Los expertos pensaban que los matorrales soportarían mejor el cambio climático. Este estudio ha preocupado a muchos

Se ha llevado a cabo en los seis continentes y se han recreado diferentes escenarios de sequía. En contra de lo que se pensaba, la gran fuente de biodiversidad que es un matorral frena el doble su crecimiento en estados de sequía.

Cambio climático
Los matorrales y pastizales, indispensables para el hábitat, refugio y criadero de especies, y básicos como nutrientes y para la polinización, son más sensibles de lo que se esperaba a los efectos del cambio climático.

La acuciante sequía que afecta a nivel mundial está afectando más de lo esperado a algo tan aparentemente nimio con los matorrales. Y decimos "aparentemente" porque es todo lo contrario, un matorral es fuente de biodiversidad pues son útiles para la cría de colmenas y animales silvestres, para la ganadería o para la extracción de productos como la leña o sustancias aromáticas, entre otros.

Estudio llevado a cabo por científicos en los seis continentes

Dada su importancia, un grupo de científicos de la Colorado State University de Estados Unidos, junto a investigadores del Departamento de Ecología y del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio Ramón Margalef (IMEM) de la Universidad de Alicante, en España, han llevado a cabo un estudio denominado "Experimento Internacional sobre Sequía".

Recreación de diferentes escenarios de sequía

Ha sido un experimento global y organizado en un centenar de lugares de los seis continentes que abarcan características diferentes de clima, especies y suelo. Un estudio intenso y largo, donde han recreado diversos ambientes de una sequía.

Los pastizales y matorrales cubren más del 40% del planeta y suelen acusar la falta de precipitaciones, por lo que son más vulnerables al cambio climático

En 44 lugares recrearon una sequía extrema durante una estación de crecimiento completa, mientras que en otros 56 lugares aplicaron una sequía menos severa. Todo ello con el objetivo de analizar, tras un año de observación, la pérdida del índice de crecimiento denominado "producción primaria neta aérea" (PPNA).

Los resultados del estudio fueron menos optimistas de lo esperado, pues se demostró que tras solo un año de sequía extrema, se superaban y mucho, las pérdidas en matorrales y pastizales con respecto a años anteriores. Concretamente la pérdida era 1,8 veces mayor en los matorrales y un 1,5 de los prados.

Los ecosistemas más secos son las zonas más vulnerables

El estudio también ha arrojado otras conclusiones, como que no todos los lugares geográficos responden de forma igual a la sequía, demostrándose que los más vulnerables son, sin duda alguna, los ecosistemas más secos y los que tienen menos riqueza de especies vegetales.

Matorrales
El estudio internacional concluye que en situación de sequías severas se frena hasta un 60% el crecimiento de este tipo de plantas.

Lo peor de todo es que se ha demostrado que, en casos de sequía extrema, los matorrales y pastizales capturan un 35% menos de CO2, con el impacto sobre el ciclo global del carbono que esto supone.

Tenemos que tomar conciencia del problema, pues sabemos que el clima de la tierra continúa cambiando, y todo indica que las sequías extremas se volverán más comunes. Si antes ocurrían cada cien años, ahora, aseguran los expertos, podrían ocurrir potencialmente cada dos a cinco años.