Hay una misteriosa isla que parece una huella dactilar desde el aire

Las islas a veces pueden tener formas muy sorprendentes, y hoy os mostramos un gran ejemplo de ello: ¡desde el aire parece que estás viendo una huella dactilar! ¿Dónde se encuentra este lugar y qué es lo que hay? Te explicamos el "misterio".

isla huella dactilar desde el aire
Hay una misteriosa isla en Croacia que parece una huella dactilar desde el aire. Créditos: Julien Duval/Amazing Aerial Agency.

En nuestro planeta hay islas que nos recuerdan, con un poco de imaginación, a dinosaurios, corazones, calaveras o medias lunas, y que todavía hoy en día permanecen salvajes. En cambio, otras tienen forma de palmera o de mapamundi y están ocupadas por hoteles y viviendas de lujo (o grandes centros comerciales). Por ejemplo en Dubái, aunque en este caso son islas artificiales.

En Croacia, una de las 249 islas que forman parte del archipiélago de Sibenik, se ha vuelto muy conocida en estos últimos años. Apenas tiene 0,14 kilómetros cuadrados de superficie y una longitud de costa de 1431 metros. Es un islote rocoso. Entonces, ¿por qué se ha hecho tan famosa?

¿Cuál es el origen de estos misteriosos muros de piedra?

Hablamos de Baljenac. En este sorprendente islote podemos encontrar una antigua red de muros bajos de piedra, que en total suman unos 23 kilómetros de longitud, formando una especie de retícula que hace que, desde el aire, parezca... ¡una huella dactilar humana!

El origen de estos muros de piedra sigue siendo un misterio, aunque durante los siglos XVI y XVII Baljenac sirvió de refugio para los cristianos que corrían peligro ante incursiones otomanas, por lo que podrían haber empezado a levantar algunos muros de piedra con un propósito meramente defensivo.

No obstante, según la Oficina Nacional de Turismo de Croacia, fueron los agricultores de la isla vecina de Kaprije los que levantaron estos muros en el siglo XIX, utilizando una técnica conocida como "muros en piedra seca", que consiste en apilar y entrelazar cuidadosamente las rocas. Es muy frecuente en la Europa mediterránea, y de hecho, desde 2018 este arte está declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Una defensa contra el fuerte viento y la sal marina

Primero, limpiaron la vegetación salvaje de Baljenac para dejar espacio a higueras, cítricos y vides, y entonces comenzaron a colocar las piedras. Y así hasta construir unos 23 kilómetros (la mayor concentración por superficie) de muros en una isla donde el área total es de tan solo 0,14 kilómetros cuadrados.

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Así, el principal objetivo de los agricultores de la isla cercana de Kaprije fue proteger los cultivos del fuerte viento y la sal. No hay que olvidar que el motor económico de las islas de Croacia son la viticultura, el cultivo de olivo, la pesca y el turismo. En otras regiones mediterráneas, protegen las laderas de la erosión y laminan las avenidas.

¿Se puede visitar?

Como curiosidad, a día de hoy Kaprije, la isla vecina, tiene una población de apenas 150 habitantes y están prohibidos los coches. En otras islas del archipiélago también existen estos muros, pero Baljenac destaca precisamente por presentar la mayor concentración de ellos, sin olvidar que vista desde el aire parece una huella dactilar humana.

En otras islas del archipiélago también existen estos muros, aunque en Baljenac la concentración es mucho mayor.

De momento, Croacia ha solicitado a la UNESCO que incluya a Baljenac en su lista de sitios oficiales Patrimonio de la Humanidad. Si quieres conocer este singular islote, la Oficina Nacional de Turismo de Croacia organiza tours en barco. Eso sí, no está permitido desembarcar en ella, solo rodearla, ya que no existen muelles ni nada parecido.