Qué es el 'efecto oasis' menorquín y por qué protege a especies en declive en Europa

Mientras muchas especies desaparecen en Europa, Menorca mantiene vivas poblaciones de aves, reptiles y anfibios gracias a un fenómeno único, el llamado efecto oasis menorquín. ¿Qué hace que la isla resista al declive de la biodiversidad?

Menorca
La isla se ha convertido en un refugio biológico para especies en peligro de extinción

Mientras buena parte de Europa asiste al retroceso de su fauna silvestre, Menorca parece resistir. El último informe anual de la Estrategia de Conservación de la Biodiversidad de la Reserva de la Biosfera de Menorca confirma la existencia del llamado 'efecto oasis menorquín', un fenómeno que convierte a la isla en un auténtico refugio biológico donde especies en declive en el continente mantienen poblaciones estables y saludables.

Según el informe, especies como el milano real, la lagartija balear, la tortuga mediterránea o el galápago europeo presentan en Menorca una tendencia positiva, incluso en escenarios donde la pérdida de hábitat y el cambio climático están provocando retrocesos generalizados.

¿Qué es el 'efecto oasis' menorquín?

El término efecto oasis menorquín describe el papel de Menorca como refugio biológico frente al deterioro ambiental que afecta a otras zonas del Mediterráneo y de Europa.

Se produce gracias a una combinación de factores naturales y humanos, como la insularidad, que limita las presiones externas; la baja densidad de población y urbanización; un modelo agrícola extensivo y menos intensivo; y una gestión ambiental constante que protege hábitats, controla invasoras y monitoriza especies.

Dichos elementos crean un entorno estable que permite mantener ecosistemas equilibrados y evitar colapsos poblacionales. El resultado es una isla que actúa como un auténtico oasis ecológico en medio del Mediterráneo, donde la biodiversidad no solo sobrevive, sino que en algunos casos prospera.

Especies en peligro que prosperan en Menorca

Entre las especies más beneficiadas por este efecto destaca el milano real (Milvus milvus), una rapaz europea en fuerte declive por el uso de venenos y la pérdida de hábitat. En el continente su población se ha reducido más del 30% en dos décadas, pero en Menorca se mantiene estable y vigilada gracias a programas de seguimiento con 22 ejemplares equipados con emisores GPS.

Milano real
En Menorca la población del milano real se mantiene estable con 22 ejemplares

La lagartija balear (Podarcis lilfordi), endémica del archipiélago, también encuentra refugio en la isla. Aunque ha desaparecido de Mallorca y de buena parte de las Pitiusas por la introducción de serpientes y depredadores, en Menorca se mantiene en islotes y hábitats costeros controlados.

También resiste la tortuga mediterránea (Testudo hermanni), una de las más amenazadas del sur de Europa. En Menorca sus poblaciones están bien estructuradas y con buena tasa reproductiva, gracias a la conservación del matorral mediterráneo y al control de depredadores.

Tortuga
Entre las especies que resisten en Menorca destacan la tortuga mediterránea, la lagartija balear o el galápago europeo

Otro caso destacado es el del galápago europeo (Emys orbicularis), catalogado como especie vulnerable. Los programas de restauración de zonas húmedas y la mejora de charcas han permitido incrementar su presencia en el norte y el centro de la isla.

El informe también resalta el papel del efecto oasis en la conservación de anfibios autóctonos, como la rana meridional (Hyla meridionalis) y el sapo balear (Bufotes balearicus). En 2024 se controlaron 50 puntos de cría y se garantizó agua en enclaves críticos durante la sequía, medidas clave para evitar la mortalidad larvaria.

Un equilibrio extremadamente frágil

Pese al éxito del llamado efecto oasis, el informe de la Estrategia de Conservación de la Biodiversidad de la Reserva de la Biosfera de Menorca también advierte de síntomas de regresión en varias especies. Entre ellas destacan las mariposas diurnas, los murciélagos cavernícolas, los cormoranes y la pardela balear, una especie endémica especialmente sensible a las alteraciones del entorno marino.

Murciélagos
El informe advierte de síntomas de regresión en algunas especies, como los murciélagos

Estas señales subrayan la importancia de mantener la vigilancia y el trabajo de campo continuo, así como de reforzar las medidas frente a factores externos que podrían alterar el equilibrio ecológico de la isla, como la presión turística, las especies invasoras o los episodios de sequía prolongada.

La importancia del control de plantas invasoras

Durante el último año, la Reserva de la Biosfera ha retirado 55 toneladas de plantas invasoras, una cifra que da idea de la magnitud del esfuerzo por preservar los ecosistemas autóctonos. Paralelamente, se han llevado a cabo campañas de sensibilización ciudadana y se ha publicado una guía actualizada de especies invasoras para facilitar su identificación y control.

El efecto oasis menorquín recuerda que los ecosistemas pueden recuperarse cuando se les da tiempo y protección. Mantener ese equilibrio será clave para que la isla siga siendo, no solo un refugio para la biodiversidad, sino también un modelo de convivencia sostenible entre el ser humano y la naturaleza.

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