Los científicos analizan cómo afectan los incendios forestales y el tiempo a la salud pública de Portugal

El humo de los incendios forestales que asolaron la región de Extremadura, en el oeste de España, a principios de este año afectó la calidad del aire en Portugal y un estudio resalta sus efectos

La vista satelital en falso color a la derecha muestra la ubicación de los incendios con más detalle. Crédito: Datos del satélite Copernicus Sentinel-2 obtenidos a través de Copernicus Open Access Hub


Las últimas décadas han transcurrido en una neblina llena de humo a medida que graves incendios forestales han arrasado bosques y tundras en múltiples continentes, tiñendo con frecuencia los cielos de color naranja y provocando alertas de calidad del aire. Estos incendios a menudo ocurren junto con eventos como olas de calor, que se han vuelto más comunes, y la contaminación resultante puede transmitirse con sistemas climáticos alejados de los lugares de incendio.

Incendios y salud

El humo y las partículas de los incendios forestales son perjudiciales para la salud humana, especialmente para los sistemas cardiovascular y respiratorio, y las personas mayores, las embarazadas y las poblaciones socioeconómicamente desfavorecidas son especialmente vulnerables a estos riesgos para la salud.

En una nueva investigación, de Souza Fernandes Duarte y su equipo estudiaron los efectos sobre la salud de los incendios forestales, los contaminantes y los factores meteorológicos en Portugal. Portugal está situado en la zona de transición entre los climas subtropicales y de latitudes medias, y la región experimenta con frecuencia intensas sequías, olas de calor e incendios forestales. La investigación ha sido publicada en GeoHealth.

Imagen del satélite Terra de la NASA a fecha de 8 de octubre 2017 con incendios activos y humos hacia grandes poblaciones

En particular, los investigadores se centraron en las correlaciones de las tasas de mortalidad con la temperatura, la humedad relativa, la velocidad del viento, el área quemada y la profundidad óptica de los aerosoles, así como con las concentraciones de monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y partículas finas con diámetros generalmente de 10 micrómetros o más pequeñas (PM 10 ), y partículas PM 2,5 de 2011 a 2020.

El equipo consideró incendios que quemaron más de 1.000 hectáreas durante los meses de la temporada de incendios de junio a octubre y examinó cómo estos incendios, contaminación y variables climáticas afectaron la mortalidad relacionada con enfermedades circulatorias o respiratorias.

Utilizaron análisis de componentes principales para crear dos índices: interacciones entre contaminantes y quema (PBI, pollutant-burning interactions ), que se correlacionaban con el área quemada y los contaminantes, y las interacciones entre los contaminantes atmosféricos (API, atmospheric-pollutant interactions), que se correlacionaban con la temperatura, la humedad relativa y el ozono.

El equipo descubrió que las muertes cardiorrespiratorias eran mayores durante los meses más calurosos, secos y contaminados de las temporadas de incendios forestales.

Además, las altas temperaturas, la baja humedad relativa y las altas concentraciones de ozono cerca de la superficie aumentaron la carga general de enfermedades en las poblaciones expuestas.

Los investigadores señalan que el desarrollo y la mejora de índices de salud ambiental, como PBI y API, pueden ayudar a aumentar la conciencia pública sobre los riesgos para la salud e informar las decisiones de salud pública.

Referencia

Ediclê de Souza Fernandes Duarte et al, Fire‐Pollutant‐Atmosphere Components and Its Impact on Mortality in Portugal During Wildfire Seasons, GeoHealth (2023). DOI: 10.1029/2023GH000802

Esta entrada se publicó en Noticias en 16 Oct 2023 por Francisco Martín León