Los penitentes de nieve

Unas formaciones de hielo llamativas que se encuentran en los Andes americanos y llevan el nombre de "penitentes" por su parecido a los capirotes de Semana Santa que llevan los cofrades en España

Penitentes o nieves penitentes: formaciones de hielo que recuerdan a los penitentes de Semana Santa (imagen inferior izquierda) en España

Los penitentes, o nieves penitentes, son unas curiosas formaciones de nieve que se encuentran a gran altitud y que se asemeja a los penitentes con capirotes que en España, aparecen en las procesiones de Semana Santa: hermanos de las respectivas corporaciones penitenciales o cofradías que vistiendo hábitos y capirotes, acompañan en la Procesión de Penitencia de la hermandad a la que pertenecen, con sus sombreros alargados y puntiagudos (en la foto de blanco).

Toman la forma de delgadas y altas cuchillas de nieve o hielo endurecido que están muy próximas entre sí, con las aspas orientadas en la dirección general del sol. Los penitentes pueden ser tan altos como una persona.

Estos pináculos de nieve o hielo crecen sobre todas en áreas cubiertas por glaciares y nieve en los Andes Secos, por encima de los 4.000 m.1 2 3 Varían en tamaño desde unos pocos centímetros a más de cinco metros.

Los penitentes fueron descritos por primera vez en la literatura por Charles Darwin en 1839.

El 22 de marzo de 1835, tuvo que apretar su paso por los campos de nieve cubiertos de penitentes cerca del paso Piuquenes, en el camino desde Santiago de Chile a la ciudad argentina de Mendoza, e informó de la creencia local (que se mantiene hasta la actualidad) que se formaron por los fuertes vientos de los Andes.

El glaciólogo chileno-francés Louis Lliboutry observó que la condición climática clave para la ablación diferencial que conduce a la formación de penitentes es que el punto de rocío esté siempre por debajo de cero, lo que provoca que la nieve se sublime (ya que la sublimación requiere una mayor energía que la fusión). Una vez que inicia el proceso de ablación diferencial, la geometría de la superficie que rodea al penitente produce un mecanismo de retroalimentación positiva, quedando la radiación atrapada por las reflexiones múltiples entre las paredes.

Los huecos se convierten casi en un cuerpo negro para la radiación que, cuando disminuye el viento, lleva a la saturación del aire, aumentando la temperatura del punto de rocío y el inicio de la fusión. Así se forman los picos, en los que la pérdida de masa es sólo debida a la sublimación, que permanecerá, así como las paredes escarpadas, que interceptan sólo un mínimo de radiación solar. En los hoyos la ablación aumenta provocando un ahondamiento de los penitentes.

Un modelo matemático del proceso ha sido desarrollado por Betterton, aunque los procesos físicos en la fase inicial de crecimiento del penitente, desde la nieve granular a los micropenitentes, aún no están claros. El efecto de los penitentes sobre el balance energético de la superficie de la nieve, y por lo tanto su efecto sobre el derretimiento de la nieve y los recursos hídricos, han sido descritas por Corripio y Corripio y Purves.

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Esta entrada se publicó en Fotos y animaciones en 18 Feb 2013 por Francisco Martín León