Ni perseidas ni cohete chino, los expertos dicen que lo que vimos en el cielo era un satélite Starlink desintegrándose
Un destello surcó el 10 de agosto el cielo español y desató todo tipo de teorías. Lo que parecía un meteorito o restos de un cohete chino terminó siendo el último viaje de un satélite Starlink.

Un fogonazo verde y naranja iluminó el cielo nocturno de España, dejando a miles de personas con la mirada fija en el firmamento y los móviles apuntando hacia arriba. Sucedió en la medianoche del 10 de agosto y fue visible en Andalucía, Murcia, el sur de Alicante y las Islas Baleares.
Las redes sociales se llenaron de vídeos y teorías. Algunos hablaban de un meteorito, otros de las perseidas. Pronto empezó a circular otra hipótesis: los restos incandescentes de un cohete chino. Sin embargo, la explicación final es más precisa y apunta a un protagonista con nombre y apellido: Starlink-30199, un satélite de la constelación de SpaceX que, tras cumplir su vida útil, reentró en la atmósfera y se desintegró.
Un espectáculo que cruzó el país
El objeto comenzó a ser visible a más de 100 kilómetros de altitud sobre el Atlántico, cerca del Golfo de Cádiz. Desde ahí recorrió unos 900 kilómetros en dirección este, pasando sobre Andalucía, Murcia y el sur de Alicante, para acabar desintegrándose sobre el Mediterráneo. La trayectoria también fue visible desde el interior peninsular y llegó a reportarse en puntos tan lejanos como Madrid y el País Vasco.
Su velocidad, calculada en torno a 29.000 km/h, ya indicaba que no se trataba de un meteoro natural, que entran a la atmósfera a velocidades mucho mayores. Todo apuntaba a basura espacial, es decir, restos de objetos lanzados por el ser humano que vuelven de forma no controlada.
La confusión inicial con un cohete chino
En un primer momento, los cálculos del Proyecto SMART —que vigila la entrada de objetos en la atmósfera desde varios observatorios españoles— apuntaron a que se trataba de la cuarta etapa del cohete chino Jielong-3, lanzado apenas unas horas antes.
Ese lanzamiento, realizado el 9 de agosto desde aguas cercanas a Rizhao, en la provincia china de Shandong, formaba parte del proyecto Geely Future Mobility Constellation. El cohete transportaba 11 satélites GEESATCOM, desarrollados por Geespace, la división aeroespacial del gigante automovilístico Zhejiang Geely Holding Group.
Reentry observed at 2145 UTC Aug 10 over southern Spain was in fact Starlink 30199. Here is the reentry track.
— Jonathan McDowell (@planet4589) August 11, 2025
Disregard my earlier analysis which suggested it was the Jielong-3. pic.twitter.com/G9gBFrMWwl
El objetivo de GEESATCOM es ambicioso: desplegar 72 satélites en órbita baja (LEO) para ofrecer conectividad global de Internet de las Cosas (IoT) a vehículos, embarcaciones, aeronaves y equipos industriales, incluso en zonas sin cobertura terrestre. Con ese lanzamiento, la constelación alcanzó los 41 satélites operativos, y se espera que alcance la cifra prevista antes de finales de 2025.
Por eso, la coincidencia temporal llevó a pensar que los restos vistos sobre España podrían ser parte del sistema de lanzamiento chino. Sin embargo, pronto llegaron los matices.
La identificación definitiva: un Starlink
El seguimiento orbital y la comparación de datos de reentrada confirmaron que el destello no correspondía al cohete chino, sino al satélite Starlink-30199 de SpaceX. Este satélite se lanzó el 10 de julio de 2023 y, tras completar su misión, su órbita decayó hasta provocar la reentrada.

La trayectoria del satélite coincidía exactamente con la observada desde tierra, y el momento de la desintegración encajaba con los datos de los radares de seguimiento espacial. La etapa del cohete Jielong-3, en cambio, reentró aproximadamente una hora después y por una ruta distinta, descartando su relación con el fenómeno.
¿Qué es Starlink?
Starlink es la megaconstelación de internet satelital de SpaceX, con miles de satélites activos y lanzamientos regulares desde 2019. Aunque la mayoría se mantienen en órbita durante años, algunos se desorbitan de forma controlada, mientras que otros, como en este caso, reentran de manera natural al perder altura.
Se estima que actualmente tres objetos grandes reingresan a diario en la atmósfera terrestre, casi siempre desintegrándose por completo. Ver uno de ellos desde tierra es poco común, pero cada vez más probable debido a la proliferación de satélites y lanzadores en órbita.
El destello del 10 de agosto es un recordatorio de que, en la nueva carrera espacial, lo que vemos brillar en el cielo puede ser la punta visible de una enorme infraestructura tecnológica que está cambiando la forma en que nos comunicamos.