El crucero más grande del mundo, Icon of the Seas, en su primer viaje turístico: potenciales impactos medioambientales

El crucero más grande del mundo ha iniciado su primer viaje de 7 días con turistas desde Miami, Florida, hacia las caribeñas con sus más de 250.000 toneladas brutas. Muchos ambientalistas están preocupados por los posibles y potenciales impactos del megacrucero en el medioambiente

Imagen del megacrucero Icon of the Seas. Imagen de Royal Caribbean


El Icon of the Seas es un crucero propiedad del grupo Royal Caribbean. Mide 365 m de largo, tiene 20 cubiertas y puede albergar un máximo de 7.600 pasajeros a bordo.

El megacrucero desplaza un tonelaje bruto de 250.800 toneladas, lo que le convierte en el crucero más grande del mundo por su tonelaje bruto. El barco tiene una tripulación de 2.350 personas.

Una ciudad flotante con muchos lujos

Esta ciudad flotante cuenta con 20 cubiertas con 7 piscinas y 6 toboganes de agua. Según los constructores, el crucero tiene la cascada más alta, el tobogán de agua más alto, el parque acuático más grande y la primera piscina infinita suspendida de cualquier barco.

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El crucero tiene 19 pisos, más de 40 bares y restaurantes, con 28 formas de hospedarse y se divide en cinco «vecindarios» . Estos son:

Thrill Island, que alberga el parque acuático más grande del mar con toboganes de más de 14 metros, balsas que se deslizan en el mar y circuitos de cuerdas sobre el mar para balancearse en las alturas.

Chill Island, donde se encuentra siete piscinas, entre ellas la más grande de los cruceros, una que incluye un bar de cócteles helados y una que tiene vista al mar con bordes infinitos.

Surfside, que incluye el vecindario principalmente pensado para familias jóvenes y niños, con lugares para descansar y sectores exclusivos para juegos de adolescentes e infantes.

The Hideaway, el más alto de todos, con 41 metros sobre el océano, tiene clubes de playas y la primera piscina suspendida en el mar, rodeada por un amplio solárium con un bar exclusivo.

AquaDome, donde se presentan todos los espectáculos acuáticos de AquaTeather con una cascada en el medio de la pista, con restaurantes, bares y proyección de última generación.

Detalle de algunas zonas lúdicas del Icon of the Seas. Imagen de Royal Caribbean

Impactos medioambientales potenciales

El Icon of the Seas emplea tecnología de pila de combustible con gas natural licuado. Contiene otras características de energías alternativas, como el uso de celdas de combustible para producir electricidad y agua dulce.

La empresa ha notificado que posee un avanzado sistema de tratamiento de aguas residuales de ósmosis inversa: se asegura que más del 90 % del agua dulce se produce a bordo.

La gestión de los residuos es también avanzada que permite obtener energía de desechos orgánicos o de cartón.

Algunos ambientalistas han levantado la voz de alarmas ya que el barco está propulsado por gas natural licuado, que liberará al aire gas metano, un potente gas efecto invernadero. El barco produciría menos CO₂, pero mucho metano. Por detrás del CO₂, el metano es el compuesto que más contribuye al calentamiento global.

Royal Caribbean asegura que sus motores están preparados para funcionar con otros combustibles en un futuro, pero de momento operan con gas natural.

El crucero puede enchufarse en los puertos, pero lo hará en pocos. El problema es que según Cruise Lines International Association (CLIA), sólo el 2% de los puertos del mundo ofrecen esta posibilidad: un total de 32. Eso significa que el Icon of the Seas sí que va a tener que recurrir a generadores diésel siempre que no recale en uno de estos pocos puertos.

Los grandes cruceros y sus impactos medioambientales

Los grande cruceros están en el punto de mira de muchos grupos medioambientalistas, gobiernos y organizaciones protectoras del medioambiente de todo mundo por sus impactos medioambientales, tanto en tierra, mar y, sobre todo, en el aire.

La industria de los cruceros no para de crecer y se estima que este 2024, el volumen de pasajeros será de 36 millones, o más.

Algunos estudios han analizado lo mucho que contaminan este tipo de barcos recreativos en comparación a otros medios de transporte. Por ejemplo, un reciente estudio de Transport & Environment (T&E) en el que concluyen que los cruceros que atracaron en puertos europeos en 2022 emitieron tanto óxido de azufre como 1.000 millones de coches. Las emisiones de CO₂ de un crucero recorriendo 2.000 kilómetros fueron comparadas con viajar en un avión y con el hotel en la ecuación. Su conclusión fue que el pasajero de un crucero emite 500 kg de CO₂ en comparación a un viaje en avión de ida y vuelta 235 kg de CO₂. Es decir, más del doble de dióxido de carbono.

Esta entrada se publicó en Actualidad en 28 Ene 2024 por Francisco Martín León