Se acercan las líridas: la lluvia de estrellas más esperada de la primavera

Uno de los eventos más impresionantes que nos depara el cielo nocturno del mes de abril es la lluvia de estrellas de las líridas, que alcanzará su pico en unos días.

Estrella fugaz
Los meteoros de las líridas provienen de fragmentos del cometa C/1861 G1 (Thatcher).

Se aproxima el momento de disfrutar de las fascinantes líridas, una de las lluvias de estrellas más antiguas documentadas. Y es que estás presentes en registros chinos que se remontan a marzo del año 687 a. C. Este fenómeno celeste es apreciable desde todos los rincones del planeta, aunque su visibilidad alcanza su máximo esplendor en el hemisferio Norte.

Los meteoros de las Líridas provienen de pedazos del cometa C/1861 G1 (Thatcher), un cometa de largo periodo que completa su órbita alrededor del Sol aproximadamente cada 415 años. Anualmente, en estas fechas, la Tierra atraviesa una región densamente poblada con fragmentos desprendidos del cometa Thatcher.

Cuando uno de estos fragmentos entra en contacto con la atmósfera terrestre, se desintegra debido a la fricción con el aire, generando el brillo luminoso que conocemos como meteoros o estrellas fugaces.

Considerada como una de las más impredecibles entre las más de 150 lluvias de meteoros identificadas a lo largo del calendario anual, las líridas despiertan la expectación de astrónomos y entusiastas del cielo. La incertidumbre es parte de su encanto, ya que en contadas ocasiones puede deslumbrarnos con cientos de meteoros visibles a simple vista cada hora.

Cómo y dónde ver la lluvia de estrellas de las líridas

La lluvia de meteoros de las líridas se mantiene activa del 14 al 30 de abril cada año, siendo su punto álgido entre el 21 y el 22 de abril. Durante este apogeo, los observadores pueden deleitarse con la visión de aproximadamente 18 meteoros por hora en condiciones de observación ideales. Estos meteoros, que viajan a una velocidad de 49 kilómetros por segundo, a menudo dejan tras de sí rastros de polvo persistentes y pueden generar bolas de fuego resplandecientes.

Las líridas son observables desde diversas ubicaciones, tanto al norte como al sur del ecuador, aunque su esplendor se aprecia mejor desde el hemisferio norte. La mejor zona de observación es desde lugares con latitudes media, y después de las 22:30 hora local peninsular.

El momento ideal para observar suele ser después de que el radiante de la lluvia de meteoros asciende, alcanzando su máximo esplendor cuando se encuentra en lo alto del cielo. El punto radiante de las líridas reside en la constelación de Lira, cercana a Vega, una de las estrellas más brillantes del firmamento.

Aunque estas lluvias son conocidas popularmente como las líridas, su nombre oficial es líridas de abril. Son las más abundantes con el radiante en Lira, pero no son las únicas. También existen las líridas de eta, las líridas de junio o las Líridas de mu, entre otras.

¿Qué condiciones tendremos en España para observarlas?

El año 2024 presenta condiciones poco favorables para la observación de las líridas, ya que su apogeo coincidirá con la cercanía a la luna llena de abril. Se espera que la actividad máxima ocurra el 22 de abril, alrededor de las 09:00 hora peninsular oficial, lo que resultará en una superposición con el crepúsculo matutino. Además, durante la noche del 23 al 24 de abril, se producirá el plenilunio, lo que dificultará aún más la visibilidad de la lluvia de meteoros debido a la intensa iluminación lunar.

Lluvia de estrellas
Durante la noche del 23 al 24 de abril se producirá el plenilunio, lo que dificultará la visibilidad de la lluvia de meteoros de la líridas.

Durante la observación, no es necesario fijar la vista directamente en el punto radiante, ya que los meteoros pueden aparecer en cualquier parte del cielo. Hay que buscar un lugar apartado de la contaminación lumínica urbana, preparar una manta o una silla reclinable y una bebida caliente para mantenerse confortable.

No se requiere ningún equipo especial, bastan los propios ojos, que se adaptarán tras unos 30 minutos en la oscuridad, convirtiéndose en instrumentos perfectos para esta experiencia celestial.