El cúmulo estelar más bello que anuncia el invierno: guía para encontrar las Pléyades
El cúmulo de las Pléyades anuncia el invierno con su resplandor azul. Descubre cómo encontrarlo, cuándo observarlo y por qué fascina desde hace miles de años.

Cuando cae la noche y el aire se enfría, un grupo de diminutos destellos azulados empieza a brillar con fuerza sobre el horizonte. Son las Pléyades, también conocidas como “Las Siete Hermanas”, uno de los cúmulos estelares más célebres del firmamento. Cada año, su regreso anuncia el inicio del invierno en el hemisferio norte, convirtiéndose en un faro para quienes miran el cielo.
Aunque muchos las reconocen como un pequeño puñado de luces concentradas, en realidad forman un enjambre de cientos de estrellas jóvenes, todas nacidas de la misma nube de gas. Su brillo es tan intenso que, incluso sin telescopio, pueden distinguirse en una noche despejada y lejos de las luces de la ciudad.
Cúmulo de las Pléyades: un mensaje de invierno en el cielo
En cuanto noviembre asoma, el cúmulo de las Pléyades se deja ver desde el anochecer hasta el amanecer. Esa prolongada presencia es la que marca el inicio del invierno astronómico. En el hemisferio norte, su aparición completa significa que el frío está por llegar.
Este es el famoso cúmulo de las Pléyades. Sus estrellas más brillantes son visibles incluso a simple vista en el cielo de una ciudad con mucha contaminación lumínica. Con cielos oscuros y suficiente tiempo de exposición, podemos ver las Pléyades y la nube de polvo en la que se pic.twitter.com/D9i2Sfw0ae
— Álex Riveiro (@alex_riveiro) October 16, 2025
Situadas cerca de la constelación de Tauro, estas estrellas forman un parche azulado que se desliza lentamente por la bóveda celeste. Su movimiento puede seguirse a lo largo de la noche: salen por el sureste y desaparecen por el noroeste antes del amanecer. Quien se acostumbra a su ritmo, sabe leer en ellas la llegada de las noches más largas del año.
Los astrónomos estiman que las Pléyades se encuentran a unos 444 años luz de la Tierra. Están formadas por estrellas jóvenes y calientes, clasificadas dentro del tipo espectral B. A pesar de su relativa cercanía, su distancia exacta sigue siendo un pequeño misterio.
Cómo localizar el cúmulo de las Pléyades
No es necesario ser astrónomo para encontrarlas, pero sí hay que saber por dónde empezar. La clave está en Orión, el cazador. Su cinturón, las tres estrellas alineadas que destacan en el cielo invernal, sirve como punto de partida. Desde ahí, basta con trazar una línea imaginaria hacia el oeste. Esa trayectoria apunta directamente hacia Aldebarán, la estrella rojiza que forma el ojo del toro en la constelación de Tauro.

Una vez localizada Aldebarán, sólo hay que seguir un poco más en esa dirección para dar con el cúmulo de las Pléyades. A simple vista parecen una pequeña nube luminosa, casi borrosa, pero al observar con calma comienzan a revelarse varios puntos definidos. La mayoría de las personas logra ver seis o siete destellos; con binoculares básicos, pueden contarse hasta veinte.
Si se observan desde una zona oscura, sin contaminación lumínica y con los ojos ya adaptados a la noche, la experiencia cambia por completo. Las estrellas azules parecen suspendidas en una nube de polvo cósmico, un espectáculo que recuerda lo efímero y fascinante del universo.
Un cúmulo con historia y leyenda
El brillo de las Pléyades ha inspirado historias desde tiempos antiguos. Civilizaciones de distintos continentes las mencionaron en mitos que hablaban de siete hermanas perseguidas por un cazador o de un grupo de diosas celestes que guiaban a los viajeros. Su nombre, heredado del griego, alude precisamente a esas figuras femeninas que “navegan juntas” por el cielo.
Messier 45, las tan conocidas Pleyades, las 7 hermanas un cúmulo estelar abierto en la constelación de Tauro, observable a simple vista.
— Astrofotografía A.R.B. (@AbelBorrasca) October 22, 2023
Recorte de la imagen completa, tan sólo son 7 tomas de 2min, no hubo tiempo para más....#cielosESA pic.twitter.com/I6dkuiZRQT
Además de su belleza, el cúmulo de las Pléyades tiene un importante papel científico. Al ser un conjunto de estrellas jóvenes, su estudio ayuda a comprender cómo nacen y evolucionan los sistemas estelares. Los telescopios modernos revelan que aún están envueltas en una fina nube de gas y polvo azul, restos del material que les dio origen hace unos 120 millones de años.
Hoy, mirar hacia ese grupo de luces es contemplar una parte del pasado estelar de nuestra galaxia. Ya sea desde un observatorio o desde un campo solitario, las Siete Hermanas siguen recordándonos que el cielo guarda señales para quien sabe mirar.
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