Agujero de ozono de 2019: el más pequeño de los últimos 30 años

Coincidiendo con el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono de la ONU, los científicos del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus creen que el agujero de ozono de 2019 podría ser uno de los más pequeños de los últimos 30 años

El agujero de ozono de 2019: el más pequeño de los últimos 30 años

Los científicos del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) creen que el agujero de ozono que aparece todos los años en la Antártida podría ser uno de los más pequeños desde mediados de la década de 1980. Cuando ha transcurrido menos de un mes desde el inicio de la temporada del agujero de ozono, los científicos del CAMS han observado que el fenómeno de este año está decreciendo y que su superficie será aproximadamente la mitad de la que suele alcanzar en esta época del año. Además de ser mucho más pequeño que en los últimos años, el agujero está descentrado y se ha movido más allá del polo. Las previsiones también indican que después de alcanzar un mínimo local la semana pasada, el agujero podría volver a crecer, si bien resulta improbable que alcance la extensión observada en las últimas dos o tres décadas.

El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS), implementado a través del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM) en representación de la Unión Europea, contribuye a los esfuerzos internacionales por preservar la capa de ozono mediante su continua supervisión y la publicación de datos de elevada calidad acerca de su estado actual. Las mediciones satelitales se combinan con modelos informáticos de la atmósfera, de manera similar al método que se utiliza para realizar predicciones meteorológicas. La monitorización del agujero de ozono es importante, dado que la capa de ozono estratosférica actúa a modo de escudo para proteger la vida terrestre de los efectos potencialmente dañinos de la radiación ultravioleta.

Normalmente, el agujero de ozono en la Antártida empieza a formarse cada año en agosto y alcanza su tamaño máximo en octubre, para después cerrarse de nuevo en diciembre. No obstante, los datos del CAMS revelan que el agujero de ozono en la Antártida empezó a formarse aproximadamente dos semanas antes de lo esperado, en comparación con años anteriores. Desde principios de septiembre, el vórtice polar (aire frío en la estratosfera por encima de la atmósfera terrestre), que brinda las condiciones necesarias para la formación del agujero de ozono, se ha desplazado de su centro y se ha debilitado a causa de un calentamiento estratosférico repentino. Dado que las temperaturas de la parte superior de la estratosfera se han situado 40 grados por encima de los niveles habituales, el vórtice polar ha sido más inestable de lo normal.

El primer agujero de ozono en la atmósfera surgió hace varias décadas y su aparición se debió a las emisiones nocivas generadas por el hombre, en concreto a las de sustancias químicas procedentes de aerosoles, refrigerantes, pesticidas y disolventes. Las Naciones Unidas crearon el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono para conmemorar la firma del Protocolo de Montreal en 1987 por parte de 196 Estados y la Unión Europea, en el que se estipulaba la prohibición de las principales sustancias químicas que agotan la capa de ozono.

El día fijado por la ONU para esta celebración internacional es el 16 de septiembre, y la temática escogida para 2019 es «32 años de recuperación» de cara a celebrar la recuperación gradual del agujero de ozono. El CAMS monitoriza la formación del agujero a diario y también proporciona previsiones a cinco días. La monitorización de la actividad de la capa de ozono por parte del CAMS contribuye a brindar una idea clara de si la capa de ozono se está recuperando con el tiempo y cómo lo está haciendo gracias al Protocolo de Montreal y sus enmiendas, que prohibieron el uso de las principales sustancias químicas que agotan la capa de ozono.

Según la Evaluación científica del agotamiento de la capa de ozono (edición de 2018) elaborada bajo los auspicios de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la recuperación de la capa de ozono hasta los niveles anteriores a 1970 tendrá lugar en torno a 2060.

«Si bien este tipo de actividad es muy poco habitual, no existen motivos para la autocomplacencia», comenta Vincent-Henri Peuch, responsable del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS). «La recuperación de la capa de ozono depende del cambio climático, dado que este puede contribuir al enfriamiento de la estratosfera a largo plazo, lo que puede exacerbar la pérdida de ozono y retrasar el proceso. Además, la posibilidad de que se generen emisiones no autorizadas de sustancias que agotan la capa de ozono no puede descartarse. De hecho, el año pasado se detectaron emisiones del segundo clorofluorocarburo más abundante: el CFC 11. Resulta sumamente importante mantener los esfuerzos internacionales por monitorizar la recuperación de la capa de ozono a lo largo del tiempo y los acontecimientos anuales relativos a su agujero».

Puedes consultar más información y una animación en 3D del estado actual del agujero de ozono en la página web del CAMS.

Cómo se forma el agujero de ozono en la Antártida

Las sustancias que contienen bromo o cloro se acumulan en el vórtice polar, donde permanecen químicamente inactivas en la oscuridad. Las temperaturas en el vórtice pueden caer por debajo de los -78 grados Celsius y puede producirse la formación de cristales de hielo en las nubes estratosféricas polares, que desempeñan un papel importante en las reacciones químicas. A medida que el sol sale por el polo, la energía que desprende libera los átomos de cloro y bromo presentes en el vórtice, que pasan a estar químicamente activos y destruyen rápidamente las moléculas de ozono, lo que provoca la formación del agujero.

En 2019, el aire frío con reducidos niveles de ozono en el vórtice polar se ha mezclado con aire más cálido y con mayor presencia de ozono procedente de fuera del vórtice, lo que podría haber diluido y desactivado una parte de las sustancias químicas que agotan la capa de ozono. Ello conlleva que existe una menor probabilidad de que el ozono se destruya con rapidez cuando el sol primaveral aparece en la Antártida y, por consiguiente, el agujero de ozono es más pequeño.

Notas a redactores:
Copernicus es el programa insignia de observación de la Tierra de la Unión Europea. Ofrece datos operativos de acceso libre y servicios de información que brindan a los usuarios información fiable y actualizada sobre asuntos medioambientales.

El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (Copernicus Atmosphere Monitoring Service, CAMS) se implementa a través del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM) en representación de la Unión Europea. El CEPMMP también implementa el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (Copernicus Climate Change Service, C3S). El CEPMPM es una organización intergubernamental independiente que desarrolla y difunde predicciones meteorológicas numéricas para sus 34 Estados miembros y cooperantes.

Puede acceder a la página web del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus mediante el siguiente enlace: http://atmosphere.copernicus.e...
Puede acceder a la página web del Servicio de Cambio Climático de Copernicus mediante el siguiente el enlace: https://climate.copernicus.eu/
Más información sobre Copernicus: www.copernicus.eu
Web del CEPMPM: https://www.ecmwf.int/

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Newsflash
Reading, 16/9/2019
Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS)

Esta entrada se publicó en Actualidad en 17 Sep 2019 por Francisco Martín León