Un meteorólogo italiano: "la última tormenta solar podría ayudar a debilitar el vórtice polar antes de Navidad"

La tormenta solar severa de hace unos días podría contribuir aún más a debilitar el vórtice polar, abriendo nuevas perspectivas de frío y nieve en Europa de cara a diciembre.

En los últimos días, la Tierra ha sido azotada por una de las tormentas solares más intensas registradas en los últimos años. Sin duda, una de las más fuertes en lo que llevamos de siglo.

Según el Centro de Predicción Meteorológica Espacial de la NOAA, esta perturbación provocó apagones de radio y espectaculares auroras boreales hasta latitudes muy bajas. Pero hoy nos preguntamos si este evento, realmente impresionante, puede tener consecuencias en el clima terrestre, como un posible y repentino calentamiento estratosférico (Sudden Stratospheric Warming, o SSW).

¿Existe una relación entre los fenómenos de calentamiento estratosférico y el ciclo solar?

El calentamiento estratosférico consiste en un calentamiento masivo y repentino de la estratosfera, incluso del orden de +50 °C +60 °C en pocos días, provocado por las ondas planetarias (ondas de Rossby) que transportan calor desde la troposfera hacia arriba.

Este transporte de calor, de abajo hacia arriba, invierte los vientos del vórtice polar, que en lugar de soplar de oeste a este cambian de dirección, soplando de este a oeste. Esto debilita sustancialmente el vórtice polar, que puede inclinarse hacia Asia o Europa, y en otras situaciones puede provocar una ruptura total del vórtice polar, con la denominada división.

Vórtice polar
Cuando el vórtice polar se debilita o se divide, el aire frío que normalmente permanece confinado sobre el Ártico puede desplazarse hacia el sur, impulsado por cambios en la circulación atmosférica.

Esta pérdida de intensidad del vórtice polar tiende a tener efectos en cadena en la troposfera, alterando la circulación atmosférica general de todo el hemisferio norte y permitiendo que las masas de aire frío o gélido de origen ártico alcancen más fácilmente la zona templada, provocando olas de frío y nevadas a baja altitud.

La teoría inicial, propuesta por Scherhag en los años 50, relacionaba el calentamiento estratosférico con las erupciones solares, pero estudios posteriores han aclarado que la relación es indirecta y está mediada por el ciclo solar de once años, y no por eventos individuales.

Durante el máximo solar, la radiación aumenta un 15 %, calentando la estratosfera tropical y alterando los vientos zonales a través de mecanismos "descendentes". A partir de ahí, el ozono absorbe más rayos ultravioleta, amplificando el calentamiento y propagando anomalías hacia los polos.

El vórtice polar, un puente entre la actividad solar y la circulación troposférica

Un estudio de 2020 publicado en la revista Journal of Space Weather and Space Climate comparó los factores solares y terrestres que influyen en el vórtice polar, y observó que las precipitaciones de electrones energéticos procedentes de tormentas solares refuerzan el vórtice en la estratosfera inferior (enfriándolo) y lo calientan en la superior, pero solo durante la fase este de la Oscilación Cuasi Bienal (QBO-E).

Sin embargo, un análisis de 2022 publicado en Atmosphere destaca que el vórtice polar actúa como puente entre la actividad solar y la circulación troposférica. Se ha observado que durante el máximo solar (como el actual) el vórtice polar tiende a debilitarse a través de interacciones con ondas planetarias. Por el contrario, durante los mínimos solares, el vórtice se refuerza, reduciendo el riesgo de calentamiento estratosférico y, sobre todo, de eventos de calentamiento estratosférico importante.

¿Podría la reciente tormenta solar desencadenar un gran calentamiento estratosférico?

La tormenta solar de noviembre de 2025 llega en un contexto favorable, en el que el vórtice polar ya se ha formado, pero es débil tras un otoño atípico con temperaturas estratosféricas polares superiores a la media (+2-3 °C de anomalías observadas por el NCEP).

Actualmente, con el debilitamiento adicional del vórtice polar y la inversión de los vientos zonales, aumentan las probabilidades de que se produzcan importantes olas de frío en Europa en las próximas semanas.

Los modelos ECMWF y GFS prevén un alto riesgo de calentamiento de la estratosfera en diciembre, con vientos a 10 hPa (30 km) que podrían invertirse a 60°N. La reciente tormenta solar ha inyectado óxidos de nitrógeno en la mesosfera polar, lo que podría amplificar las ondas de Rossby, uno de los principales factores de calentamiento de la estratosfera polar.

Sin embargo, los estudios subrayan que un solo evento solar no es suficiente, lo que cuenta es el contexto cíclico. Durante el máximo del ciclo 25, la probabilidad de un calentamiento estratosférico importante aumenta entre un 20 % y un 30 % en invierno, como se observó en 2013-2014.

La reciente tormenta podría haber "preparado" la estratosfera, debilitando aún más el vórtice entre un 10 % y un 15 % en las próximas 2-3 semanas, según simulaciones con modelos 3D GCM que incorporan forzamientos solares.

Si se produce un calentamiento estratosférico importante, los efectos en diciembre podrían incluir un desplazamiento más al sur del ramal principal del chorro polar, con aire ártico que irrumpiría en el centro y sur de Italia, provocando heladas tempranas y nevadas hasta cotas bajas.

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