La muerte del Sol ya tiene fecha: así serán los últimos días de la Tierra según la ciencia

Los astrónomos ya manejan un calendario preciso sobre la muerte del Sol. Aún tiempo queda, pero sus cambios futuros harán inviable la vida en la Tierra mucho antes del final.

El Sol se convertirá en una gigante roja
El Sol cambiará de forma y energía, convirtiéndose en un gigante rojo, dentro de millas de millones de años. Ese proceso transformará la Tierra en un planeta sin agua ni vida.

Durante siglos, se pensó que el Sol era una presencia casi eterna. Sin embargo, la astrofísica moderna ha logrado reconstruir su biografía completa, incluido su último capítulo. Ese relato no habla de un estallido arrepentido, sino de una transformación lenta que alterará por completo el equilibrio del sistema solar.

¿Qué es un gigante roja?
Es una estrella en una fase avanzada de su vida, de gran tamaño y color rojizo, que se forma cuando estrellas de masa baja e intermedia (como nuestro Sol) agotan el hidrógeno de su núcleo y comienzan a fusionar helio, expandiendo sus capas exteriores y enfriándose en la superficie, volviéndose muy luminosas y pudiendo engullir los planetas cercanos.

Aunque el final definitivo llegará dentro de unos 5.000 millones de años, la Tierra empezará a sufrir las consecuencias mucho antes. El aumento progresivo de la energía solar cambiará la atmósfera, secará las yeguas y terminará en cualquier forma de vida compleja. El calendario está trazado y no deja lugar a dudas.

El Sol como gigante roja y el principio del fin

Dentro de aproximadamente cinco mil millones de años, el Sol agotará el hidrógeno que alimenta su núcleo. Ese momento marcará el inicio de una nueva fase: la de gigante roja. La estrella aumentará su tamaño de forma descomunal y su diámetro crecerá hasta superar en más de doscientas veces el actual.

Este aumento de tamaño no será un simple cambio visual. La radiación emitida será mucho más intensa y afectará directamente a los planetas interiores. Mercurio y Venus quedarán engullidos por la atmósfera solar, mientras que la Tierra quedará al borde de ese abrazo letal.

Incluso si nuestro planeta no llega a ser absorbido básicamente, las condiciones en su superficie serán realmente extremas. Las temperaturas se dispararán y el equilibrio climático desaparecerá. La vida, tal como hoy la conocemos, ya no tendrá espacio para sostenerse.

La evaporación de los océanos y la pérdida de la atmósfera

El golpe más temprano llegará bastante antes de que el Sol alcance su tamaño máximo. En torno a los mil millones de años en el futuro, la luminosidad solar será suficiente para iniciar la evaporación progresiva de los océanos terrestres . El agua, clave para la vida, empezará a escapar hacia el espacio.

A medida que el vapor de agua se acumula en las capas altas de la atmósfera, la radiación solar romperá sus moléculas. El hidrógeno se perderá definitivamente y la Tierra quedará cada vez más seca. Las yeguas se convertirán en un recuerdo geológico.

Con menos agua y una atmósfera debilitada, nuestro planeta perderá su capacidad de regular la temperatura. El efecto protector frente a la radiación desaparecerá y la superficie quedará expuesta a un entorno hostil. Mucho antes del final del Sol, la Tierra ya será un mundo muerto.

El final del sol como enana blanca

Tras la fase de gigante roja, el Sol entrará en un período de inestabilidad. Comenzará a quemar helio en su núcleo y experimentará pulsos térmicos que expulsará gran parte de su masa al espacio. Cada uno de estos episodios reducirá su tamaño y su energía .

El Sol como enana blanca
Tras perder gran parte de su masa, el Sol quedará reducido a una enana blanca. Será el último estado de una estrella que ya no podrá sostener vida a su alrededor.

Lo que quedará al final será una enana blanca : un núcleo extremadamente denso, del tamaño aproximado de la Tierra, pero con una masa similar a la actual del Sol. Ya no habrá reacciones nucleares activas, sólo calor residual disipándose lentamente durante miles de millones de años.

Para entonces, la Tierra, si aún existe como cuerpo independiente, será una roca estéril orbitando un remanente estelar apagado. Sin atmósfera, sin agua y sin posibilidad de albergar vida. El sistema solar habrá entrado en una etapa silenciosa y fría.

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