-30ºC en Calamocha, tal día como hoy en 1963

La temperatura mínima más baja registrada en España en las cercanías de un núcleo urbano fue un día como hoy pero de 1963, ¿qué sucedió para que algo así se produjese? Te lo contamos.

Calamocha
La efeméride no se dio exáctamente en el núcleo urbano, sino en un páramo cercano a Calamocha entonces nevado.

Hoy hace 55 años que se registró la temperatura mínima absoluta, -30 ºC, en la cercanías de un núcleo urbano, el de Calamocha, en la provincia de Teruel. Este municipio se encuentra en el extremo más oriental de la meseta central, en el piedemonte o somontano de las primeras estribaciones del Sistema Ibérico y zona de páramo entre las provincias de Guadalajara y de Teruel.

Es un área con una altitud que ronda los 1.000 metros y un clima mediterráneo continentalizado que supone inviernos largos y fríos, veranos más cortos y calurosos, irregularidad en las precipitaciones y fuertes oscilaciones térmicas. Por ejemplo el observatorio de Calamocha-VOR ostenta 70 ºC entre su temperatura máxima absoluta y la mínima (40 ºC en agosto de 1980 y los -30 ºC de diciembre de 1963).

En su libro “El triángulo de hielo”, Vicente Aupí, nos localiza este polo del frío español en una zona comprendida entre las localidades de Molina de Aragón (Guadalajara) y las turolenses de Calamocha y Teruel.

Un poco de historia

Para evitar polémicas lo mejor es hacer un poco de historia meteorológica con tal de centrar el punto en el que se realizó la medición de esa mínima absoluta.

El 23 de junio de 1929 se inauguró el campo de aviación de Calamocha. Algo más de una década después, en 1941, el antiguo Servicio Meteorológico Nacional (SMN) creó el Observatorio de Calamocha, eligiendo como primer emplazamiento este aeródromo situado en las afueras de esta localidad pero dentro de su propio término municipal, donde se mantuvo hasta 1951.

En ese año el observatorio fue trasladado al vecino término municipal de Fuentes Claras, con la denominación de Calamocha-VOR, ya que se encontraba en las cercanías del radiofaro omnidireccional de muy alta frecuencia (VOR). Y es aquí donde el 17 de diciembre de 1963 se alcanzaron esos famosos -30 ºC. En 1984 el observatorio dejó de estar en Fuentes Claras y se trasladó nuevamente a Calamocha, donde se encuentra en la actualidad.

¡Qué llega el frío!

Los días previos a la fecha señalada la situación meteorológica fue de gran inestabilidad y solo el día 13 hubo una pequeña cuña anticiclónica sobre el norte y noroeste peninsulares.

El día 14 el anticiclón se retiró hacia el norte y una borrasca mediterránea, en un movimiento retrógrado, se acercó a Baleares mientras, además, otra atlántica entraba por el suroeste de la Península. Las precipitaciones se generalizaron y las temperaturas empezaron a descender por una entrada muy fría desde el nordeste peninsular, que acompañaba a la depresión mediterránea.

Esta situación continuó el día 15, acercándose aún más la borrasca del este, lo que facilitó la penetración del aire frío, con nevadas a cotas cada vez más bajas, llegando incluso por la noche a verse los copos en la costa mediterránea catalana. En Calamocha nevó durante toda la jornada, recogiéndose unos 10 l/m2 con temperaturas entre -3 ºC la máxima y -6 ºC la mínima.

Los sondeos de esos días nos van a servir para ver hasta donde penetró la masa fría. Para ello usaré los datos de las estaciones de Zaragoza y de Madrid/Barajas y la temperatura que hubo a unos 1.500 metros de altitud. Los días 13 y 14 fueron bastante homogéneos con temperaturas entre 1 y -1 ºC. Con la llegada del aire frío el día 15 Zaragoza bajó a -4 ºC, mientras en Madrid aún hubo +3 grados y ya es en la noche del día 16, momento de máxima entrada hacia el interior de la Península, cuando se llegó a medir -10 ºC en Zaragoza y -6 en Madrid.

Situación sinóptica en diciembre de 1963
Situación sinóptica los días 15 (a las 18 Z) y 16 (a las 06 Z) de diciembre de 1963. Fuente: AEMET.

Temperatura siberiana

Durante la mañana del día 16 continuó el avance del frente frío hacia el suroeste peninsular, pero ya por la tarde la situación empezó a cambiar. En el sondeo de las 12 hora solar, Zaragoza estaba en -8 ºC pero en el de Madrid/Barajas ya solo había -1 ºC. Una pequeña cuña anticiclónica entró por el norte de la Península y se adueñó de su parte nordeste.

Esto nos indica que la masa fría, seca y más estable quedó estacionaria entre el Sistema Ibérico, los Pirineos y el Mediterráneo, impidiendo la entrada de las nuevas masas nubosas que acompañaban a la borrasca atlántica, lo que provocó una apertura del cielo en la mayoría de esas regiones. Además, un importante manto nivoso cubría esas zonas por encima de los 700 metros de altitud.

Todo esto favoreció que el suelo perdiera mucho calor por irradiación, lo que provocó que las temperaturas mínimas de la noche del 17 de diciembre de 1963 fueran tan excepcionalmente bajas en toda ese área. Además de los -30 ºC en el observatorio de Calamocha-VOR, se midieron -28 ºC en Molina de Aragón y -22 ºC en Daroca.