El gran apagón que dejó sin luz a Italia en septiembre de 2003: más de 56 millones de personas se quedaron a oscuras
El gran apagón que ha afectado a España y Portugal recuerda mucho al que se produjo en Italia en septiembre de 2003, cuando 56 millones de italianos se quedaron a oscuras.

Un gigantesco apagón paralizó este lunes 28 de abril a España y Portugal. El apagón paralizó los metros de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, apagó los semáforos y dejó sin electricidad a metros y trenes, paralizando el tráfico ferroviario.
Este suceso recuerda a otro gran apagón que afectó a Italia en septiembre de 2003, dejando a oscuras a prácticamente 56 millones de italianos, desde el Valle de Aosta hasta Sicilia, con problemas y repercusiones a gran escala.
El anterior gran apagón en Europa, en 2003
El 28 de septiembre de 2003, Italia sufrió uno de los apagones más graves de su historia moderna, que dejó a oscuras durante varias horas a unos 56 millones de personas.
El suceso fue el resultado de una suma de acontecimientos técnicos, organizativos y medioambientales, que dejaron al descubierto las vulnerabilidades del sistema eléctrico nacional e internacional.

El verano excepcionalmente caluroso había reducido la capacidad de producción de algunas centrales eléctricas, mientras que la demanda de energía seguía siendo alta. Además, el mercado europeo de la electricidad atravesaba una fase de liberalización, con nuevos retos en materia de gestión y coordinación de redes.
Una fuerte tormenta y un árbol que cortó el tendido eléctrico en Suiza
El apagón se originó en la noche del 27 al 28 de septiembre, cuando, a las 3:01 h de la madrugada, un árbol cayó sobre una línea de alta tensión cerca de Mettlen, en el cantón suizo de Lucerna, a causa de una fuerte tormenta. La línea, conocida como Lukmanier, era una arteria importante para la exportación de energía a Italia.
En aquel momento, la red eléctrica suiza ya estaba sometida a tensiones debido a una carga elevada y a un mantenimiento subóptimo. Los operadores de la red suiza intentaron redistribuir el flujo eléctrico a otras líneas, pero la situación en vez de mejorar empeoró.

A las 3:11 h horas, una segunda línea se sobrecargó y dejó de funcionar. Este segundo suceso comprometió aún más la capacidad de la red suiza para exportar energía a Italia. En cuestión de minutos, el flujo de energía a Italia se redujo drásticamente, creando un desequilibrio entre la oferta y la demanda en la red italiana.
Italia a oscuras durante las próximas horas
El sistema eléctrico italiano no estaba preparado para hacer frente a una pérdida tan repentina de energía importada. La reducción del flujo procedente de Suiza hizo que la frecuencia de la red italiana cayera por debajo de 50 Hz, el valor estándar para un funcionamiento estable.
Exactamente a las 3:25 a.m. la red italiana se colapsó, dejando a todo el país, excepto Cerdeña y algunas islas menores, sin electricidad.
La gestión del apagón se complicó aún más por la falta de comunicación entre los operadores suizos e italianos. Los operadores suizos no informaron a tiempo a Italia del primer fallo, lo que retrasó las contramedidas. En cuestión de minutos, toda la red eléctrica italiana colapsó.
Problemas y consecuencias del apagón
El apagón de 2003 causó enormes problemas en toda Italia. El transporte público se paralizó, con trenes bloqueados y metros fuera de servicio. Los hospitales activaron generadores de emergencia.

En las ciudades, la ausencia de alumbrado y semáforos provocó caos y accidentes. Las empresas sufrieron importantes pérdidas y millones de familias se quedaron sin electricidad durante horas; en algunas zonas no se restableció hasta última hora de la tarde del 28 de septiembre, como en el extremo sur de Italia.
Roma en la oscuridad durante la Noche Blanca
En Roma, el apagón tuvo consecuencias especialmente llamativas porque esa misma noche se celebraba la primera Noche Blanca de la ciudad, en la estela de la organizada el año anterior en París. Cuando se cortó el suministro eléctrico, a las 3:30 h de la madrugada, era sábado por la noche y aún había cientos de miles de personas en las calles.
El otro aspecto de emergencia fue el de los ascensores bloqueados y los trenes varados. Unos treinta mil pasajeros quedaron atrapados en los trenes durante horas. En la estación de Termini se instaló una ciudad de tiendas de campaña de Protección Civil.
Las lecciones de aquel apagón
El apagón de 2003 fue una llamada de atención para Italia y toda Europa, que se encontraron en una situación de vulnerabilidad. Tras el suceso, se tomaron varias medidas para reforzar la red eléctrica italiana. Se aplicaron protocolos más estrictos para el mantenimiento de las líneas, como el control de la vegetación cerca de las infraestructuras.
Además, se aprobaron nuevas normas y protocolos más estrictos para la comunicación y coordinación entre los operadores de redes europeos en casos de emergencias similares.
En los años siguientes, empresas como Terna invirtieron en toda la infraestructura eléctrica nacional de Italia, con el objetivo de reducir la dependencia de las importaciones y mejorar la estabilidad de la red.