Investigadores del proyecto REBECA tras visitar la zona de los -35,8 ºC en Picos de Europa: "el Teide es más singular"

El Proyecto REBECA ya ha podido caracterizar las temperaturas de las piscinas de aire frío que estudia en tres Parques Nacionales. Comienzan a desvelarse algunas singularidades.
El Proyecto REBECA, sobre el que desde el año pasado venimos informando en Meteored, ha llegado a su ecuador. Con una duración de tres años, se inició a principios de 2024 y se prolongará hasta finales de 2026. Su principal objetivo es la evaluación de los mecanismos de adaptación fisiológicos de distintas especies vegetales que viven en “piscinas de aire frío” (conocidas como CAPs en la literatura científica) situadas en distintos enclaves de alta montaña.

El proyecto está financiado por Parques Nacionales de España y las zonas de estudio se sitúan en tres de ellos: El Teide, Sierra Nevada y Picos de Europa. Como colaborador del proyecto, hace unos días participé en una breve campaña en las dos CAPs que se están estudiando en el sector central de Picos de Europa: el Hoyo sin Tierra y la Vega de Liordes.
Acompañé al biólogo, profesor de la Universidad del País Vasco e Investigador Principal (IP) del Proyecto, José Ignacio García Plazaola, y al biólogo marino, catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo y montañero, José Luis Acuña.
Cartografía del frío en las CAPs de estudio
Aunque ya se han realizado algunos muestreos y medidas en la vegetación, principalmente en las áreas de estudio del Parque Nacional del Teide, el principal trabajo llevado hasta la fecha en el marco del Proyecto REBECA es la instalación del orden de 60 dataloggers para medir temperaturas y la recogida periódica de datos, lo que debe servir para caracterizar termométricamente cada una de las CAPs seleccionadas, lo que irá permitiendo desvelar la singularidad de cada emplazamiento.
El pasado 30 de junio se llevó a cabo el volcado de datos de los dataloggers ubicados en el Hoyo sin Tierra, al que accedimos caminando desde el Mirador del Cable, donde deja el teleférico de Fuente Dé, en la comarca cántabra de La Liébana. El terreno dominante de este jou (hoyo) es pedregoso y a diferentes cotas en torno a él, en grandes rocas, están instalados los sensores de temperatura, orientados al norte. Se fueron descargando de cada uno de ellos los datos diezminutales de los últimos 7 meses.

Al día siguiente (1 de julio) repetimos la operación en la Vega de Liordes, un paraje espectacular, dominado por una extensa pradera de alta montaña con turberas, al que accedimos tras ascender por la canal de Pedavejo. Este enclave, situado en el municipio leonés de Posada de Valdeón, despertó hace años el interés de un grupo de aficionados a la Meteorología que constituyeron la asociación NOROMET, destinada para crear una red de estaciones meteorológicas en potenciales polos de frío.
Allí, en Vega de Liordes, pusieron hace años una EMA (estación meteorológica automática), en cuya instalación participó activamente José Luis Acuña. Esa estación, cuyos datos se pueden consultar en Internet casi en tiempo real (acceso on-line), midió una temperatura de -35,8 ºC el 7 de enero de 2021, que es la más baja registrada en España hasta la fecha, lo que da idea de la singularidad de esta CAP, donde se producen mínimas extraordinariamente bajas con cierta recurrencia.
Las CAPs del Teide desvelan singularidades
Antes de comenzar a obtenerse los primeros datos de temperatura de los dataloggers del Proyecto REBECA, se presuponía que tanto la Vega de Liordes como el Hoyo sin tierra, dadas sus características y ubicación geográfica, serían probablemente las dos CAPs de todas las que se están monitorizando en las que el “efecto congelador” sería más destacado; sin embargo, los enclaves del Teide están proporcionando temperaturas mínimas significativamente más bajas, con heladas todos los meses del año.

Si bien es cierto que los dataloggers instalados en Picos de Europa permanecen prácticamente la totalidad del invierno y gran parte de la primavera cubiertos de nieve –en cuyo caso pasan a medir en ese largo periodo una temperatura constante en torno a 0 ºC–, el hecho de que en las CAPs de las Cañadas del Teide no haya cobertura nivosa, salvo de forma esporádica y excepcional, no impide que allí arriba el enfriamiento nocturno sea excepcional, lo que obliga a las especies vegetales como el Rosalito del Teide o la Descurainia a adaptarse a grandes amplitudes térmicas diarias.

La zona de estudio que, de momento, no se ha caracterizado termométricamente es la situada en el Corral del Veleta, en Sierra Nevada. El hecho de estar situada en torno a los 3.000 m sobre el nivel del mar, es un hándicap, similar a las dos CAPs de Picos de Europa, ya que durante gran parte del año permanece cubierta de nieve, lo mismo que los accesos a la misma, lo que dificulta la logística y reduce las expectativas de cara al estudio biológico que persigue el Proyecto REBECA.
El trabajo de campo se intensificará a partir del próximo otoño y durante 2026, en que tendrán lugar nuevas campañas con muestreos y tomas de datos en los distintos emplazamientos de los tres Parques Nacionales. Tal y como hemos apuntado, los resultados preliminares ya van señalando al Teide como el lugar más singular y donde, probablemente, se obtengan los resultados más reveladores. Seguiremos informando de ello desde aquí, desde Meteored.