroeste, respectivamente, provocando importantes precipitaciones -principalmente en la vertiente atlántica- y temperatu­ras más o menos frías. Sin embargo, a veces suele llegar a nuestra latitud aire ártico marítimo con descenso acusado de los termómetros y nevadas generalizadas, más importantes en la zona norte.

Más rara es la llegada hasta nosotros del aire ártico o polar continental, que nos producen, sobre todo, temperaturas mínimas extremas, con pocas precipitacio­nes, excepto en el noreste peninsular; son las llamadas olas de frío. Difícilmente nos alcan­za el aire tropical conti­nental, provocando tiempo exce­sivamente caluroso y sin precipitaciones.

Academia de Caballería, Valladolid.
Academia de Caballería, Valladolid. El 20 de marzo de 1975 se registró la mínima absoluta en este mes con -10,2 ºC

Aunque la situación de los grandes centros de presión puede ser muy similar entre la irrupción fría del 2007 y la que se prevé para este año, hay una diferencia muy sensible entre ellas; en el primer caso se trató de aire Ártico Marítimo, frío, pero húmedo, ya que tuvo un gran recorrido atlántico que dio tiempo para que se cargara de humedad; mientras que en esta ocasión, se prevé que sea aire Ártico Continental, mucho más seco, por lo que las precipitaciones deberían ser menos cuantiosas y menos prolongadas. Con esto, es poco probable que se repita este año un inicio de primavera como el del 2007 en la ciudad castellana, donde el espesor de la nieve rondó entre los 40 y 50 cm.

Avisos en los refranes de la temperie

Empezamos con unos refranes mínimos, como son “Marzo, igual” o “Marzo, igualazo”, que hacen referencia al equinoccio de primavera y a la misma duración de los días y las noches: “El esposo de María iguala la noche al día”.

Hay otros, más clásicos, que claramente nos advierten de lo cambiante que es este mes: “El marzo mudable, comienza en cordera; mas si vuelve el rabo, a la postre fiera” y “Si en marzo truena, cosecha buena”.

De todas maneras, astronómicamente hablando, tenemos ya muchas más horas de Sol que cuando nos visitó Filomena y también está mucho más alto sobre el horizonte calentando más, por lo que estas irrupciones deberían ser más cortas y menos duras: “Por la Encarnación los últimos hielos son, si el año no sale respondón”.