El terremoto de Kamchatka cambió el ritmo interno del planeta: los geólogos detectan pulsaciones cada 20 minutos
Geofísicos de distintas partes del mundo advierten que el sismo de magnitud 8,8 que se produjo en Rusia el pasado julio, ha generado una señal sísmica de ultra baja frecuencia, un “latido” interno de la Tierra que se repite cíclicamente.

El terremoto de magnitud 8,8 que el pasado 30 de julio sacudió la península de Kamchatka (Rusia), uno de los más intensos registrados en décadas, ha desencadenado un fenómeno geofísico que ha llamado la atención de los geólogos en diversas partes del mundo.
Tras la onda provocada por el sismo principal y la subsiguiente actividad relacionada con las réplicas, algunas redes sísmicas están detectando, más de un mes después, pequeñas oscilaciones en la corteza terrestre que se repiten cada veinte minutos.
Estas pulsaciones rítmicas, de ultra baja frecuencia y consideradas inusuales, están siendo captadas por estaciones sísmicas convencionales. Y algunos expertos creen que podrían señalar cambios duraderos en la dinámica interna del planeta.
A magnitude 8.8 earthquake struck of Russia's Kamchatka Peninsula on July 29, 2025 (July 30 local time). USGS scientists modeled the rupture of this historic earthquake tied for the sixth-largest earthquake ever recorded by modern seismic instruments. Check out the visualization pic.twitter.com/tRawVF7csx
— USGS Earthquakes (@USGS_Quakes) August 4, 2025
¿Qué podría estar sucediendo?
Aunque todavía no hay un consenso total sobre el fenómeno, distintos grupos de investigación trabajan ya para confirmar la periodicidad, determinar su origen y entender sus posibles consecuencias. Las hipótesis que se barajan son las siguientes.
- Reajuste del manto y corteza terrestre: el terremoto provocó un desgarro masivo en la placa tectónica en subducción. Tal desplazamiento (de unos 10 metros) podría haber provocado que capas más profundas del manto comiencen a “oscilar” lentamente al reasentarse tras el impacto. Estos ajustes internos podrían generar pulsaciones de baja frecuencia como las observadas.
- Ondas largas generadas por el choque sísmico: más allá de las réplicas típicas, el terremoto pudo generar ondas sísmicas de largo periodo que, al interactuar con la estructura interna del planeta (por ejemplo, discontinuidades en profundidad, como el límite entre manto superior e inferior), reverberen y resulten en oscilaciones, es decir, en “latidos” perceptibles solo en estaciones especializadas.
- Efectos de resonancia global: un terremoto de esa magnitud puede provocar modos de vibraciones libres del planeta (similares a cómo una campana vibra tras ser golpeada). Algunos de esos modos tienen períodos largos, y podría ser que uno o varios se hayan visto amplificados, dando lugar a pulsaciones rítmicas regulares.
- Interacción con la hidrosfera y atmósfera: tampoco se descarta que la masa oceánica desplazada o que los cambios en la presión atmosférica inducidos por ondas de choque, estén interaccionando con la corteza terrestre oscilante e imponiendo un patrón rítmico cada cierto lapso de tiempo.
Las preguntas que tratan de responder los geofísicos
Tras descartar que se trate de réplicas, y apuntar a las microvariaciones –vibraciones de muy baja frecuencia– detectables mediante instrumentos sensibles, los expertos en geofísica tratan ahora de dar respuesta a preguntas clave:
- Confirmación de la periodicidad. Aunque algunas estaciones están reportando pulsaciones cada 20 minutos, otras aún no han detectado un patrón claro. Así que es necesario ampliar la recolección de datos, mediante estaciones distribuidas en todo el planeta, para validar que, efectivamente, se trata de un fenómeno global y no local.
Vamos con un pequeño geográfico y geológico ️️
— Germán S.G. (@ingeododo) February 14, 2022
Kamchatka, península de 1250km de largo situada en el lejano este de #Rusia. Se la conoce como la "tierra del fuego y el hielo" ️️ #geología #geology #geografía #geography pic.twitter.com/5pQ8fH6Epu
- Amplitud y efectos reales. ¿Cuál es la verdadera intensidad de esas pulsaciones? Hasta ahora, parecerían extremadamente débiles, sin posibilidad de causar daños visibles ni de ser perceptibles salvo por los sismógrafos. Sin embargo, no está claro si pueden terminar afectando a flujos magmáticos o volcanes, o incrementar la presión en fallas ya inestables.
- Duración del fenómeno. Y, quizá la más importante ¿será un fenómeno temporal como resultado directo del empuje tectónico y el reajuste post-sísmico? ¿O se convertirá en un cambio más sostenido en la manera en que vibran las profundidades terrestres?
¿Qué implicaciones podría tener?
Los actuales modelos de dinámica terrestre aún no están preparados para predecir pulsaciones regulares post-terremoto de esta naturaleza. Lo que obliga a revisar, por ejemplo, modelos de vibración libre, disipación energética en el manto o viscoelasticidad.

Así que, para la sismología y la geofísica, este fenómeno podría ofrecer una ventana de oportunidad para estudiar cómo responde la Tierra tras megaterremotos, cómo se adapta su estructura interna (manto, núcleo), y cómo esas adaptaciones se propagan globalmente.
En el campo de la predicción de actividad volcánica, demostrar que estas pulsaciones están vinculadas a cambios de presión interna, podrían prever efectos sobre volcanes que ya están en estado de tensión (la península rusa es una zona volcánica muy activa).
Por ahora, la idea de que el terremoto de Kamchatka haya alterado el “latido” interno de la Tierra es una hipótesis que cobra fuerza, pero que está por confirmar.
Los científicos están aún en una fase exploratoria: recopilando más datos, refinando modelos y contrastando hipótesis. Pero, si finalmente se demuestra, este fenómeno podría cambiar nuestra comprensión de cómo reacciona el planeta ante sus sacudidas más grandes.