Nori y wakame: Gemma del Caño analiza los riesgos y beneficios de las algas de moda

Las ves en el sushi, en sopas japonesas, o en snacks crujientes con nombres muy sanos. Las algas nori y wakame han llegado a nuestras mesas con el aura brillante de los superalimentos: veamos qué hay de cierto.

Algas beneficios y riesgos
Las algas han llegado a nuestro menú para quedarse, pero hay que conocer los riesgos y saber los beneficios.

Si te dicen que algo es demasiado bueno para ser cierto, o demasiado malo... aquí venimos a poner los grises. Pero es que es verdad, como es habitual en los alimentos: ni ángel ni demonio, ni tanto ni tan calvo... sólo información y decisiones. ¿Qué son estas algas y por qué se han hecho famosas?

  • Nori: es un alga roja (aunque la veas verde) que se seca y prensa en láminas. La reina del sushi.
  • Wakame: es un alga parda, normalmente deshidratada, estrella de la sopa miso.

Ambas tienen fama de ser una bomba de salud. Pero, como todo en la vida: con medida.

Los beneficios de nori y wakame

Empezaremos comentando algunos de los beneficios más conocidos de estas algas.

1. Fibra y salud intestinal

Las algas tienen fibra soluble, especialmente unos compuestos con nombres de villano de Marvel: fucoidanos (en wakame) y porfiranos (en nori). ¿Y qué hacen? Alimentan a tu microbiota intestinal.

Sí, esas bacterias buenas que te ayudan a mantener el sistema inmune y la inflamación a raya. ¿Magia? No. ¿Interesante? Mucho.

2. Bajísimas en calorías, altísimas en nutrientes

Son ligeritas. 100 g de nori tienen unas 35 kcal, y wakame unas 45 kcal. Pero traen consigo hierro, calcio, magnesio, potasio y vitaminas del grupo B (aunque la B12 que contienen no sirve para veganos). También tienen antioxidantes que ayudan a proteger tus células.

3. Posible ayuda en la presión arterial y el colesterol

Algunos estudios apuntan a que comer wakame de forma habitual podría ayudar a bajar la presión arterial y el colesterol malo (LDL). ¿Es el nuevo medicamento del mar? No. ¿Es un extra interesante en una dieta equilibrada? Sí.

Lo menos bonito: los riesgos

Por otra parte, estas algas de moda cuentan con aspectos menos positivos que tienen que tenerse en cuenta.

1. Yodo, ese viejo conocido

El yodo es esencial para tu tiroides, pero en exceso puede ser un problema. Y las algas, especialmente la wakame, pueden contener cantidades altísimas. En serio, poca broma.

  • El límite diario recomendado para un adulto es de 600 microgramos.
  • Una ración de wakame puede traer hasta 2000 microgramos.

Esto puede alterar la función tiroidea, sobre todo en personas con problemas previos. Así que no, no es para tomar a diario ni en cantidades descontroladas.

algas alimentación
Las algas tienen múltiples beneficios y hay que aprovecharlos.

2. Contaminantes marinos

Las algas actúan como una esponja del mar. Absorben lo que haya: mercurio, arsénico, cadmio...

No todas están contaminadas, pero mejor comprar productos regulados, con etiqueta y origen claro. Y nada de coger la alga tú mismo en la playa, por favor.

3. Flatulencias y digestiones complicadas

Al tener tanta fibra y ciertos azúcares fermentables, pueden provocar gases o molestias si no estás acostumbrado. Nada grave, pero mejor ir poco a poco.

Entonces, ¿me las como o no?

Miedo no, conocimiento sí, pero como todo en nutrición: con cabeza. Una vez por semana es suficiente y mejor en productos envasados, con información clara. Y esto va muy en serio, lo "original" también tiene que pasar los controles, si no viene la etiqueta en español, sospecha. La normativa indica que el etiquetado tiene estar adecuado al idioma del país donde se vende.

algas alimentación
Con una vez a la semana es suficiente en cuanto al consumo de algas.

Si tienes problemas de tiroides, habla con tu médico y que te recomiende cantidades. Y no, no necesitas comerte 20 láminas de nori al día para que tu microbiota se ponga a bailar.

En el fondo, ni demonio ni milagro marino

Las algas nori y wakame tienen potencial: pueden ser buenas para tu intestino, aportar nutrientes interesantes y dar un sabor umami que da gusto. Pero no son inocentes: hay que tener cuidado con el yodo y los posibles contaminantes.

Así que sí, disfruta tu sushi y tu sopa miso, pero que no se te vaya el mar por la boca. Porque no olvidemos lo más importante en nutrición: frente al miedo, conocimiento, y una vez consigues una buena información, sólo queda tomar una buena decisión.