Los terremotos que asolaron la ciudad del califa: primer estudio de arqueosismología de Medina Azahara, Córdoba, España

A pocos kilómetros de Córdoba, en las faldas de Sierra Morena, yacen los restos de una ciudad que quiso rivalizar con Bagdad:Medina Azahara. Sus restos nos hablan de su grandeza y de los efectos de temblores de la tierra en la zona.

Ruinas de Medina Azahara. / Istock

Durante años, el abandono y la ruina de Medina Azahara se atribuyeron exclusivamente a la política: una guerra civil, un saqueo, el fin del califato. Una investigación dirigida por el IGME añade una dimensión geológica al abandono

A pocos kilómetros de Córdoba, en las faldas de Sierra Morena, yacen los restos de una ciudad que quiso rivalizar con Bagdad. Fundada entre 936 y 941 por Abderramán III, primer califa de Al-Ándalus, y ampliada por su hijo Alhakén II, Medina Azahara estaba llamada a ser el centro del califato andalusí, una manifestación de su poder, riqueza y esplendor.

Una triste historia tras Medina Azahara

Sin embargo, apenas 30 años después de su fundación, los vaivenes de la política trasladan el gobierno a un nuevo emplazamiento. Y unos cuarenta años más tarde, poco después del inicio de una guerra civil que pondrá fin al califato, tropas bereberes toman la ciudad por asalto, matan a la población y saquean las riquezas de la mezquita y el palacio; dejando tras de sí una ciudad devastada. Corre el año 1013. La ciudad luminosa ha subsistido apenas 70 años (y aún quedan 20 años de guerra).

Una imagen de Medina Azahara y su ubicación en la península ibérica. Turismo de Córdoba

Guerra, saqueo y expolio. Para la historiografía, explicación suficiente del abandono y la ruina de Medina Azahara. Sin embargo, una investigación dirigida desde el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) añade además una dimensión geológica a este abandono. En su trabajo Archaeoseismological Evidence os Seismic Damage at Medina Azahara from the Early 11th Century, publicado en 2023, los investigadores sostienen que existen suficientes evidencias para afirmar que, además de la guerra civil, la actividad sísmica contribuyó a la destrucción y abandono definitivos de la ciudad palaciega.

Arqueosismología: cuando la tierra habla a través de las ruinas

La arqueosismología es una disciplina reciente que combina geología, arqueología e historia para identificar huellas de terremotos antiguos en yacimientos arqueológicos y edificios patrimoniales. Lo hace mediante el estudio de los "efectos arqueológicos de terremotos" (EAEs, en sus siglas en inglés), que funcionan como marcadores de posible actividad sísmica. Estos efectos pueden ser cosísmicos (daños físicos directos, como pavimentos fracturados) o postsísmicos (efectos indirectos a causa del seísmo, como incendios o abandonos abruptos de ciudades).

Durante el estudio de Medina Azahara, los investigadores documentaron 163 ejemplos de estos efectos arqueológicos de terremotos, en lo que constituye el primer estudio de actividad sísmica en la ciudad califal. Distribuidos en once sectores del yacimiento, se concentran sobre todo en el Salón Rico, la mezquita y la Casa de la Alberca. Entre ellos destacan las esquinas fracturadas en columnas y basas, arcos con claves caídas, muros inclinados, columnas desplazadas, bóvedas deformadas (se ha identificado una cúpula de ladrillo desplazada casi 15cm) o pavimientos fracturados. Lo importante es que, tras analizarlos con técnicas de geología estructural, todos ellos presentan una misma o similar orientación, N145º - N150º E.

Es esta orientación consistente lo que permite afirmar su origen sísmico, ya que el daño producido por la acción humana no tiene esa uniformidad: "si analizamos los daños provocados por un obús, por ejemplo, veremos que los daños se expanden en todas direcciones desde el cráter, no tienen una orientación preferente”, explica Miguel Ángel Rodríguez Pascua, autor principal del estudio. Sin embargo, una onda sísmica tiene una sola dirección, denominada rayo sísmico y que se puede deducir a partir de un análisis estructural. “Si al analizar un gran conjunto de datos, como los de Medina Azahara, vemos que todos los puntos nos dan una misma o parecida orientación, podemos afirmar que se trata de daños producidos por un seísmo", concluye el investigador del IGME-CSIC.

Las excavaciones arqueológicas han identificado además sectores en los que las casas parecen haberse derrumbado en contra de la pendiente y existen indicios de que la ciudad quedó enterrada muy rápidamente tras su abandono, lo que apoya las conclusiones de los geólogos. Pero es que, además, las crónicas árabes contemporáneas dan cuenta de actividad sísmica durante toda esta época, tanto en el periodo califal como tras su desaparición.

La importancia de las fuentes históricas

Las fuentes árabes nos cuentan que, durante los años de vida de Medina Azahara, la actividad sísmica va a ser frecuente en toda Al-Ándalus, especialmente en los alrededores de Córdoba. Sin embargo, aunque pudieron debilitar algunos edificios, estos temblores no fueron lo suficientemente intensos para causar los daños observados por los geólogos.

Para eso tenemos que irnos algo más lejos, un poco antes del fin de la guerra civil, al año 415 de la Hégira (1024-1025). Es entonces cuando se produce el Gran Terremoto de Al-Ándalus, en el que "las montañas se derrumbaron, la tierra se agrietó y los edificios fueron destruidos por la violencia del temblor", según un cronista tardío. Un terremoto de esta intensidad, en una ciudad prácticamente abandonada desde el asalto bereber (producido diez años antes), sí que puede provocar los daños observados y acelerar el estado ruinoso de la zona.

Este no será el único terremoto que afectó a la zona. Unos 50 años más tarde se produce otro fuerte seísmo en una zona cercana a Sevilla, del que las crónicas nos dicen que llega a dañar La Giralda. Y aproximadamente un siglo más tarde, en el año 565 de la Hégira (1169-1970) se produce el terremoto de Andújar, que afectó también a Córdoba y Granada y que se recoge en multitud de crónicas de la época, incluyendo las del filósofo cordobés Averroes.

Es importante recalcar que no es posible asignar directamente ninguno de estos terremotos a los daños observados en Medina Azahara, ya que las crónicas conocidas no permiten identificar el epicentro de los temblores, por lo que no podemos saber si su orientación coincide con la de los daños hallados en la ciudad palatina. Lo que sí nos permiten las crónicas es estimar la intensidad de estos temblores y el tipo de daños que podrían haber causado.

De hecho, los investigadores consideran que los terremotos producidos en la zona habrían actuado de forma acumulativa, debilitando estructuras, provocando colapsos parciales y acelerando el abandono del conjunto palatino. En el trabajo, los investigadores llegan a decir que la razón de que conservemos muchos de los elementos decorativos y materiales valiosos de las estancias más lujosas, como el Salón Rico, se debe precisamente a que un terremoto destructivo los sepulta, impidiendo que sufran el expolio al que se verán expuestos otros puntos de una ciudad que, a partir de ese momento, va a servir como cantera.

El valor del daño sísmico

Rodríguez Pascua compara la arqueosismología con la anamnesis clínica: "el estudio del daño sísmico nos permite elaborar la historia clínica del edificio o yacimiento: los daños que ha sufrido, la vida que ha tenido. Todo esto son patologías preexistentes que nos van ayudar a tomar medidas preventivas y a minimizar el daño cuando el terremoto vuelva", explica. Porque volverá: "una vez que se ha producido un terremoto, sabemos que se va a volver a repetir. Y si no tenemos constancia de seísmos, eso no quiere decir que no se hayan producido, solo que no los hemos estudiado", concluye.

Por eso, los autores consideran que estos daños sísmicos -ciertas fracturas, pavimentos desquebrajados o derrumbes- forman parte también de la riqueza y la herencia cultural del patrimonio. Así, siempre que no comprometan la seguridad del edificio, abogan por su conservación y contextualización. Además, proponen la integración de esta información en los planes de conservación y restauración.

Esta entrada se publicó en Noticias en 09 Ago 2025 por Francisco Martín León