De Sarria a Santiago, el tramo más bonito del Camino de Santiago: naturaleza, cultura y Patrimonio de la Humanidad

Ya sea por motivos espirituales, deportivos o simplemente para conectar con la historia y la naturaleza, te invitamos a recorrer una de las rutas más conocidas del Camino de Santiago.

Camino de Santiago Sarria
El ponte de Áspera es un emblema del Camino de Santiago a su paso por el Concello de Sarria.

Ahora que tenemos la Semana Santa a la vuelta de la esquina y que los días son más largos, es un buen momento para plantearse hacer el camino de Santiago. Si no te has atrevido nunca, hoy queremos proponerte la ruta iniciática que seguro te hará repetir la experiencia.

El Camino de Santiago francés, la ruta histórica que une cultura, fe y naturaleza

Nos referimos al denominado Camino de Santiago Francés, el tramo que va desde Sarria a Santiago de Compostela. En realidad son los últimos 100 kilómetros del Camino, una experiencia única reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Sarria marca la distancia mínima de 100 kilómetros para conseguir la Compostela, por eso es el punto de partida más popular del camino.

El punto de inicio es Sarria, en la provincia de Lugo, lugar donde miles de peregrinos comienzan cada año su ruta a Santiago. La razón principal es que, para obtener el documento oficial que certifica la peregrinación (la denominada 'Compostela') es necesario recorrer al menos 100 kilómetros a pie.

Esta localidad no es solo un punto de inicio, sino que tiene su propio encanto. Calles empedradas, iglesias medievales como la Iglesia de Santa Mariña, y el Monasterio de la Magdalena, fundado por monjes que asistían a los peregrinos, hacen de Sarria una parada con historia.

Un camino entre bosques, aldeas y puentes centenarios

El tramo de Sarria a Santiago de Compostela ofrece un recorrido de aproximadamente 114 kilómetros, distribuidos en cinco o seis etapas, dependiendo del ritmo de cada peregrino. En cada jornada, se atraviesan pueblos con encanto, frondosos bosques de robles y castaños, y antiguas calzadas romanas.

Uno de los primeros puntos destacados del recorrido es Portomarín, un pueblo que fue reubicado piedra a piedra en los años 60 debido a la construcción del embalse de Belesar. Su iglesia-fortaleza de San Nicolás, del siglo XIII, es una joya del románico gallego.

Más adelante, la ruta sigue hacia Palas de Rei, donde se pueden admirar hórreos y pazos gallegos, además de probar la gastronomía local, como el pulpo a la gallega o el queso de Arzúa-Ulloa.

En Melide, la tradición dicta hacer una parada obligada en una pulpería para degustar el mejor pulpo de Galicia. Este pueblo también destaca por su Iglesia de Santa María, con frescos medievales de gran valor. Otro tramo que no puedes perderte es el que atraviesa Arzúa, conocido por sus verdes praderas y por ser la cuna del famoso queso de Arzúa-Ulloa, uno de los más reconocidos de Galicia.

Uno de los momentos más emocionantes del recorrido es la llegada al Monte do Gozo, a tan solo cinco kilómetros de Santiago. Desde su cima, los peregrinos pueden divisar por primera vez las torres de la Catedral de Santiago, un instante cargado de emoción después de días de caminata.

Santiago de Compostela, el destino final

Tras cruzar la Puerta del Camino y adentrarse en las calles de Santiago, el recorrido culmina en la majestuosa Plaza del Obradoiro, con la imponente Catedral como protagonista. Aquí, los peregrinos pueden abrazar la estatua del Apóstol Santiago y asistir a la misa del peregrino, donde en ocasiones se puede ver en acción el famoso Botafumeiro, el enorme incensario que recorre la nave de la catedral.

El tramo de Sarria a Santiago es considerado el más bonito del Camino por su equilibrio entre paisajes naturales, riqueza cultural y el espíritu de hermandad que se vive en cada paso. Quienes lo han recorrido coinciden en que no sólo es un camino hacia Santiago, sino también un viaje hacia uno mismo.