¿Las grandes erupciones volcánicas pueden provocar un enfriamiento global? Esto es lo que dicen unos expertos de la NASA

Durante décadas los investigadores han especulado sobre la ocurrencia de un gran enfriamiento global tras una poderosa erupción volcánica. Ahora, un nuevo estudio aporta respuestas precisas sobre el tema.

gran erupción volcánica
Si volviera a ocurrir una gran erupción volcánica, ¿qué pasaría en la atmósfera?

Un nuevo estudio de un equipo del Goddard Institute for Space Studies de la NASA (GISS), publicado en el Journal of Climate de la American Meteorological Society, concluye que con posterioridad a una potente erupción volcánica el enfriamiento a escala global no excedería los 1,5 ºC.

Al usar avanzados métodos computacionales de modelación para simular los efectos de la presencia de partículas volcánicas en la atmósfera, observaron que los cambios de temperatura no pudieron ser tan drásticos como para generar una catástrofe a gran escala poniendo en peligro la especie humana y los ecosistemas planetarios.

Para la modelación tuvieron en cuenta las dimensiones microscópicas de las partículas de azufre que son eyectadas durante una erupción volcánica y alcanzan la estratosfera (entre 10 y 50 km de altura) durante una erupción a gran escala.

¿Cuáles son los efectos de una erupción?

En la estratosfera, el dióxido de azufre sufre reacciones químicas que le condensan en sulfato líquido. Ante la presencia de estas partículas pueden ocurrir dos fenómenos de efecto contrario: la reflexión de la luz solar que ingresa a la atmosfera, que provocaría enfriamiento; o que se “atrape” la energía térmica saliente produciendo el conocido efecto invernadero.

Quedó demostrado que mientras más pequeñas y densas sean las partículas de sulfato, mayor será su capacidad de bloquear la luz del Sol. Al simular la presencia de partículas de diferentes tamaños, se comprobó que no serían capaces de alterar drásticamente la temperatura en el planeta.

El gran desafío sigue siendo recuperar las evidencias físicas de los aerosoles provenientes de las grandes erupciones que han ocurrido en el pasado, para contar con un amplio repertorio de datos que permitan llegar a resultados concluyentes sobre lo que ha sucedido hasta ahora y qué esperar en el futuro.

¿Invierno volcánico?

El término “invierno volcánico” fue acuñado en 1993 por la periodista científica Ann Gibbons haciendo referencia a los presumibles efectos en la evolución humana como consecuencia de la erupción del volcán del Lago Toba en la isla de Sumatra, hace 74000 años.

La teoría fue avalada después por el científico Stanley Ambrose de la Universidad de Illinois, que teorizaba sobre una disminución promedio de la temperatura en la Tierra entre 3 y 3,5 ºC durante 6 años luego de la erupción del Toba. Esto había sido la causa de una drástica afectación de las especies, que en el caso del Homo Sapiens pudo reducirse a la presencia de solo 10000 individuos en todo el planeta.

Ya en el 2009 esta teoría quedaba desestimada, pues investigaciones multidisciplinarias demostraban que la erupción del Toba no tuvo los efectos catastróficos en el clima terrestre y la evolución humana, que se le habían atribuido hasta entonces.

¿Podemos enfriar la atmósfera?

La aplicación de aerosoles en la atmósfera para ocasionar un efecto de enfriamiento ha sido una de las preguntas sin respuestas de la geoingeniería. De momento no se han podido desarrollar tecnologías viables que permitan aplicar lo que estudios como este que el GISS ha dado a conocer.

Referencia de la noticia:
McGraw, Z.; DallaSanta, K.; Polvani, L.; et al. Severe Global Cooling After Volcanic Super-Eruptions? The Answer Hinges on Unknown Aerosol Size. Journal of Climate (2024).