El paraíso marroquí que pasó de pueblo pesquero de casas blancas y azules a destino de moda
Su localización privilegiada, su ambiente surfero, su mezcla cultural y su transformación (planificada con respeto) lo elevan como destino único. Toma papel y anota.

A orillas del Atlántico, Marruecos ofrece tantos paraísos reconocidos como rincones por descubrir. Ciudades como Marrakech, Fez, Rabat o Casablanca acaparan los itinerarios de muchos turistas españoles por sus medinas, palacios, zocos, gastronomía, o su intensidad cultural.
También se ha disparado el interés por los desiertos del Sáhara, las rutas por el Atlas, los oasis y los pueblos bereberes. En 2023 Marruecos recibió unos 2,8 millones de turistas españoles hasta noviembre, lo que supuso un crecimiento del 38% respecto al año anterior.
Taghazout-Marruecos pic.twitter.com/GXCksZEP7z
— Leo Amaya ️ (@L30amaya) February 12, 2024
Sin embargo, más allá de los circuitos consagrados, existe un destino que ha pasado relativamente desapercibido hasta hace poco, que combina playa, surf, tradición bereber y naturaleza costera.
La aldea bereber convertida en capital del surf marroquí
Este lugar se llama Taghazout y está situado a orillas del Atlántico, en la región de Souss-Massa. Apenas a 19 kilómetros al norte de Agadir, la gran ciudad costera del sur, y a unas dos horas en coche de Essaouira, Taghazout parece un lugar diseñado para frenar el tiempo.
Lo cierto es que llegar aquí es descubrir otro Marruecos. Uno sin el bullicio de las medinas, sin el caos del tráfico urbano, pero con el encanto intacto de la vida local.
De redes de pesca a tablas de surf
Hasta hace pocas décadas, Taghazout era un pueblo eminentemente pesquero. Sus habitantes (en su mayoría bereberes) se dedicaban a faenar en el Atlántico y a comerciar con aceite de argán, producto estrella de esta región. El ritmo era pausado, marcado por la marea y las estaciones.
Taghazout, Marruecos ️ pic.twitter.com/742sAGzP62
— Farida Loudaya (@FaridaLoudaya) August 12, 2025
Fue en los años 60 y 70 cuando llegaron los primeros hippies y surfistas europeos. Buscaban olas salvajes, atardeceres tranquilos y una vida sencilla. Encontraron en Taghazout todo eso y más: un ambiente acogedor, precios asequibles y una costa que parecía hecha a medida para la tabla. Desde entonces, el pueblo empezó a atraer a una comunidad internacional de viajeros alternativos que le dieron un aire bohemio, relajado y multicultural.
Si Taghazout ha saltado a la fama internacional es por una razón: sus olas. El pueblo es considerado la capital del surf en Marruecos. Zonas como Anchor Point son ya míticas, con derechas largas y potentes que figuran entre las mejores de África. Pero no hace falta ser un profesional para disfrutar: hay playas más tranquilas, perfectas para aprender o mejorar técnica, lo que convierte al destino en un imán tanto para principiantes como para surfistas experimentados.
THE WORST VLOG ON PLANET EARTH EP 3 - Morocco
— NobodySurf (@nobody_surf) January 3, 2025
️ McKenzie Bowden
THE WORST VLOG ON PLANET EARTH
Taghazout Surf Photography
Taghazout, Morocco
️ 11min pic.twitter.com/2AcVni8BgB
Además, su clima acompaña. El Atlántico trae un oleaje constante durante buena parte del año, y la infraestructura se ha adaptado a ello: surf camps, escuelas con instructores locales, alojamientos frente al mar y cafés donde el after-surf es casi tan importante como la sesión en el agua.
El nuevo rostro de Taghazout
Lo cierto es que en los últimos años, el pueblo ha vivido un renacer turístico. Proyectos como Taghazout Bay Resort han impulsado una oferta más cuidada y sostenible, con hoteles boutique, eco-resorts y restaurantes con vistas espectaculares.
Pese a ello, la esencia persiste: afortunadamente sigue siendo un lugar pequeño, con la hospitalidad bereber intacta y un ambiente surfero que lo diferencia de cualquier otro punto de Marruecos.