Greenpeace y Public Eye advierten: España exportó casi 12.900 toneladas de plaguicidas prohibidos en 2024
El negocio de los plaguicidas prohibidos crece y España ocupa un papel central. Greenpeace y Public Eye alertan de miles de toneladas exportadas pese a los riesgos. ¿Qué sustancias son y a dónde llegan?

España se ha consolidado como uno de los principales exportadores de plaguicidas prohibidos en la Unión Europea. Según una investigación elaborada por Greenpeace y la ONG suiza Public Eye, en 2024 salieron del país casi 12.900 toneladas de estas sustancias, vetadas en los campos europeos por su peligrosidad, pero aún fabricadas y comercializadas hacia mercados donde las regulaciones son más laxas.
Crecimiento acelerado en los últimos años
El informe destaca que el volumen exportado por España ha experimentado un incremento notable en apenas seis años. En 2018 se notificaron alrededor de 5.200 toneladas, cifra que en 2024 se multiplicó por más de dos, alcanzando niveles históricos.
Entre las sustancias exportadas se encuentran el 1,3-dicloropropeno, utilizado como fumigante de suelo y prohibido en la UE desde 2007 por su capacidad de contaminar acuíferos y dañar a la fauna silvestre; la picoxistrobina, un fungicida vetado por sus riesgos para la vida silvestre y posibles efectos en el ADN humano; y otros compuestos como el clorotalonil, el clorpirifós, el epoxiconazol o los neonicotinoides, relacionados con la mortalidad de las abejas.
Mercados menos estrictos
El estudio señala que casi la mitad de estos plaguicidas prohibidos se dirige a países de ingresos bajos o medios, como Marruecos, Brasil, Sudáfrica, Guatemala o Ucrania. Esta circunstancia ha generado acusaciones de “doble rasero”, ya que se trata de sustancias cuyo uso se considera inaceptable en Europa, pero que siguen fabricándose y comercializándose hacia mercados más vulnerables.

La paradoja se amplifica si se considera que, tras la prohibición en la UE, muchas de estas sustancias regresan indirectamente a través de la importación de alimentos tratados con esos plaguicidas en los países de origen.
Riesgos para la salud y el medioambiente
Los efectos de estos plaguicidas están bien documentados y han motivado su prohibición en Europa. Algunos presentan riesgos de cáncer, otros están vinculados a alteraciones en el neurodesarrollo infantil, problemas reproductivos o contaminación persistente del agua y el suelo. Además, la biodiversidad se ve directamente afectada, con especial incidencia en insectos polinizadores, aves y organismos acuáticos.
La exposición a estas sustancias en países con menor capacidad de control puede ser devastadora, tanto para la población agrícola como para el entorno natural. El informe recalca que esta situación plantea un dilema ético de gran calado: la UE protege a sus ciudadanos mientras exporta los riesgos a otras regiones del mundo.
Más controles comerciales
Organizaciones ecologistas, sindicatos y expertos en salud pública reclaman, a raíz de este informe, la prohibición efectiva de la exportación de plaguicidas prohibidos en el territorio europeo. Las propuestas pasan por cerrar el vacío legal que permite este comercio, fortalecer los controles nacionales y armonizar las normas sobre residuos en los alimentos importados.

Asimismo, se pide que se impulsen alternativas de manejo agrícola más sostenibles y menos dependientes de químicos tóxicos. Para los críticos, la verdadera solución no solo pasa por regular el comercio, sino por apoyar a los países receptores en la transición hacia modelos más seguros y resilientes.
La situación de España no es aislada, pero su papel como tercer mayor exportador la coloca en el centro del debate europeo. Mientras algunos defienden la soberanía de los países importadores para decidir qué sustancias utilizan, otros subrayan que la coherencia de la política ambiental y sanitaria europea exige un cambio drástico.
Referencia de la noticia
Una investigación de Greenpeace sitúa a España entre los tres mayores exportadores de plaguicidas prohibidos en la UE. Enlace al informe.