Día de los Bosques: procesionaria, la 'pandemia' de los pinos

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), es actualmente la plaga más importante que afecta a las poblaciones de pinares situados en toda la cuenca Mediterránea.

La oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), baja de los árboles a la superficie entre los meses de febrero y abril.

La oruga procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es uno de los habitantes más comunes y familiares de todas las áreas forestales de la zona Mediterránea. De hecho, según las condiciones climáticas de cada año, su presencia llega a alcanzar la magnitud de epidemia, extendiéndose con gran facilidad y rapidez tanto en las masas forestales de gran extensión, como en los jardines y especies aisladas. Así mismo, por sus características, no solamente debilita las distintas especies de pinos a los que afecta, sino que puede constituir un serio peligro para las personas y muchos animales, incluidas las mascotas.

La oruga está activa en los meses más fríos del año

Se trata de un tipo de polilla, con un ciclo de vida como larva que tiene 5 etapas o fases distintas, denominadas “estadios”. La procesionariatiene un crecimiento corporal muy rápido, tas el cual la muda nos señala el inicio del siguiente “estadio”. La oruga o insecto, sólo está activo durante los meses más fríos del año, en verano se entierra en el suelo como una crisálida o pupa.

En el tramo final del invierno o inicios de primavera, baja de los árboles y forma sobre el terreno firme una procesión serpenteante (de ahí la denominación de procesionaria), que se desplaza buscando tipos de suelos relativamente blandos para poderse enterrar. Tras varios meses bajo tierra, las polillas comienzan a salir del suelo entre los meses de julio y agosto, apareándose posteriormente. En su fase de mariposa buscan pinos donde poder hacer la puesta de huevos.

Poco después, al eclosionar los huevos, los insectos van cumpliendo las 5 fases anteriormente comentadas en forma de orugas, alimentándose de las hojas de los pinos. Allí crean numerosos nidos en forma de bolsa, muy parecidos a un tejido de seda. Con el paso de los días, las bolsas siguen creciendo debido al aumento de tamaño de las orugas, llegando a contener cada una hasta 300 ejemplares enormemente voraces en su último estadio. Finalmente, con la llegada del final del invierno (febrero o marzo), las orugas vuelven a descender de los pinos y da comienzo de nuevo el proceso un año más, siendo más o menos agresiva la plaga en función de las condiciones climáticas predominantes.

Las orugas de esta plaga, provocan graves daños en las hojas de los pinos, incluso la muerte en especies muy débiles.

La plaga causa una fuerte defoliación de los pinos, pudiendo matar a los ejemplares más débiles

Los daños provocados en los árboles afectados por las “bolsas” o nidos de las orugas, se aprecian muy nítidamente. Por lo general, provocan una fuerte y agresiva defoliación de los ejemplares afectados, que en especies jóvenes o muy débiles, puede llegar a causarles la muerte, tanto de forma directa, como por consecuencia del ataque de otras especies de escolitinos u otros insectos xilófagos. En las zonas forestales, recreativas o residenciales con especies maduras y adultas, es muy difícil que la plaga les provoque la muerte, no obstante, les produce importantes pérdidas en el crecimiento de su volumen.

Cuando el insecto se ha convertido en oruga y desciende de los arboles (final del invierno), es cuando se da el máximo peligro para las personas y los animales, tanto domésticos como salvajes. El mecanisco de defensa de las orugas son unos pelos extremadamente urticantes. Por tanto, en las personas que entren en contacto con ellas, pueden provocar, desde inflamaciones o irritaciones leves de la piel afectada, hasta graves reacciones alérgicas.

De igual forma, a muchos animales (incluidas las mascotas y animales de granja) les puede causar hasta la amputación o pérdida de algún miembro funcional (lengua) e incluso la muerte, si los pelos urticantes se adentran en el organismo y provocan una fuerte inflamación en la garganta que les impida respirar. Tened siempre muy en cuenta que, ante cualquier emergencia causada por entrar en contacto con estos insectos, hay que acudir con la máxima rapidez al consultorio médico más cercano o al veterinario, en el caso de ser nuestra mascota la afectada. Allí nos aconsejarán de las medidas a adoptar para minimizar los síntomas y nos mandarán el tratamiento más adecuado.


En las personas y animales provoca desde leves inflamaciones o irritaciones de la piel, hasta graves reacciones alérgicas e incluso la muerte, si los pelos urticantes entran en la garganta.
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Hay muchos métodos para combatir la plaga

Para finalizar, podemos comentar, que algunos de los métodos y técnicas empleadas para combatir esta plaga son:

  • Romper las bolas con un palo o semejante (a cierta distancia y con cuidado).
  • La eliminación de los bolsones (cortándolos de manera individual).
  • Eliminar las orugas cuando vayan descendiendo de los arboles (siempre con métodos que nos eviten entrar en contacto).
  • Aplicar los tratamientos químicos adecuados y en las etapas recomendadas.
  • Poner trampas de feromonas para capturar machos e impedir la fecundación de las hembras.
  • Buscar las zonas de anidación bajo tierra, desenterrar y matar las orugas.


A modo de conclusión, debems recordar que independientemente de la actividad que realicemos o del motivo por el que estemos cerca de esta plaga, hemos de tomar las máximas precauciones para no entrar en contacto nosotros ni nuestras mascotas con estas peligrosas orugas.