La NASA quiere aliarse en la guerra contra el cambio climático

La NASA apuesta, junto con la nueva administración estadounidense, por impulsar la investigación contra el cambio climático en las próximas misiones. Este nuevo enfoque supone un gran avance para afrontar el desafío climático actual, y un gran paso para las generaciones futuras.

Planeta
La observación de la Tierra ha sido estudiada por la NASA desde 1960, cuando lanzó TIROS-1, el primer satélite meteorológico en monitorear el clima terrestre desde el espacio.

La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA), fundada en 1958 y conocida internacionalmente por sus méritos espaciales, entre los que destaca llevar al hombre a la Luna o hacer volar el primer helicóptero en el planeta rojo, nombró el pasado 3 de febrero de 2021 a Gavin Schimidt como el primer asesor climático de su historia.

Que el clima de la Tierra está cambiando, no es nada nuevo, pero que la NASA quiera volver a ser protagonista en su estudio, sí lo es. Puedes consultar la información aquí.

El creciente impulso de los científicos para combatir el calentamiento global unido al apoyo de la nueva administración estadounidense, han llevado a la NASA a revitalizar su papel en la política climática. El aumento presupuestario del gobierno americano permitirá a la agencia avanzar en futuras investigaciones climáticas y luchar contra la crisis climática actual.

La nueva dirección de la NASA habla alto y claro: “No se puede mitigar el cambio climático a menos que se mida, y esa es la experiencia de la NASA", a lo que añade "comprender nuestro planeta nos brinda los medios para protegerlo mejor".

Misiones futuras

Lo expuesto anteriormente tendrá un reflejo inmediato en las nuevas misiones espaciales, entre las que podemos destacar las siguientes.

Para el corto plazo, se espera que en 11 meses la NASA, junto con la Agencia Espacial India, lance el primer satélite capaz de cartografiar el continente antártico en su totalidad. La misión denominada “NISAR” recopilará datos de radar en dos regiones de banda de microondas, las bandas L y S, con el objetivo de medir cambios en la superficie Antártica menores a un centímetro de ancho. De conseguirse, las imágenes obtenidas serán lo suficientemente detalladas como para mostrar cambios locales en la cobertura de hielo marino nunca antes percibidos. En definitiva, esta misión supondrá un gran avance tecnológico para comprender los efectos y el ritmo actual del cambio climático.

A finales del 2022 la NASA lanzará el satélite “FODA”, cuya finalidad será calcular, por primera vez en la historia, el volumen global de agua superficial del planeta. Esta misión suministrará los datos necesarios para conocer el aporte de agua dulce que llega al océano a través de ríos y lagos, los cambios en los humedales y la variación del nivel del mar a escalas anteriormente nunca vistas.

Satélites
La NASA, con más de veinte satélites activos, es la agencia principal en la observación y comprensión de los cambios en la Tierra.

A más largo plazo, para el 2027, la NASA espera poner en marcha a “LIBERA”: un nuevo instrumento innovador que medirá la radiación solar reflejada por el sistema terrestre, con longitudes de onda entre 0,3 y 5 micrones, y también la radiación infrarroja emitida al espacio exterior por la atmósfera, con longitudes de onda entre 5 y 50 micrones. Las mediciones de esas dos variables permitirán a los científicos cuantificar la energía diaria que sale de nuestro planeta, información crucial para comprender la evolución del clima de la Tierra a lo largo del tiempo.

Estos son, a grandes rasgos, las nuevas iniciativas expuestas por la NASA relativas a la investigación del cambio climático, y desde aquí estaremos expectantes a su desarrollo y resultados, confiando que sean positivos.