Lluvia de estrellas dracónidas 2025: hasta 20 estrellas fugaces cada hora en el cielo de España
Las dracónidas son una lluvia imprevisible que cada año sorprende. En 2025, el cielo de España volverá a encenderse con hasta 20 meteoros por hora en las noches de otoño.

El mes de octubre trae consigo un espectáculo celeste que pocos olvidan: las dracónidas. No es la lluvia de estrellas más intensa del calendario, pero sí una de las más intrigantes. Su carácter impredecible convierte cada edición en una incógnita: puede dejar apenas unas pocas trazas luminosas o desatar auténticas tormentas de meteoros.
En 2025, España volverá a situarse en un punto privilegiado para disfrutar de este fenómeno, con el pico de actividad previsto en la noche del 8 de octubre. Aunque la luna llena aportará mucha luz, aún habrá margen para contemplar este viaje de fragmentos cósmicos encendidos en la atmósfera.
El origen cósmico del Dragón
Las dracónidas tienen su raíz en el cometa 21P/Giacobini-Zinner, un visitante regular del Sistema Solar descubierto en 1900. Cada vez que se aproxima al Sol, libera fragmentos de hielo y polvo que se reparten por su órbita. La Tierra cruza esos restos en octubre, y es entonces cuando las partículas, al entrar a unos 20 kilómetros por segundo en la atmósfera, se desintegran y se convierten en las llamadas “estrellas fugaces”.
Avance astronómico de octubre. Este mes cambiaremos la hora. A las 3 de la madrugada del domingo 26 volveremos a marcar las 2. Durante el mes, Venus y Júpiter se verán al amanecer, y Mercurio, Marte y Saturno al anochecer. Las oriónidas del día 21 coincidirán con la Luna nueva. pic.twitter.com/pdHWcqy8bg
— Real Observatorio (@IGN_RObsMadrid) October 1, 2025
Pero lo que hace a esta lluvia tan especial no es su frecuencia, sino su irregularidad. Hay años tranquilos con apenas una decena de meteoros por hora y otros, como 1933 o 1946, en los que se llegaron a registrar miles en una sola noche. Incluso en 2011, España fue testigo de un estallido de más de 400 meteoros por hora, acompañado del famoso bólido “Lebrija”, tan brillante como la Luna.
A diferencia de lluvias más rápidas como las perseidas, las dracónidas se desplazan lentamente por el cielo. Eso permite que el ojo humano las siga con facilidad y que el espectáculo sea más visual, sobre todo en cielos despejados y oscuros.
Cuándo y cómo ver las dracónidas 2025
En 2025, la actividad de las dracónidas se extenderá del 6 al 10 de octubre, con el máximo durante la noche del 8 de octubre. El mejor momento para observarlas será justo tras el atardecer, cuando el radiante, situado en la constelación del Dragón, se alce sobre el horizonte norte.

Para disfrutarlas en condiciones óptimas, lo ideal es desplazarse a zonas rurales sin contaminación lumínica. Los llamados Destinos Starlight en España ofrecen una visibilidad excelente, aunque cualquier paraje apartado de farolas y carreteras servirá. No hace falta telescopio: basta con tumbarse, mirar hacia arriba y tener paciencia.
El consejo más repetido por los astrónomos es adaptar la vista a la oscuridad. Apagar pantallas, esperar unos 20 minutos sin luces directas y dejar que la noche envuelva la visión. En esas condiciones, cualquier destello se vuelve más evidente y la experiencia gana intensidad.
El carácter imprevisible de las dracónidas
Si algo define a las dracónidas es su caos cósmico. El cometa padre no siempre deja un rastro uniforme de partículas; a veces lanza auténticas bolsas de escombros que, cuando la Tierra atraviesa, generan lluvias excepcionales. Eso explica que unas ediciones pasen casi inadvertidas y que otras se conviertan en leyenda.
Lluvia de Dracónidas.
— Rosario in Paris ᥫ᭡ (@chayito09) October 12, 2023
Esta lluvia de meteoros, sucede cuando la Tierra atraviesa el anillo formado por fragmentos desprendidos del cometa 21P/Giacobini-Zinner. Cuando uno de esos fragmentos entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire pic.twitter.com/gBW93sqF9d
En 2011, además del aluvión de meteoros, destacó un fragmento de medio metro de diámetro que iluminó el cielo andaluz. Fue un recordatorio de que el espacio está lleno de sorpresas y de que estas lluvias no son un fenómeno rutinario. De hecho, los científicos aún estudian cómo las eyecciones de gas y polvo de los cometas moldean estas corrientes y alteran su densidad.
La próxima edición de la lluvia de estrellas dracónidas, marcada por la cercanía del paso del cometa en 2012, podría traer una actividad moderada, aunque nada garantiza cuántos meteoros veremos. Esa incertidumbre es, precisamente, lo que convierte a las dracónidas en un evento tan magnético. Al fin y al cabo, observar el cielo no es sólo contar estrellas fugaces: es aceptar que el universo aún guarda misterios imposibles de calcular.
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