Calendario lunar de septiembre 2025: luna llena y eclipse, equinoccio de otoño y conjunciones planetarias

El mes de septiembre de 2025 llega cargado de fenómenos celestes: plenilunio rojizo con eclipse incluido, equinoccio y alineaciones únicas para quienes disfruten observando el firmamento.

Luna llena roja
La Luna de la Cosecha se teñirá de rojo el 7 de septiembre de 2025 durante un eclipse total visible a simple vista.

Septiembre de 2025 va a ser cualquier cosa menos rutinario en el cielo nocturno. Desde el inicio del mes, la agenda astronómica estará repleta de eclipses, acercamientos planetarios y transiciones cósmicas difíciles de pasar por alto.

El equinoccio otoñal añadirá un toque especial a este periodo, reforzando el simbolismo natural de equilibrio y renovación. Y lo mejor de todo: para presenciar gran parte de estos eventos no hará falta contar con sofisticados instrumentos como telescopios. Basta alejarse de la contaminación lumínica y mirar hacia arriba.

La luna llena roja de septiembre 2025

El próximo día 7 de septiembre la Luna de la Cosecha se teñirá de rojo gracias a un eclipse total. Este fenómeno coincide con el plenilunio más cercano al inicio del otoño en el hemisferio norte. Además, este año, la Luna aparecerá sobre la constelación de Piscis y se verá más grande y luminosa de lo habitual porque será superluna. El tono rojizo, producto de la sombra terrestre, la convertirá en un espectáculo inolvidable, incluso a simple vista.

Antiguamente, esta Luna recibía su nombre porque salía poco después de la puesta de Sol, ayudando a los agricultores a aprovechar más horas de luz para cosechar. Hoy sigue siendo un marcador temporal muy reconocido por los aficionados al cielo nocturno.

El eclipse será visible sin necesidad de grandes equipos, aunque con prismáticos o pequeños telescopios sencillos podrán apreciarse mejor los matices del color y los cambios progresivos durante el fenómeno.

Fases lunares de septiembre 2025

  • Luna llena: 7 de septiembre a las 20:09 horas.
  • Cuarto menguante: 14 de septiembre a las 12:33 horas.
  • Luna nueva: 21 de septiembre a las 21:54 horas.
  • Cuarto creciente: 30 de septiembre a las 01:54 horas.

El equinoccio de otoño 2025

El 22 de septiembre, día y noche tendrán prácticamente la misma duración. Ese equilibrio cósmico marca el comienzo oficial del otoño en el hemisferio norte y abre un periodo con noches cada vez más largas. Más horas de oscuridad significan mejores condiciones para observar el cielo.

Equinoccio de otoño
El 22 de septiembre de 2025, el equinoccio de otoño igualará la duración del día y la noche en el hemisferio norte.

Desde hace siglos, distintas culturas asocian este momento con ritos de transición, ciclos agrícolas y renovaciones simbólicas. Al caer el Sol, el horizonte occidental ofrecerá colores intensos que servirán como preludio perfecto antes de levantar la vista y ver el firmamento plagado de detalles.

Otros fenómenos astronómicos en septiembre 2025

Durante septiembre, la Luna se aproximará a estrellas y planetas creando estampas únicas. El 14 se verá junto a Elnath, brillante astro de Tauro. El 19 ocultará brevemente a Venus y, ese mismo día, nuestro satélite formará una conjunción notable con Régulo, en Leo.

Una conjunción planetaria ocurre cuando dos o más planetas aparecen cerca uno del otro en el cielo. Tal proximidad de planetas es sólo una ilusión óptica: en realidad, están muy lejos unos de otros.

El día 27 será el turno de Antares, la estrella rojiza de Escorpio, que brillará intensamente junto al satélite terrestre, generando una imagen muy característica para quienes observen desde lugares despejados.

La agenda planetaria no se queda atrás: Saturno alcanzará oposición el 21 de septiembre, mostrando sus anillos con claridad incluso mediante telescopios de tamaño moderado. Dos días después, Neptuno también estará en su punto óptimo de observación, visible como un tenue disco azulado con el equipo adecuado. Estas fechas ofrecen las mejores condiciones del año para localizarlo.

Cada conjunción o alineación es una ocasión para redescubrir cómo interactúan los cuerpos celestes vistos desde la Tierra. Incluso sin conocimientos técnicos, contemplar estas configuraciones despierta la curiosidad por la mecánica del cosmos y su precisión matemática.