Rayos latentes: los rayos “silenciosos”

Los rayos latentes suponen un importante peligro en esta época del año. Son capaces de generar incendios forestales días después de una tormenta. Te contamos cómo se comportan.

Rayos latentes
Los rayos latentes pueden permanecer varios días “en silencio”.

Según las estadísticas, el 96% de los incendios forestales están causados por la actividad humana, bien por negligencias o accidentes, o bien de forma intencionada. Sin embargo, la naturaleza también está (en un porcentaje muy pequeño) detrás de algunos de los incendios forestales que se registran cada año. En el decenio 2004-2013 los rayos fueron en un 4% responsables de los incendios forestales en nuestro país, siendo el interior peninsular y el área mediterránea el área de mayor incidencia.

¿Qué son los rayos latentes?

Más de 7.500 descargas eléctricas tuvieron lugar el pasado martes en nuestro país. Una importante actividad que puede tener consecuencias incluso varios días después. El principal peligro de las tormentas en esta época del año radica en los rayos latentes o rayos dormidos.

Cuando un rayo impacta en un árbol la descarga eléctrica puede penetrar en el mismo llegando hasta las raíces. El árbol no prende inmediatamente, ya que no tiene oxígeno disponible para ello. No obstante, se empieza a generar una lenta combustión interna que puede permanecer entre 24 y 48 horas, aunque se han dado casos de árboles que han llegado a arder hasta 9 días después de una tormenta. Cuando las condiciones meteorológicas cambian, bien por un aumento del viento que pueda favorecer la combustión o bien por un descenso de la humedad, el árbol empieza a arder de forma inesperada dando lugar a un incendio forestal. El incendio se puede dar también a varios metros de distancia de la zona donde cayó el rayo.

Ante esta situación, la vigilancia resulta fundamental. Los rayos latentes solamente se pueden detectar mediante cámaras infrarrojas que captan la elevada temperatura del árbol. Además, la tarea de los agentes forestales se intensifica tras las noches de tormenta en busca de posibles columnas de humo que escondan un rayo latente.

Rayos, incendios forestales y cambio climático

Un estudio llevado a cabo por investigadores de Australia y EE.UU. y publicado en la revista Geophysical Research Letters, concluyó que los incendios provocados por rayos seguirán aumentando en el Mediterráneo y las regiones templadas del hemisferio sur por el aumento de las temperaturas a nivel global. “Con océanos y temperaturas más cálidas, la evaporación y transferencia de calor aumentarán provocando mayor actividad convectiva y por tanto más tormentas que terminen en incendios forestales.”

Tras esta afirmación estarían tres fenómenos climáticos: El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), el Dipolo del Océano Índico (IOD) y la Oscilación Antártica o Modo Anular del Sur (SAM). La influencia natural de estos tres fenómenos en los incendios forestales ha sido más fuerte en lo que llevamos de siglo que en las últimas décadas del siglo XX.

Más incendios por rayos en Alaska y Canadá

Otro estudio financiado por la NASA afirma que las tormentas fueron la principal causa de los incendios forestales de Alaska y el norte de Canadá de los últimos años. Además, determina que es probable que estas tormentas se vayan desplazando cada vez más al norte con el calentamiento global. Desde 1975 los incendios forestales causados por tormentas han aumentado en esta zona del planeta entre un 2 y un 5% al año. Un estudio que va en la misma tendencia que el anterior confirmando que aumentarán las tormentas eléctricas y, por tanto, los incendios forestales, en este caso, en latitudes altas.