Durante los días de calor extremo, estas son las tres formas más fáciles de ayudar a las aves en tu jardín

Cuando el calor es extremo, las aves sufren más de lo que parece. Con simples gestos desde casa, puedes ayudarlas a sobrevivir los días más calurosos del verano.

Los pájaros también sufren las altas temperaturas del verano, y nosotros con actos sencillos aliviar su calor.

El verano trae consigo paisajes radiantes, jardines florecidos y cielos despejados, pero también olas de calor que afectan duramente a la fauna silvestre.

Las aves, en especial, se enfrentan a serias dificultades para mantenerse hidratadas y frescas cuando las temperaturas superan los 35 °C, ya que su metabolismo rápido y plumaje pueden jugar en su contra en estos episodios extremos.

Tres consejos para ayudar a las aves en una ola de calor

Por eso, si tienes un jardín, una terraza o incluso un balcón, puedes convertirlo en un pequeño refugio para estas aliadas del ecosistema.

Proporciona agua limpia y accesible

    La prioridad número uno en una ola de calor para las aves es el acceso al agua no solo la necesitan para beber, también para refrescarse mediante el baño, lo que ayuda a regular su temperatura corporal.

    Por ello que hay que colocar cuencos poco profundos con agua limpia en zonas sombrías de tu jardín o balcón. A modo de ejemplo, puedes usar platos de cerámica, fuentes o incluso bandejas de macetas.

    Es importante que el agua no esté estancada durante días: cámbiala a diario y límpiala con frecuencia para evitar la proliferación de bacterias.

    Si vives en una zona con mucho sol, procura poner el recipiente bajo árboles o toldos, y coloca algunas piedras dentro para que las aves pequeñas puedan posarse sin riesgo.

    Crea zonas de sombra y refugio

    El segundo gran problema para las aves en un jardín urbano caluroso es la exposición directa al sol en episodios de temperaturas muy altas, siendo las sombras naturales esenciales para su descanso y supervivencia.

    Si tu jardín carece de vegetación alta, puedes improvisar refugios con elementos sencillos como sombrillas, enrejados con plantas trepadoras o incluso cajas de madera recicladas dispuestas estratégicamente.

    Plantas autóctonas o resistentes como el laurel, el romero o el boj pueden cumplir esta función y, de paso, aportar beneficios al resto del ecosistema. Además, muchos pájaros prefieren refugiarse cerca de arbustos densos porque también les ofrecen seguridad frente a depredadores.

    Asegura una alimentación ligera y nutritiva

    Aunque no es necesario alimentar a las aves todo el año, en situaciones de calor extremo puede ser útil proporcionarles algo de comida adecuada. Sin embargo, hay que tener precaución: los alimentos ricos en grasas (como los típicos bloques invernales) no son recomendables durante el verano.

    En su lugar, puedes ofrecer semillas ligeras, frutas frescas (como manzana o melón) y pequeñas cantidades de avena sin azúcar. Sitúalas en los comederos lejos del agua y a la sombra para evitar que se estropeen.

    Aparte de la comida, también puedes plantar flores que atraigan insectos beneficiosos. Por ejemplo, las caléndulas, lavandas o girasoles no solo embellecen tu jardín, sino que también se convierten en una fuente natural de alimento para las aves insectívoras.

    Un jardín más vivo, incluso en verano

    Ayudar a las aves durante una ola de calor no solo es un acto de compasión, sino también una forma efectiva de mantener el equilibrio natural en tu entorno. Estas pequeñas acciones no requieren gran esfuerzo, pero su impacto es enorme.

    Asimismo, observarlas refrescarse en el agua o revolotear entre las sombras es una de las experiencias más reconfortantes y relajantes del verano.