Plaguicidas: efectos dañinos en el medio ambiente y la salud

Desde hace varias décadas, los plaguicidas han desempeñado un papel muy importante en el control de plagas agrícolas y enfermedades transmitidas por vectores. No obstante, su uso abusivo o inadecuado, puede provocar graves problemas para la salud y el medio ambiente.

Desde los años 50, los plaguicidas han contribuido a un gran incremento del volumen y la calidad de la producción alimentaria mundial.

El término “plaguicida” se refiere a cualquier sustancia o producto químico cuya utilización está relacionada con el control o erradicación de todo tipo de plagas. Los plaguicidas químicos se pueden encontrar en forma líquida, sólida o gaseosa y según su acción concreta se dividen en: insecticidas, herbicidas, fungicidas, acaricidas, bactericidas, rodenticidas y fitorreguladores, junto a otras variantes más específicas.

El desarrollo y aplicación de plaguicidas para combatir todo tipo de plagas ha sido el principal factor para el desarrollo de la Revolución Verde, ya que permitieron un incremento del volumen y la calidad de la producción alimentaria mundial. El uso y desarrollo de estos productos coincidió de forma lógica, con la “era química”, transformando claramente la forma de vida de toda la sociedad desde los años 50 del pasado siglo.

El uso y desarrollo de los plaguicidas se produjo a partir de los años 50, con la llegada de la era "química".

No obstante, los beneficios aportados por la aparición de la química, también han ido asociados a multitud de efectos negativos y perjudiciales para nuestro medio natural. La creciente pérdida de biodiversidad y las fuertes modificaciones o perturbaciones en la relación y proporción entre depredadores y presas, son un ejemplo de ello. Así mismo, no podemos olvidar los graves efectos y consecuencias para la propia salud humana que muchos de estos plaguicidas provocan de forma directa o indirecta.

Dispersión de los plaguicidas en el medio ambiente

La contaminación de los plaguicidas en el medio ambiente está provocada por los siguientes factores:

  • Aplicación directa en los cultivos agrícolas.
  • Derrames accidentales.
  • Uno inadecuado de los envases y de los propios productos.
  • Filtraciones en depósitos de almacenamiento.
  • Limpieza o lavado inadecuado de maquinaria de aplicación y tanques contenedores.
  • Residuos descargados o vertidos en el suelo.

La combinación de todos los factores, provoca la dispersión de los restos de estos productos en el ambiente, convirtiéndose en potenciales contaminantes bióticos (animales y plantas) y abióticos (aire, agua y suelo) amenazando su estabilidad y amenazando o poniendo en peligro la salud pública. Diferentes factores como las propiedades físicas y químicas de los productos utilizados, las condiciones geomorfológicas de los suelos o la climatología y las condiciones meteorológicas e hidrogeológicas de las zonas afectadas, influyen en el grado de afectación y en la propagación.

Es obligatorio depositar los envases vacíos de productos fitosanitarios en los puntos de recogida habilitados para tal fin.

Efectos de los plaguicidas sobre los seres vivos

Por otra parte, los daños ecológicos de los plaguicidas dependen de sus componentes y de las distintas categorías. Aunque los efectos sobre la superficie terrestre son más visibles y directos, los principales daños se producen a causa del agua contaminada por la escorrentía de dichos productos, siendo los dos mecanismos más importantes la bioconcentración y la bioampliación.

Bioconcentración

Es el movimiento que tiene un determinado producto químico desde el medio que le rodea hasta el interior del organismo. Uno de los principales “sumideros” de muchos plaguicidas es el tejido graso (“lípidos”), como es el caso del DDT, el cual es lipofílico, por lo que es soluble y se acumula en los tejidos grasos. Ello provoca que se acumulen en algunos tejidos comestibles de muchas especies de peces o en el mismo tejido graso de los humanos. En cambio, otros tipos de plaguicidas como el glifosato, se metabolizan en los organismos vivos y son eliminados por los excrementos.

Bioampliación

Se define como la concentración creciente de un producto químico al transformarse la energía alimentaria dentro de la cadena trófica. Es decir, conforme los organismos más pequeños son devorados por otros de mayores dimensiones, aumenta y se amplía de forma considerable la concentración de los plaguicidas y otros productos de origen químico en los tejidos y en otros órganos. Por lo tanto, se llegan a observar concentraciones muy importantes y elevadas en los depredadores que se encuentran en los eslabones más altos de la cadena trófica, incluidos los seres humanos.

    En los seres vivos intoxicados, los daños provocados por estos productos, pueden ir desde la propia muerte directa hasta multitud de daños celulares, fallos del sistema inmunitario, aparición de todo tipo de tumores, deformidades físicas o efectos fisiológicos (disminución de grosor de las cáscaras de los huevos).

    Criterios que determinan los efectos negativos de los plaguicidas

    Dependiendo de sus características y composición, los plaguicidas afectan en mayor o menor medida a los seres vivos y perduran un mayor espacio de tiempo en el medio terrestre y acuático, siendo los principales criterios los siguientes:

    Toxicidad

    Referida a todo tipo de seres vivos (mamíferos y no mamíferos), se expresa en forma de DL50 (“Dosis letal”: Significa la concentración del plaguicida que es capaz de provocar la muerte de la mitad de los organismos de prueba durante el periodo de tiempo especificado para dicha prueba). A menor DL50, mayor toxicidad tendrá el producto, siendo los valores comprendidos entre 0 y 10 extremadamente tóxicos. El efecto de la toxicidad sobre los organismos, puede ser agudo (muerte) o crónico.

    Persistencia

    Se mide en términos de vida-mitad, siendo el tiempo necesario para que la concentración ambiental de un determinado producto disminuya un 50%. Los procesos bióticos y abióticos de degradación determinan dicha duración. Por lo general, los plaguicidas más modernos suelen tener una vida-mitad más breve, ya que delimitan de forma más precisa el periodo de tiempo para controlar una determinada plaga.

    Productos degradados

    En ocasiones la degradación del compuesto original puede dar lugar a la aparición de los denominados “productos degradados”, los cuales tienen una toxicidad menor, igual o mayor que la del original.

    Destino (ambiental)

    El destino ambiental es el comportamiento de un plaguicida, dependiendo de la afinidad natural que tenga el producto químico con respecto a los cuatro compartimentos ambientales de su entorno: materia sólida, líquida, gaseosa y biota. Este comportamiento denominado en ocasiones “compartimentación” va relacionado con algunos parámetros como el coeficiente de absorción del suelo y la solubilidad, entre otros.

    Protección plaguicidas
    Para realizar tratamientos con plaguicidas, es conveniente utilizar el vestuario de protección adecuado.

    Efectos negativos en la salud humana

    Dependiendo del estado en el que los encontremos, los plaguicidas pueden entrar en contacto con el ser humano a través de cualquiera de las vías de exposición existentes: dérmica, respiratoria y digestiva.

    Los plaguicidas, según el grado de exposición, pueden provocar en la salud efectos agudos o crónicos. Los agudos, son aquellos relacionados con una exposición a altas dosis durante un breve periodo de tiempo, con efectos sistémicos o localizados. Por su parte, los crónicos están vinculados a una exposición a bajas dosis durante un largo periodo de tiempo.

    Los efectos negativos sobre la salud aparecerán cuando se superen los niveles de exposición considerados seguros por exposición directa o indirecta. Los efectos concretos que provocan en nuestra salud pueden ser extremos (muerte) en caso de intoxicación muy aguda. Mientras que en intoxicaciones crónicas y prolongadas pueden aparecer distintos tipos de cáncer, deficiencias del sistema inmunitario, deformidades congénitas, trastornos del sistema neurológico, problemas reproductivos, etc.

    Para minimizar los efectos de los plaguicidas, hay que seguir las recomendaciones que nos vienen indicadas en los envases y etiquetados de los distintos productos.

    Como hemos podido comprobar, los efectos de los plaguicidas sobre el medio natural y los seres humanos, pueden ser devastadores. Por tanto, hemos de seguir una serie de pautas y tener la máxima precaución para intentar minimizar tales daños. Hay muchas sugerencias que podemos llevar a cabo con gran facilidad, como leer detenidamente la etiqueta informativa del producto para minimizar riesgos, desechar correctamente los envases y el producto sobrante o utilizar correctamente los medios de protección a la hora de aplicar los productos. Si la sociedad se conciencia y colabora activamente, podremos mejorar claramente la salud de nuestro entorno y de nosotros mismos.