"Estampidas" en la niebla: cuando el viento huye del frío y la humedad

Las nieblas persistentes traen frío y un ambiente totalmente plomizo en algunos sectores del país. ¿Sabías que también provocan viento? Parece que salga en estampida, analizamos el porqué.

Niebla rebosante en el sistema Transversal (Girona) / Foto: Melcior Badosa
La niebla de la comarca de Osona (Barcelona) vierte en forma de cascada hacia la Garrotxa (Girona) cuando la capa límite de inversión supera los 1.000 metros. Foto: Melcior Badosa

Las altas presiones continúan dominando el panorama meteorológico en España, implicando un tiempo muy estable y tranquilo, con dos caras de la misma moneda: el sol y las nieblas. Unos estratos bajos que hace más de una semana impiden ver el sol en el Valle del Ebro, con un ambiente gélido en este sector. En las provincias de Huesca, Zaragoza o Lleida hay poblaciones que no superan los 0 ºC de máxima.

La semana empieza otra vez con muchísima niebla en todo el país: valle del Ebro, Depresión Central catalana, ambas mesetas, Comunidad de Madrid, interior de la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, sud de Euskadi, Orense y en los valles interiores de Asturias i Cantabria. La mayoría de estos estratos bajos irán levantando, menos en el Valle del Ebro, donde quedará la niebla densa y bastante cerrada.

Niebla
Previsión de bancos de niebla esta mañana en zonas del interior norte y zona oriental de la península.

¿A qué altitud se encuentra esa niebla?

El grosor principal de estos estratos se encuentra a una altitud entre los 500 y los 800 metros. Durante la noche cuando baja la temperatura, esta niebla se vuelve a formar en cotas más bajas, mientras que a mediodía queda persistente la niebla anclada en la capa límite de inversión, a esos 800 metros.

Así pues, zonas bajas como Fraga o Bujaraloz tienen un cielo tapado a mediodía que vendría a ser la 'niebla alta', mientras que en poblaciones como Ponts (Lleida) o Huesca, tendrán una niebla más espesa y cerrada porque se encuentran más en la frontera de la capa límite. Así pues, nubes bajas o niebla en función de la "posición del huésped". En algunos casos, hemos encontrado niebla 'llorona o meona': precipitación oculta u horitzontal a causa de la gran sobresaturación de la humedad.

La niebla: creadora de viento

La presencia de niebla es sinónimo de una gran masa de aire muy frío y extremadamente cargado de humedad en las capas bajas troposféricas, con grosor que puede llegar a esos 800 metros. Ese aire frío cautivo acumulado, estático e inmóvil "quiere salir" de alguna manera y por eso, en los extremos de la masa de niebla se produce un viento frío y persistente llamado "catabático" que fluye desde las zonas con niebla hasta los sectores adyacentes o próximos con cielo despejado. Se trata de una verdadera estampida de viento huyendo de la niebla.

Así pues, el viento catabático es una corriente de aire de drenaje que se origina por las diferencias de temperatura, humedad y presión entre dos masas de aire: la masa de aire húmeda, fría y más pesada respeto a otra masa de aire más seca, liviana y algo menos fría.

Ese aire que fluye o viaja desde las zonas plomizas (de niebla) hasta sitios despejados tiene más densidad en relación al aire circundante. Esta canalización de aire frío provoca vientos sostenidos entre los 30 y los 50 km/h y temperaturas gélidas, incluso con cielo despejado. Un ejemplo es el Perelló (Tarragona), que recibe el flujo de desguace de todo el Valle del Ebro, con máximas entorno a los 5 ºC.