Olas de frío y temporales de nieve en Cantabria en los últimos cien años. Parte IV

¿Un síntoma de cambio climático?Los meteorólogos basándose en los datos de que se disponen llegan a la conclusión de que la segunda mitad del siglo XX presenta un progresivo calentamiento de la Península haciéndose difícil encontrar durante los últimos cincuenta años algún invierno que en conjunto, pueda considerarse severo

Elaborado a partir de los datos de la serie estadística del Instituto Nacional de Meteorología 3

¿Un síntoma de cambio climático?

Parte IV
José Manuel Puente Fernández
Licenciado en Geografía e Historia
Universidad de Cantabria
[email protected]

Palabras claves. Nieve, Santander, climatología, nevadas, olas de frío.

Los meteorólogos basándose en los datos de que se disponen llegan a la conclusión de que la segunda mitad del siglo XX presenta un progresivo calentamiento de la Península1 haciéndose difícil encontrar durante los últimos cincuenta años algún invierno que en conjunto, pueda considerarse severo. Sin embargo las olas de frío se dejaron sentir en toda España con gran virulencia sobre todo en la década de los cincuenta, a principios de los años sesenta, y luego más aisladamente en 1971, 1983 y 1985. Destacaron entre todas ellas las de origen continental (las más virulentas en cuanto a temperaturas se refiere), e incluso algunos autores destacan que posiblemente habría que retrotraerse a la pequeña edad glacial para encontrar unos fenómenos similares2. De todas esas invasiones de frío polar es digna de resaltar la de febrero de 1956 que dejó las temperaturas medias mensuales más bajas del siglo marcando su carácter extraordinario, siendo muy inferiores a las normales para la casi totalidad de observatorios peninsulares y Baleares; también se registraron en muchos sitios las temperaturas mínimas absolutas del siglo, todo ello unido lleva a pensar que a la hora de hacer comparaciones habría que retroceder hasta la pequeña edad glacial durante los siglos XVI y XVII, para encontrar una invasión fría de semejante intensidad y duración.

A partir de los años ochenta el proceso de calentamiento se ve claramente agudizado, las temperaturas medias suben de forma gradual y muy especialmente durante los meses de otoño e invierno, produciendo un espaciamiento en la frecuencia de las olas de frío y los temporales de nieve, así como una cada vez menor intensidad y duración de los mismos. Aún se producen fuertes nevadas en febrero de 1983 y una importantísima entrada de aire frío siberiano en enero de 1985 para ir poco a poco desapareciendo prácticamente estos episodios durante los años noventa de la pasada centuria, situación que parece mantenerse y agudizarse en el inicio de la actual.

En este contexto Cantabria no es la excepción, los inviernos cada vez se han ido haciendo más suaves, los temporales de nieve han ido desapareciendo y haciéndose menos intensos después de una primera década, la de 1950, que trajo hasta nuestra tierra algunas de las más grandes nevadas que se recuerdan en la región.

LAS GRANDES NEVADAS DE LOS AÑOS CINCUENTA

Seguramente son los años cincuenta la década en la que se produjeron en Cantabria las mayores olas de frío y los temporales de nieve más importantes de todo el siglo XX; y es que hubo ataques nivosos en enero de 1952, enero-febrero de 1953, enero-febrero de 1954, marzo de 1955, febrero de 1956, enero de 1957 y enero de 1958; añadiendo a todo ello lo desapacibles que fueron buena parte del resto de los meses invernales en aquellos años.

Se presentaron inviernos muy crudos que para la capital de la región dejaron unos valores en las temperaturas medias de los meses que forman el trimestre invernal, que estuvieron por debajo de los valores normales para la época, con la única excepción del mes de diciembre que presenta unas medias algo más elevadas.

Si tomamos en consideración el período de observaciones que se registraron en el Observatorio de Santander capital en sus antiguas instalaciones de la Calle del General Dávila (1924-1997), encontramos que entre los diez meses de enero y febrero más fríos de dicho período se encuentran:

Enero 1952 (8.0) -1.3 Febrero 1953 (7.0) -1.2
Enero 1953 (7.0) -2.3 Febrero 1956 (3.8) -5.5
Enero 1954 (8.2) -1.1
Enero 1957 (8.2) -1.1

Aparecen cuatro meses de enero entre los más fríos con medias inferiores a las normales para el período 1931-60 y con unas diferencias aún más acusadas si tenemos en cuenta los valores del período 1961-90 para hacer la comparación. En cuanto a febrero encontramos dos meses entre los más fríos, siendo uno como ya veremos más adelante el mes más frío del siglo (febrero 1956).

Otro dato a tener en cuenta son los días de nieve que se produjeron en la capital de Cantabria durante la década de 1950 en comparación con el resto de décadas de las que se tienen datos completos:

Tabla elaborada en base a los datos proporcionados en “Nieve en Santander”, trabajo de Carmen Gozalo de Andrés que apareció en el primer número del Boletín Meteorológico de Cantabria, año 1987.

De un total de 215 días con precipitación de nieve en Santander en algún momento del día, para el período 1924-2003, 45 corresponden a la década de los años cincuenta, lo que viene a significar aproximadamente un 20 % del total, siendo la cifra más alta de la serie. La permanencia de la nieve cubriendo el suelo de la capital durante esos años fue de 16 días, siendo también el dato más elevado de todo el período y representando aproximadamente un 25% de los 62 días que Santander estuvo cubierta de nieve en toda la serie.

Todo ello nos da una idea clara que los temporales de aquella época afectaron de forma generalizada a toda la región, que la nieve llegó a la zona costera en reiteradas ocasiones y que permaneció cubriendo el suelo varios días lo cual sólo pudo producirse en presencia de muy bajas temperaturas e importantes precipitaciones de nieve, seguramente en una forma y con una reiteración como no se ha vuelto a ver desde entonces.

Evidentemente en el interior de la región la situación fue mucho más extrema y en muchos casos dramática como ya veremos, los años 1951-57 son calificados como “el período frío del siglo XX4 que azotó con especial virulencia la zona campurriana. Y es que los registros de aquellos años para Reinosa marcan un aumento en la frecuencia e intensidad de las nevadas, en el espesor alcanzado por la nieve, en los valores de las temperaturas; así en estos 7 años la media anual bajó a 8.6ºC, el número de días con temperatura mínima igual o inferior a 0ºC aumento hasta 103, el número de días de nieve al año subió a 41 (frente a 36 de media), el número de días con el suelo cubierto de nieve sube a 53 (cuando la media anual es de 34). Años durísimos fueron 1953, 1954 y 1956, así 1953 tuvo el suelo de Reinosa cubierto de nieve durante 78 días y 1954 durante 75.

Fueron sin duda años excepcionales en cuanto a temporales de frío y nieve para todo Cantabria, años que merece la pena recordar, tal y como intentaremos en las siguientes páginas.

EL CRUDO INVIERNO DE 1953. EL TEMPORAL DE ENERO - FEBRERO

El invierno de 1953 ha quedado como uno de los más duros de todo el siglo. Tuvo una intensidad inusitada en cuanto a bajas temperaturas y alta precipitación pero sobre todo la continuidad en las condiciones meteorológicas adversas es lo que determinó su singularidad. Dos largos y duros meses de enero y febrero marcaron la diferencia con otros inviernos5. Al igual que el anterior temporal de enero de 1952 y que los posteriores de 1954, 1956 1957 y 1958, este año se enmarca de lleno en la fase fría que durante los años cincuenta sufrió toda la Península Ibérica, presentando inviernos fríos e importantes períodos de nevadas.

A través del Boletín Mensual Climatológico del mes de enero nos podemos dar una idea de cómo se inició aquel año de 1953 en lo que al tiempo se refiere.

Días 1 al 4:“las altas presiones forman dos áreas anticiclónicas enlazadas, situadas una sobre Escandinavia y la otra en el océano Atlántico, al oeste de la península. En el Mediterráneo se observa una baja, con centro en Italia. Por nuestro territorio atraviesan diversos frentes, soplan vientos moderados o fuertes de componente norte y se producen precipitaciones en forma de chubascos tormentosos de lluvia o granizo en el norte. Nieva en las regiones del interior y en las cordilleras”.

Días 6 al 9: “las altas presiones del Atlántico forman un área anticiclónica que se extiende desde las Azores al noreste, y se traslada lentamente hacia oriente. Las bajas de Italia se mueven también en dirección este. Nuestra península es atravesada por varios frentes fríos. Chubascos tormentosos de agua o granizo en Cantabria y Galicia. Se intensifica el régimen de nevadas en Duero, alto Ebro, Aragón y puntos de la Penibética”.

Días 11 al 14: “las altas presiones se trasladan a Europa Central. En España soplan vientos débiles o encalmados. Nieblas abundantes y densas en Cantabria, Duero y región central”.

Se observa perfectamente cómo el mes se inicia muy revuelto y así sigue hasta aproximadamente el final de la primera decena. A partir de entonces se genera un régimen de nieblas e importantes heladas. En la capital cántabra llueve los días 1, 2 y 3, luego hay fuertes granizadas los días 4, 5, 7 y 8, para establecerse posteriormente un ambiente frío pero encalmado.

La prensa regional refleja la situación desde el primer día del año nuevo, y titula en portada el Diario Montañés “El año nuevo ha comenzado con una aparatosa tormenta”; y ya en el desarrollo de la información nos dice:

Se despidió 1952 con una noche fría y lluviosa para dar paso al nuevo año con una mañana totalmente desapacible, en la que descargó sobre la ciudad una fuerte granizada que cubrió totalmente las calles durante horas. En las partes altas los granizos permanecieron sin fundirse hasta mediodía. El frío se dejó sentir durante todo el día, en que no cesó de llover, menudeando el fuerte viento racheado y en algunos momentos el vendaval. (...) Este primer día del año ha sido en extremo frío y desapacible, propio de la estación invernal en que estamos metidos.”

La temperatura mínima de Santander el día primero fue de 4.5ºC y la máxima de 8.5ºC con una precipitación de 24.4 litros por metro cuadrado, siendo los fenómenos más destacados las fuertes granizadas acompañadas de tormenta.

A la vez que en la ciudad se iniciaba el año de la forma que ya hemos visto, en el resto de la provincia se recrudecía un temporal que ya había comenzado los últimos días del año 1952, así en Reinosa la nevada comienza el día 28 y se prolongará durante una decena de días, en los cuales la capital campurriana sufrirá uno de los peores envites del invierno que se recuerdan; así nos lo relata el Diario Montañés en su tirada del día 1:

“El temporal alcanza toda la provincia, en Reinosa comenzó una fuerte nevada en la Nochevieja y prosiguió ayer intensamente con acompañamiento de truenos, anoche había cerca de medio metro de nieve y mucho más en Pozazal donde quedó interrumpido el tráfico por carretera. La temperatura ayer en aquella región fue de –4ºC. Sobre la región de Liébana descargó una fuerte tormenta que se convirtió en nieve en las zonas altas y en lluvias torrenciales en la villa de Potes y pueblos bajos. A última hora el estado del tiempo presagiaba nieve. En la comarca de Ramales ha llovido intensamente y nevó en los altos. En Los Tornos el tráfico a primera hora se hacía con grandes dificultades a consecuencia de la nieve acumulada. También nevaba con intensidad en la región de Villacarriedo.”

Los siguientes días continuaron con la misma tónica, las lluvias fueron generalizadas en el área costera y la nieve fue ganando terreno en el interior y zonas altas de la provincia. El día 3 el tren de La Robla queda interceptado ha causa de la nieve acumulada en las vías, Asturias se hallaba incomunicada con Madrid tanto por ferrocarril como por carretera, igual suerte corrían otras provincias como Palencia, Vizcaya, Navarra, Huesca, y un largo etcétera. En la capital cántabra seguía un fuerte régimen de granizadas con una precipitación para el día 3 de 26.0 litros por metro cuadrado y una temperatura mínima de 5.0ºC.

El día 4 y bajo el título “la nieve y sus pequeños problemas6 , El Diario Montañés informaba:

Ha nevado una vez más sobre la comarca campurriana y esto no es nada nuevo. El invierno con una matemacidad asombrosa pone 30, 40 o 50 centímetros de nieve en nuestras calles en el breve plazo de unas horas (...) El municipio ya lo tenía previsto y ha mandado estos días crecidas brigadas de obreros para la rápida limpieza de las principales aceras, cosa que no nos cansaremos de agradecer. Pero mientras esto sucede, los caminos están intransitables, aún dentro de la población, los senderos difíciles; hay aceras que no son principales y así vienen frecuentes torceduras de tobillo, recalcones, caídas con dislocación de muñeca, etc, que se podía evitar en parte con un eficiente alumbrado público”.

El temporal se va a recrudecer aún más a partir del día 6, sufriendo así la región lo peor de la ola de frío hasta el día 11 en que se inicia una leve mejoría. Para el día 7 Santander sufre una temperatura de 4.0ºC la mínima y de 10.0ºC la máxima con fuertes y persistentes granizadas que dejan 23.3 litros por metro cuadrado, acompañadas de tormenta y aparato eléctrico. En todo el país la situación empeora, nieva intensamente en el Pirineo Aragonés registrándose –15ºC en algunos puntos de la región y dos metros y medio de nieve en Candanchú. Por lo demás la prensa regional vuelve su información sobre los efectos del temporal en la provincia; “grandes nevadas y fuertes granizadas en toda la provincia”:

El invierno actual se presenta en nuestra provincia como uno de los más tormentosos de los últimos 15 años. En la capital las lluvias y granizadas apenas se han interrumpido desde año nuevo y ayer continuó el temporal. Por la noche amainó la lluvia pero descendió bruscamente la temperatura. Nos comunican de Reinosa que las aguas del Pantano del Ebro están heladas y sobre ellas hay una espesa capa de nieve. Numerosos pueblos están incomunicados. Por carretera todas las comunicaciones están cortadas y en la ciudad nieva sin interrupción desde el martes (día 6) y hay en las calles más de cincuenta centímetros de espesor. El ferrocarril de La Robla está paralizado creándose un problema para la población campurriana por la escasez de carbón. De la comarca de Liébana informan que reina intenso frío. Muchos pueblos están cubiertos por la nieve y en esta primera semana del año no han cesado las lluvias y las granizadas en la zona baja. Ayer tarde nevó en toda la zona.”

Hay que destacar que los pueblos que estaban incomunicados por estas fechas ya venían sufriendo en muchos casos el temporal desde finales de año, éste arreciaba y no dejaría paso a un tiempo más templado hasta bien entrado el mes de marzo, fueron sucesivas las entradas de frentes por el norte peninsular y cuando éstos se interrumpieron hicieron acto de presencia fortísimas heladas que ocasionaron que la nieve se mantuviera de forma extraordinaria y el aislamiento de las poblaciones más elevadas y con peores comunicaciones se mantuvo prácticamente de continuo durante todo el invierno lo que generó desabastecimiento de productos tanto para el ganado como para el consumo humano y así lo reflejó la prensa de la época como veremos posteriormente.

La información del tiempo publicada aquellos días daba noticia que continuaría la entrada de aire frío del norte con tendencia a arreciar y girar al NO, produciendo un acusado descenso de las temperaturas, en especial en Vascongadas, Cataluña y cuenca del Ebro. La altura de la nieve en el Pirineo Aragonés alcanzaba los 80 cms. en Sallent, los 1.75 metros en Panticosa, y en Formigal y cabeceras del río Gállego entre 3,5 y 4 metros.

Día 9: “La mayor nevada desde hace 8 años cayó ayer en Reinosa”. “Durante todo el día de hoy ha continuado el violento temporal de nieves que comenzó hace días, llegando hoy en algunos momentos a alcanzar tal intensidad que era imposible distinguir a través de la cortina formada por la nieve los edificios de una acera a otra, pudiéndose asegurar que ha sido esta la nevada mayor desde hace 8 años. Se han formado barreras de nieve que llegan a los 2 metros en algunos puntos, pudiéndose decir que la altura media de la nieve en la ciudad alcanza los 80 centímetros. En la carretera de Cabezón a la misma salida de la ciudad se ha formado una barrera de nieve que alcanza una altura de 8 metros. (¡!)”.

En el ferrocarril se mantiene la circulación gracias al incesante trabajo de las máquinas exploradoras y las brigadas de obreros especialmente en el recorrido de Reinosa a Pozazal donde los trabajos de limpieza de la vía han de efectuarse continuamente, porque las fuertes ventiscas arrojan la nieve sobre las trincheras, donde ha llegado a alcanza la nieve la altura de 2,55 metros.

Día 10: “Más de un metro de nieve en varios pueblos lebaniegos. En el puerto de San Glorio la nieve excede de los 3 metros y muchos pueblos lebaniegos están completamente aislados, pues los caminos y carreteras cubiertos de nieve hacen imposible todo tránsito. En los pueblos altos los vecinos atraviesan las barreras de nieve utilizando caballos de la región avezados a caminar en estas condiciones. En el valle de La Vega la nieve alcanza una altura de 1,5 metros en el pueblo de Dobres. Un metro alcanza la nieve en Caloca y en Espinama. En el refugio que en los Picos tiene la Dirección General de Turismo su espesor era de más de 2 metros aún cuando en sus proximidades hay zonas donde la nieve alcanza 4 y 6 metros (¡!) En la carretera del Puerto de San Glorio había ayer 3 metros de altura y en algunos tramos llegaba hasta 3,5 metros. Durante todo el día de ayer cesó la nevada y ha mejorado la temperatura, iniciándose lentamente el desnieve. En la comarca de Reinosa nevó ligeramente ayer por la mañana. En las calles de aquella ciudad la nieve tenía una altura de 90 centímetros pero también ha comenzado el desnieve y el frío es menos intenso.

Va a iniciarse a partir del día 11 una ligera mejoría acompañada eso sí del inicio de fuertes heladas en los días sucesivos. En el Escudo la nieve alcanzaba los tres metros de espesor y un grupo de celadores de la Telefónica se vio atrapado en la nieve al ir a reparar una avería, el Diario Montañés lo relata de la siguiente forma bajo el título

Tres celadores de la Telefónica a punto de perecer”:

Tres celadores, Enrique Terrados Polvorosa, Juan López Campillos y Antonio Millares, de Santander, se destacaron al Escudo para reparar una avería. El temporal de nieve era intensísimo y ellos llegaron hasta el lugar llamado Casa del Cinc. La nieve tenía una altura de más de dos metros. Desde aquel lugar tuvieron de continuar hasta La Navarra, hundiéndose hasta más de medio cuerpo y cayendo unas veces para levantarse con gran esfuerzo otras. Cuando amenazaba oscurecer iniciaron el regreso pero la fuerte ventisca, el frío y la nieve apenas los dejaban andar, desorientándose y corriendo el riesgo de tener que permanecer toda la noche metidos en la nieve. En medio del temporal percibieron a los hombres de una brigada de Obras Públicas que trabajaba cerca de la máquina quitanieves. Fueron avanzando hacia ellos, y estos al oír sus gritos, acudieron en su ayuda, proporcionándoles abrigo y alimentos. La noche la pasaron con estos obreros y al día siguiente consiguieron localizar la avería y repararla, regresando luego a Santander”.

Los días posteriores al 11 iniciaron una serie de fuertes heladas y un régimen de nieblas que mantuvo el ambiente muy frío hasta final de mes lo que produjo la congelación de la nieve y que ésta se mantuviese durante días, así el día 12 registró una temperatura mínima en Santander de –1.0 ºC con niebla helada como fenómeno más destacado de aquella mañana y un viento del norte que mantenía el ambiente extremadamente frío. Situación similar la del día 12 en el que continuaron además la limpieza de las calles de los diversos pueblos de la región en los que la nevada había sido más copiosa, como en Reinosa donde toneladas de nieve son echadas a los ríos. El puerto del Escudo queda transitable este día 12 aunque los demás continúan cerrados. Para el día 14 queda restablecido el funcionamiento normal del tren de La Robla; el tiempo se mantiene frío y encalmado en toda la región. Hacia el día 17 la prensa regional informa de las fuertes heladas que se estaban dando en toda la provincia, en Torrelavega por ejemplo la temperatura mínima había caído hasta los – 4.5 ºC, y en toda la comarca del Besaya aparecían helados numerosos regatos e incluso se daba el caso de algunas fuentes públicas que habían aparecido secas al encontrarse heladas como en Tanos donde los vecinos debieron echar agua caliente para conseguir restablecer el fluido elemento. Las temperaturas marcaban hitos no alcanzados desde hacía años. Hasta final de mes la situación se mantendrá prácticamente inalterada, con temperaturas bajas, tiempo bastante estable y un régimen más o menos persistente de nieblas y calimas.

Poco hay que agregar sobre este durísimo mes de enero, tal vez reflejar algunos datos extraídos del Boletín Mensual Climatológico de aquel mes:

Tanto en este cuadro como en otros posteriores, las cifras que aparecen entre paréntesis pretenden reflejar la diferencia entre la media para un período dado y la media observada ese mes, para percibir mejor lo duro que pudo ser aquel temporal; para Reinosa y Santander capital tomo la media del período 1931-60 que es en el que se encuentran estos años especialmente fríos de la década de los cincuenta, ese período presenta medias más bajas que el período 1961-90, si lo comparamos con esas medias entonces la diferencia y por tanto el contraste con los inviernos posteriores y actuales es aún mayor.

Finalizado el mes de enero se inicia un mes de febrero que va a presentar unas características bastante similares; comienza con buen tiempo en general en toda la región hasta aproximadamente los días 5/6, en que se inicia un empeoramiento gradual del tiempo con precipitaciones que afectaran a la capital los días 7, 8, 9 y 10 siendo de lluvia durante estos días para convertirse luego en tormentas con granizo y posteriormente en nieve 7.

La situación viene muy bien reflejada en el Boletín Mensual Climatológico de aquel mes:

Días 2 y 3: continúan las presiones más elevadas hacia el norte y NO de las Islas Británicas, una borrasca intensa se sitúa su centro en la tarde del día 3 al NE de Azores. Tiempo bueno en toda España.

Días 9 al 16: un centro borrascoso intenso, situado al NO del Archipiélago Británico, el día 9 avanza en dirección SE, cruza Europa Central y llega a Italia. En los días 13 al 16 aparecen centros de bajas hacia Túnez, Italia y sus proximidades. Al tiempo que las altas presiones se van extendiendo desde las regiones de las Azores hacia el norte y NE. Los vientos en España soplan del tercer cuadrante los días 9 y 10 con un aumento térmico. En días posteriores van girando hacia el NO y norte y se origina un descenso de las temperaturas. Desde el día 11 descargan precipitaciones en forma de granizo con aparato eléctrico en Cantabria y Alto Ebro. Las nevadas afectan a las cuencas del Duero, Alto Ebro, Aragón y los días 13 y 14 a Cataluña. En el centro, Andalucía y Baleares, se originan precipitaciones aisladas algunas en forma de nieve y tormentas.

En Cantabria se reinicia un fuerte temporal de nieve durante el día 11, acompañado de fuertes lluvias y granizadas en las zonas costeras. Todos los puertos vuelven a quedar cerrados al tráfico el día 12. Así nos informa El Diario Montañés el día 12:

Desde hace dos días reina un fuerte temporal del NO está lloviendo sin cesar desde la tarde del martes día 10. Durante la noche del martes se desencadenó una verdadera tormenta de agua y granizo en la capital que ha seguido durante la mañana con granizo intermitente. La lluvia recogida ha sido de 20 litros por metro cuadrado.

Y para el día 13:

Cuarenta centímetros de nieve en Reinosa. Se han hundido los tejados de algunas casas. Numerosos pueblos de Campoo están incomunicados. En Santander en todo el día de ayer continuó el fuerte temporal de agua y granizo, dejándose sentir el frío con más intensidad que en días anteriores. La temperatura mínima fue de 5 ºC (...) En Reinosa y en todo el valle de Campoo nieva con extraordinaria intensidad. En la ciudad la nieve alcanza los 45 centímetros de espesor. Los tejados de algunas casas se han hundido a consecuencia del peso de la nieve. El puerto de Pozazal ha quedado totalmente cerrado al tráfico. Y en igual situación están los demás puertos de la provincia".

La situación era igualmente preocupante en todo el norte peninsular, con fuertes nevadas en Navarra, Huesca, Vizcaya (con especial mención de las tres capitales vascas), Norte de Castilla, Asturias, etc. Con aislamiento total de provincias enteras, como era el caso de Asturias, Palencia y León, Lugo en Galicia, el norte de Aragón, y así muchas más.

Día 14: “Sigue nevando en Reinosa y Liébana. Varios pueblos incomunicados totalmente. Con hojas de maíz, de los jergones, tienen que alimentar a sus ganados en algunos pueblos bloqueados. El régimen de heladas primero y ahora el recrudecimiento del temporal de agua, granizo y nieve ha creado una angustiosa situación al campesino y ganadero montañés, la cual de no remediarse causará perjuicios a su cabaña”.

La escasez de piensos era casi total en toda la provincia y los ganaderos recorrían los pueblos en busca de alimento para su cabaña. Es de destacar aquí la situación que los constantes temporales y el invierno severo generaba en la gente del campo creando una escasez de recursos verdaderamente impensable hoy día. Mientras tanto en Reinosa continuaba la nevada; “en Reinosa continúa nevando con gran intensidad y de forma casi ininterrumpida en toda la comarca. La nieve viene acompañada de grandes ventiscas que hace angustiosa la circulación por las calles y caminos. La nieve alcanza en las calles de la ciudad un espesor de 70 centímetros y los repartos domiciliarios de pan, leche y carbón tienen que hacerse por medio de trineos. La temperatura es de –3 ºC”.

En Liébana la situación era muy similar, toda la comarca estaba aislada con alturas de nieve de hasta tres metros en San Glorio y más de un metro en Espinama. Angustiosa era la situación de los ganaderos del valle por la falta de piensos al estar los ganados recogidos en los establos todo el durísimo invierno.

Las fuertes nevadas se extendían por media España, incluso alcanzaban la zona de Tetuán y el norte de África. Nevaba abundantemente en los Pirineos y el Sistema Central, temperaturas bajísimas en todo el norte peninsular (hasta –16 ºC en Huesca). En Cantabria continuaba nevando en toda la provincia el día 15 llegando la nieve a la capital; en Reinosa “la comunicación con los pueblos de esta comarca sigue interrumpida y muchos de ellos lo han estado durante casi dos meses. Las aguas del pantano están heladas nuevamente8.

Ante la nevada caída el día 15 sobre la capital los periódicos de la época reflejan la noticia con fotos de portada e información abundante:

Gran nevada en Santandertitula el Diario Montañés, para continuar “en nuestra ciudad nevó durante más de dos horas seguidas en la mañana del domingo (día 15), cubriéndose las calles de nieve y alcanzando alturas en algunos lugares de más de 20 centímetros. La alcaldía ordenó la salida del personal de limpieza con las mangas de riego para quitar la nieve de las calles, ordenando igualmente a los porteros la limpieza de las aceras correspondientes a cada portal”.

Seguía nevando en Reinosa y comarca y también en Liébana con más de dos metros de nieve en los pueblos altos. En Campoo la situación en muchos pueblos se hacía cada vez más desesperada por la falta de piensos para el ganado y de alimentos básicos para las personas como por ejemplo el aceite. Todos los puertos continuaban cerrados. El tráfico ferroviario se hacía poco menos que imposible. Así continúa la situación hasta el inicio de la tercera decena del mes en que empieza una mejoría del tiempo y se inicia un nuevo período de heladas intensas que mantendrán la nieve en muchas comarcas hasta mediados de marzo. Aún nieva débilmente en Santander el día 16. Se restablece la normalidad en los trenes el día 19. Así poco a poco la región se irá recuperando de un invierno verdaderamente excepcional por lo largo e intenso que fue.

Olas De Frío Y Temporales De Nieve En Cantabria En Los últimos Cien Años
Elaborado a partir de los datos del Boletín Mensual Climatológico de Febrero de 1953.

El cuadro anterior refleja las temperaturas medias y las extremas para varios observatorios de la provincia de Cantabria en aquel duro mes de febrero. Los datos son muy similares a los de enero y si los agregamos tenemos unos resultados de 18 días de nieve para Reinosa, con una temperatura media de -0.7 ºC para el bimestre enero-febrero, la nieve cubrió el suelo de forma continuada durante todos los días de estos dos meses, para Santander ocurre algo parecido con temperatura media de 7.0 ºC para los dos meses muy por debajo de la media habitual en la ciudad, y así para los demás observatorios. Fue por tanto un invierno muy frío y este frío persistió de forma continuada desde finales de diciembre hasta mediados de marzo reflejándose en las medias de los meses invernales, además del frío el invierno trajo dos fuertes temporales de nieve, uno hacia la nochevieja de 1952 que duró hasta el final de la primera decena del mes de enero y el otro ya en febrero se desarrolló entre los días 9 y 16 de dicho mes. Esas nevadas fueron sucedidas por períodos de fortísimas heladas lo que hizo que la nieve permaneciese cubriendo el suelo durante días.

LA GRAN NEVADA DE ENERO-FEBRERO DE 1954

Fue 1954 un año excepcional en los hitos de las grandes nevadas en Cantabria; tanto es así que muchas de las gentes del campo con las que he podido hablar la recuerdan como la peor que ellos han sufrido y es que parece que el temporal que se abatió sobre Cantabria entre finales de diciembre de 1953 y principios de febrero de ese año 1954 podría incluso ser comparable a la “gran nevadona del año de los tres ochos” de la que anteriormente hicimos referencia. Incluso pudiera haber sido peor9. En cualquier caso en la zona campurriana se la recuerda como la peor de todo el siglo pasado, bastante mayor en cuanto a espesor de nieve que las sucesivas nevadas de la misma década de los años cincuenta y en especial que la de febrero de 1956 que resultó ser el mes más frío del siglo.

Aquel año de 1954 se inició con un mes de enero bastante revuelto, sobre todo en las regiones del norte peninsular, así lo atestigua el Boletín Climatológico Mensual publicado por el Instituto Nacional de Meteorología:

Días 1 al 3: “el área anticiclónica más intensa permanece al oeste del archipiélago británico, desde donde se extienden las altas presiones hacia el SO o sur. En el Mediterráneo occidental las presiones son relativamente bajas. En nuestra península, que es atravesada por algún frente frío, predominan los vientos de componente norte, y se registran temperaturas bajas, llegando las mínimas hasta los 12ºC bajo cero en Teruel el día 3”(...)

Días 4 al 8: “siguen las presiones más altas al oeste de las Islas Británicas(...) En el Mediterráneo se forma un mínimo depresionario hacia las proximidades de Córcega y Cerdeña. Siguen las temperaturas bajas hacia Albacete, Cuenca Teruel y Soria. Continúan los vientos del norte. Nieva en la cuenca del Duero Aragón, Alto Ebro y puntos altos de otras regiones”(...)

Como podemos ver en estas descripciones de la situación sinóptica la circulación era claramente del norte en toda la península, afectando de lleno a Cantabria donde en su capital se producían chubascos de granizo los días 1, 4, 5, 6 y 7 del mes, así como chubascos de lluvia los días 9 y 11. En Reinosa se había iniciado la nevada la noche de fin de año de 1953 y el primer período del temporal se prolongó hasta el día 8 de enero. La situación tendió a mejorar hasta finales de mes cuando se inicia un nuevo recrudecimiento. A finales de mes la situación era la siguiente:

Días 28 al 31: “Otro centro borrascoso pasa desde el sur de Inglaterra al Mediterráneo. Las isobaras cambian en estos días de dirección (de NO-SE a NE-SO). Desciende la temperatura en los últimos días del mes. Descargan chubascos tormentosos y nevadas en Cantabria y Galicia. Nieva en las mesetas castellanas, Alto Ebro y puntos de Aragón, especialmente los días 28 y 29”.

Sobre Santander capital descargan estos últimos días del mes tormentas y chubascos e incluso nieve el día 31. La situación en la provincia comienza a hacerse preocupante, el colapso de la red ferroviaria es ya un hecho igual que el aislamiento de los pueblos más altos de la zona sur de la región y el área lebaniega. En Reinosa después de los días relativamente bonancibles de mediados de mes la temperatura vuelve a descender y comienza a nevar el día 26, y arrecia la nevada a medida que nos acercamos al final del mes. A través de la siguiente tabla podemos entender mejor lo duro que fue aquel mes de enero de 1954.

Olas De Frío Y Temporales De Nieve En Cantabria En Los últimos Cien Años
Elaboración propia a partir de los datos del Boletín Climatológico Mensual de Enero 1954 10.

Observamos unas temperaturas inferiores a las normales para la época del año que estamos tratando, especialmente en Reinosa donde la media de aquel mes de enero de 1954 fue inferior en 2.8ºC a la normal de la serie 1911-1975 que es de 2.2ºC; en cuanto a las precipitaciones puede decirse que fueron superiores a las normales entre un 47% en el caso de Villacarriedo, un 45% en Reinosa y un 12% en el caso de la capital Santander. Fue por tanto un mes frío y lluvioso y en las zonas altas estas lluvias se convirtieron en nieve, tal y como podemos ver en el cuadro siguiente:

Olas De Frío Y Temporales De Nieve En Cantabria En Los últimos Cien Años
Elaboración propia a partir de los datos del Boletín Climatológico Mensual de Enero 1954.

Es digno de resaltar la gran cantidad de días de nieve que se registraron en Reinosa (16) y la importante precipitación que se acumuló durante todo el mes, lo que nos da una idea del espesor que tuvo que alcanzar la nieve durante este primer mes del año y teniendo en cuenta que lo peor estaba aún por llegar. En Santillana se registraron tres días de nieve y en Santander uno, todos ellos al final del mes cuando la situación de componente norte se recrudeció de forma importante y aún lo haría más a principios de febrero.

La prensa regional comienza a destacar los problemas con que se encuentra toda la zona alta de Cantabria a medida que avanza el mes y la situación va empeorando:

Día 30: “violento huracán azotó ayer nuestra ciudad con vientos de hasta 119 km./h. Vientos del NO que obligaron al cierre del aeropuerto de Parayas. Fuertes nevada en la parte alta de la región especialmente en Campoo y Liébana.

Llegaban informaciones de Potes dando cuenta del fuerte temporal de lluvia y nieve que hacía intransitables los caminos y producía graves inconvenientes en los pueblos más altos del valle.

El día 31 se mantiene el mismo tenor en los partes meteorológicos reproducidos por el Diario Montañés con temperatura mínima en Santander de 4.0ºC y máxima de 10.0ºC, vientos del NO fuertes e importantes precipitaciones de lluvia y granizo.

Así las cosas llega el mes de febrero y la atmósfera de aquellos primeros días preparaba lo que fue una de las mayores nevadas del siglo. Los cinco primeros días del mes fueron los más intensos del temporal, la situación viene bien reflejada en la descripción del boletín mensual climatológico de aquel mes.

Días 1 al 7: Hasta el día 6 hay una depresión estable en el Mediterráneo Occidental, originándose a veces mínimos hacia el golfo de Cádiz. Las presiones más elevadas aparecen generalmente sobre Escandinavia y el Atlántico, al oeste de las Islas Británicas. Se originan corrientes aéreas del NE que dan lugar a intensos fríos sobre nuestro territorio y precipitaciones en forma de nieve incluso en Andalucía y Levante, del 3 al 5. En los primeros días se originan también chubascos tormentosos, especialmente en Cantabria(…)

A través de los mapas meteorológicos de los primeros días de febrero de 1954 podemos observar la evolución de la situación meteorológica en el momento más crudo de la ola de frío que azotó toda la geografía peninsular por aquellas fechas. Observamos una circulación claramente del NE y una gran lengua de aire frío que avanza sobre España y el sur de Europa canalizada por una profunda borrasca en el Mediterráneo occidental y un fuerte anticiclón hacia Escandinavia y las Islas Británicas. (Fig. 3)

Olas De Frío Y Temporales De Nieve En Cantabria En Los últimos Cien Años
Figura 3: mapa de situación el día 03/02/1954

Cantabria se ve azotada aquellos días por un fuerte temporal de nieve que colapsa la actividad de toda la región, que genera numerosos problemas de abastecimiento, de comunicación, de transporte, y que es abordado en la prensa local con profusión de noticias que nos ayudan a darnos una idea de lo que estaba ocurriendo en toda la provincia.

En su número del día 2 El Diario Montañés nos informa de la fuerte nevada en Bilbao (hasta 35cms.) con una mínima de –7ºC, de la congelación del río Manzanares a su paso por Madrid hecho que no ocurría desde hacía 20 años, de los –19ºC de temperatura mínima en La Granja de San Ildefonso, de los 2 metros de nieve en el puerto asturiano de Pajares, etc. Y lo que es más importante para nosotros nos detalla lo que ocurría en Cantabria:

Santander está aislada del resto del país, nieva desde el domingo día 31. El Escudo tiene paredes de nieve de entre 3 y 4 metros. Los trenes se encuentran paralizados en Reinosa con alturas de hasta 1.50 metros sobre los rieles.” Y lo que es más sorprendente es el relato de la situación en la capital: “después del intenso frío que se dejaba sentir en los últimos días de la semana pasada, con lluvia y granizo, amaneció el día del domingo (día 31) nevando. Desde las siete de la mañana (...) para desaparecer luego y volver a formarse y hacerse firme durante la noche, en que nevó con más intensidad. Ayer amaneció toda la ciudad nevada, y durante todo el día, con ligeras pausas, continúo cayendo la nieve llegando a alcanzar en algunos lugares altos hasta 20 cms. de altura”.

Tenemos una importante nevada sobre la misma ciudad de Santander, cuajando la nieve hacia el día 1 de febrero y continuando la nevada los días 2, 3, 4 y 5. Pero para darnos una idea más exacta de lo que ocurría en la capital de Cantabria, basta con leer el bando de la alcaldía santanderina del día 1 de febrero:

Se recuerda la obligación en que se encuentran los porteros y dueños de establecimientos comerciales e industriales de limpiar de nieve las aceras correspondientes a los frentes de las fincas en que presten sus servicios o de los comercios o industrias”.

Si la capital estaba bajo un manto blanco, ¿qué se podía esperar del resto de la región? Evidente es que la situación era casi desesperada porque caía nieve sobre la que ya había caído en enero y el temporal no remitía sino que arreciaba. Ya antes hemos visto que hacia el día 26 vuelve a nevar en Reinosa y no dejará de hacerlo hasta el día 7 de febrero. Así para el día 1 informa el Diario Montañés: “Reinosa; no se puede habar de la altura general de la nieve, ya que mientras en algunos puntos existe un metro, en otros , más de estos que de aquellos, por efecto del viento, hay verdaderas montañas de más de 5 metros (¡!) (...) incluso utilizando balcones y ventanas para salir a la calle a retirar la nieve que bloquea totalmente las puertas de sus domicilios”. En las crónicas enviadas desde la capital campurriana se habla de sufrimiento y desmoralización entre los vecinos por las continuas nevadas que sufre año tras año la zona.

La cosa no estaba mejor en Liébana, la altura de la nieve alcanza un metro en Potes (téngase en cuenta que está a poco más de 200 metros de altitud), y las comunicaciones y transportes con los pueblos del valle eran imposibles.

Si seguimos el relato de la prensa regional de aquellos días encontramos lo siguiente;

Día 3 de febrero: “En Santander continúa nevando débilmente. Empleados de limpieza y bomberos municipales se afanan en limpiar las calles. Cerrados puertos y ferrocarriles”. La Temperatura máxima para este día fue de 4ºC y la mínima de -3ºC.

En Reinosa se producía la visita del Gobernador Civil, un periodista del periódico Diario Montañés lo acompañaba y relataba luego para la prensa la odisea de la capital campurriana: “En algunos sitios, la nieve alcanzaba los 3 metros y en otros lugares, pasaba de los 5 metros. En varias calles los vecinos habían abierto túneles para poder pasar de un sitio a otro”. La carretera de Palencia presentaba según la información del periódico hasta 7 metros de nieve en algunos sitios. (¡!).

Día 4: en Reinosa continúa la ventisca y las temperaturas bajas (hasta –9ºC). El relato se hace nuevamente dramático, “es mínima la circulación de peatones pues los reinosanos se guarecen en sus casas y sólo salen al exterior en los casos indispensables. La ventisca hace imposible la visibilidad a dos metros de distancia. Pasa ya de 3 metros la nieve depositada en las calles. En la calle General Mola, la nieve alcanza ya la altura de los primeros pisos, habiendo sido preciso hacer unos túneles para facilitar el acceso a las viviendas”.

La información que se recibe del resto del país es igualmente alarmante, hasta –9ºC en Irún, congelación del agua bendita de la pila de la entrada en la iglesia parroquial de esta localidad, no conociéndose otro caso igual; más de un metro de nieve en Burgos capital, -21ºC en La Granja (Segovia), etc.

Día 5: Campoo sigue totalmente bloqueado. El Gobernador Civil en su vuelta a Santander debe hacer a pie 11 kilómetros hasta Lantueno donde están las máquinas quitanieves bloqueadas y desde allí dirigirse a Santander capital donde cae una nueva nevadas el día 4 cubriendo de blanco la ciudad. La provincia se halla totalmente aislada del resto de España tanto por carretera como por ferrocarril.

El día 6 se produce un hecho excepcional como es el traslado de una enferma de apendicitis y vecina del pueblo de Cabañas de Virtus hasta el hospital Marqués de Valdecilla. Seguimos el relato del enviado especial del diario Alerta: “A las tres de la tarde, con una copiosa nevada, llegué a Ontaneda, desde Puente riesgo para allá el automóvil derrapó muchas veces y se hizo preciso colocar un juego de cadenas en sus ruedas traseras. Cuando pregunté noticias de la expedición en el Cuartel de la Guardia Civil de Ontaneda un cabo me explicó que el teniente había salido al encuentro a caballo. El automóvil se negó a seguir más arriba. Fue entonces cuando tuve la suerte de encontrar el jeep de la Guardia Civil que se hallaba esperando la llegada del gobernador civil. En ese jeep conseguimos llegar hasta Entrambasmestas (…) Ocho fuertes castellanos abrasados por la ventisca, abrigados con gruesas zamarras, portaban a Isabel García, joven madre de cuatro hijos, cubierta con gruesas mantas y atada fuertemente a las parihuelas para evitar que se deslizara y cayera al suelo. Ocho hombres llevan sobre sus hombros, ayudados por sogas a la enferma. Hace tres días Isabel tuvo los primeros síntomas del ataque. El médico de Cilleruelo de Bezana no pudo verla hasta ayer. Su diagnóstico fue ataque de apendicitis, durante esa madrugada Isabel se agravó. Su marido Pedro Díaz, chofer de profesión fue al amanecer a consultar con su colega Antonio López. Así a las ocho de la mañana el pueblo entero supo la noticia. Hacían falta voluntarios para cruzar el Escudo, pasando neveros de siete y ocho metros, llegar hasta Luena, donde la carretera está libre. Desde Cabañas de Virtus a Luena hay dieciocho kilómetros a través de uno de los puertos más tortuosos y desapacibles de la península. Hasta Entrambasmestas donde la expedición enlazó con el jeep de la Guardia Civil los héroes del Escudo con doce grados bajo cero y la nieve por la cintura cubrieron veinticinco kilómetros en el curso de una admirable empresa de heroísmo difícilmente superable. (…) En la cota más elevada del puerto, una cegadora ventisca envolvió a la expedición. De vez en cuando, Pedro Díaz cambiaba la bolsa helada de su mujer, introduciendo nieve menuda en ella. Isabel García es castellana de mucho temperamento y procuro no entorpecer el avance sobre la tempestad. En Cabañas al salir, el médico le puso una dosis de acucilina y su primo el médico de Luena la esperaba en su pueblo para examinarla y a su vez ponerle una nueva carga de antibióticos. De Luena hasta las proximidades de Entrambasmestas los héroes del Escudo tuvieron la sensación de un paseo ante la meta próxima. Eran las seis de la tarde. Isabel García hasta Alceda donde aguardaba la ambulancia hizo el viaje en el jeep. (…) Finalmente en Alceda se hizo el trasbordo, ante la curiosidad de numerosísimas personas. Y ya de allí el coche clínico partió velozmente hacia Santander.

La enferma se recuperó satisfactoriamente. Vale la pena reseñar esta historia por lo que refleja de la época, de unos temporales que en aquellos años y dadas las condiciones en que se producían daban lugar de situaciones verdaderamente dramáticas a la vez que generaban una gran solidaridad entre las gentes.

La situación sólo comienza a mejorar a partir del día 7 de febrero pero muy lentamente si tenemos en cuenta que aún este día nieva en Reinosa y los obreros espaleadores y las máquinas quitanieves no han conseguido abrir paso para el ferrocarril. Hasta el día 10 no se abre la carretera de Unquera a Potes por el desfiladero de la Hermida, ni se restablece el servicio de RENFE entre Madrid y Santander.

Entre los días 8 al 15 hay una mejoría general del tiempo acompañada de una subida importante de las temperaturas, así lo refleja el parte del Boletín Mensual Climatológico:

Días 8 al 15: Diversos centros depresionarios cruzan el archipiélago británico. Las altas presiones permanecen en el Atlántico, al suroeste de nuestra península. En todas nuestras regiones, atravesadas por diversos frentes, soplan vientos de componente oeste. Las temperaturas están por encima de las normales en esta época del año. Se origina abundante nubosidad y un régimen general de lluvias con algunos chubascos tormentosos aislados al final de la quincena. Unicamente los días 8, 9, 10 y 12 no se registran precipitaciones dignas de mención en Cataluña, Levante y Sureste.

Después de esta mejoría se produce un nuevo empeoramiento, llegando a nevar en Santander capital los días 19 y 20, aunque en este caso será de forma transitoria.

Días 19 al 21: continúa la depresión mencionada del sur de Italia. Las altas presiones permanecen hacia el báltico, y las del Atlántico se van extendiendo hacia el este. Predominan los vientos de componente norte. Se registran chubascos tormentosos en Cantabria y alto Ebro, y lluvias en Galicia.

Días 22 y 23: siguen las presiones más elevadas al noreste del Báltico. En nuestra península el gradiente es débil y se debilita la presión. Un centro borrascoso se sitúa alejado hacia el Norte de las Islas británicas. El tiempo es bueno en todo nuestro territorio peninsular y se originan en muchas zonas nieblas y neblinas, generalmente matinales.

Olas De Frío Y Temporales De Nieve En Cantabria En Los últimos Cien Años
Foto del traslado de la vecina de Cabañas de Virtus – febrero 1954

Fue desde luego un temporal excepcional, la altura de la nieve acumulada pocas veces se había dado con anterioridad y seguramente no se ha vuelto a repetir, un temporal que se produce después de lo que había sido ya un mes de enero sumamente frío y nivoso en toda la provincia, un temporal que dejó Cantabria aislada prácticamente durante dos semanas seguidas, un temporal que fue seguido de fuertes heladas que hicieron que la nieve no desapareciese en muchos sitios hasta bien entrado el mes de marzo (en Reinosa hasta el día 10), un temporal en definitiva memorable y posiblemente irrepetible.

De aquel mes de febrero de 1954 quedaron unas cifras verdaderamente extraordinarias, las reproducimos aquí:

Olas De Frío Y Temporales De Nieve En Cantabria En Los últimos Cien Años
(Elaboración propia a partir de los datos del Boletín Mensual climatológico de febrero de 1954)

Un breve análisis de estos datos nos obliga a prestar especial atención al caso de Reinosa, presenta para los dos primeros meses del año un total de 30 días de nieve (14 en febrero y 16 en enero), la acumulación en sus calles fue superior a los dos metros y puede concluirse que sin duda fue la nevada más dura de todas las que sufrió la capital campurriana a lo largo del siglo, peor que la de enero-febrero de 1953 (aunque esta batió el récord de días de permanencia del blanco elemento en las calles reinosanas), y también peor que la de febrero de 1956 (aunque en este caso el frío fue más intenso), comparable sólo a la de 1888 como ya antes vimos aunque de esta nos faltan datos concretos. De destacar es también la temperatura mínima absoluta (-14.6ºC) y la media mensual, 3.4ºC por debajo de la normal.

Fue un mes de febrero muy duro agudizado porque se venía de un mes de enero también muy difícil meteorológicamente hablando; sumando las precipitaciones de los dos meses nos dan cifras muy elevadas para todos los observatorios, 622.6mm para Villacarriedo (lo normal hubieran sido 317 mm.), 307.6 para Santander (la media es de 209.0 mm. para el período 1931-60), 421.1 mm. en Reinosa (la normal 249.0 mm.) y así sucesivamente, teniendo además en cuenta que estas precipitaciones fueron en su mayoría en forma de nieve o granizo incluso en la capital santanderina. Fue, no cabe duda, un temporal extraordinario en duración e intensidad y fue también un invierno sumamente duro.

Referencias

  1. INOCENCIO FONT TULLOT, Historia del Clima de España. Cambios climáticos y sus causas. A nivel general habría un ligero enfriamiento entre 1945 y 1965 según GARCÍA CODRÓN, Una historia para el clima, un clima para la historia. Universidad de Cantabria. Este ligero enfriamiento podría haberse producido como consecuencia de un reajuste en el régimen de las corrientes marinas y siempre dentro de una tendencia general a un clima cada vez más templado.
  2. INOCENCIO FONT TULLOT, Historia del Clima de España. Cambios climáticos y sus causas.
  3. Obsérvese la importante subida de las temperaturas medias en el decenio 1991-2000, mucho mayor si se las compara con las medias de 1951-1960.
  4. VVAA “Francisco Hernández y su serie climatológica de Reinosa”.
  5. Santander capital tuvo una temperatura media para enero y febrero de 7.0 ºC, lo que supone una desviación con respecto a la media de 1931-60 de 2.3 ºC, siendo el mes de febrero el séptimo más frío del siglo y enero resultó ser el segundo más frío superado sólo por enero de 1945. Durante este año de 1953 en Reinosa se produjo el récord de días con el suelo cubierto de nieve (78) y es que durante 80 días (del 28 de diciembre de 1952 al 17 de marzo de 1953), el suelo de Reinosa permaneció cubierto ininterrumpidamente por la nieve, siendo el período más amplio que se ha conocido. Nevó todos los días del 28 de diciembre hasta el 9 de enero, luego llegaron las heladas inferiores a los –10 ºC sobre todo a partir del día 20. La nieve se conservó hasta el 10 de febrero que vuelve a nevar no parando hasta el día 16, volviendo las heladas aunque más moderadas (-6ºC/-7ºC), conservándose así la nieve hasta el día 17 de marzo. El espesor de nieve acumulado fue de 3,48 metros para los dos meses. La temperatura media fue de -1.0ºC para enero (sólo superada por enero de 1945) y 0.5ºC en febrero, con 10 días de nieve en enero y 9 en febrero y una precipitación total mensual de 223 y 150 mm. Respectivamente para enero y febrero. Hubo de ser sin duda un invierno durísimo, estas cifras lo atestiguan. Es de destacar que en la costa prácticamente no nevó aunque sí se produjeron importantes granizadas. En Santander está registrada nevada sólo los días 14 y 15 de febrero.
  6. Título un tanto engañoso pues los problemas ya no eran ni mucho menos pequeños, comenzaban a ser casi angustiosos en las zonas más elevadas de la provincia y se agravarían durante lo que quedaba de invierno.
  7. Nieva en Santander los días 14 y 15 de febrero, cuajando sobre todo durante la mañana del día 14. Las granizadas son generales desde el día 11 hasta el 16.
  8. Es muy de destacar este párrafo, ¡dos meses de incomunicación!, ¿imaginamos hoy algo igual? Incluso aunque el invierno fuese equivalente a aquel nadie entendería una incomunicación tan prolongada en el tiempo.
  9. Así lo indica Francisco Hernández (colaborador del Instituto Nacional de Meteorología en Reinosa de 1911 hasta 1975), en la entrevista que le realiza la revista Fontibre en su número de agosto-septiembre de 1959, preguntado sobre cuál era la nevada más grande que había conocido, mencionaba la de la primavera de 1917, la de 1953 y a continuación la de 1954: “en cuanto a nieve caída superó a todas la de 1954, porque a los 2.80 metros de enero hubo que agregar 1.24 metros en febrero. Por los datos de que disponemos, sin tener en cuenta lo que dice la tradición, pues siempre se alteran las cosas que se cuentan de palabra, fue mayor la nevada del 54 que la del 88”.
  10. Entre paréntesis hemos puesto la desviación de la temp. media (en general negativa) y de la precipitación (en general positiva) con respecto a las medias normales para dichas estaciones y que hemos reproducido al principio del trabajo, de esta forma puede verse la intensidad de la ola de frío con respecto a un mes normal y también la gran cantidad de nieve caída en algunos observatorios si tenemos en cuenta que buena parte de la precipitación fue sólida durante todo el mes. Para Santander capital la media que hemos usado para comparar es la de 1931-1960, más baja que la de 1961-90, por tanto si comparásemos con las temperaturas medias que se están dando los últimos inviernos en nuestra región la diferencia sería mucho mayor aún.

Continuará

Esta entrada se publicó en Reportajes en 27 Oct 2005 por Francisco Martín León