Aparecen enormes agujeros en los campos de Turquía: ¿puede pasar aquí?

Los agricultores de la provincia de Konya, en la región de Anatolia Central (Turquía) han ido de susto en susto en este inicio de año por la aparición de cientos de grandes agujeros en sus campos, que amenazan a sus cultivos e incluso algunas viviendas. Aunque recuerdan mucho a los hidrolacolitos o bulgunnyakhs de Siberia (relacionados con la acumulación de metano en bolsas de permafrost descongelado), su origen es totalmente distinto.

La sobreexplotación de los acuíferos, clave en los hundimientos del terreno

Aunque a comienzos de siglo empezaron a aparecer los primeros hundimientos, en los últimos años el proceso se está acelerando rápidamente. En lo que llevamos de 2021 se han detectado alrededor de 600 agujeros, frente a los 350 del año pasado, de acuerdo con los datos que aportan desde el Centro de Investigación de Hundimientos de la Universidad Técnica de Konya.

Algunos de estos agujeros alcanzan decenas de metros de profundidad, y los agricultores están convencidos que en cualquier momento puede suceder una desgracia. La sobreexplotación de los acuíferos del subsuelo para el riego de los campos explica este fenómeno, y el suelo se hunde cuando las cavernas subterráneas no soportan el peso de las capas del suelo que se encuentra por encima.

Desgraciadamente, todo apunta a que este problema se agudizará en los próximos meses. La sequía que arrastran algunas regiones turcas provoca que el agua escasee en ríos, embalses y lagos, por lo que los agricultores tienen que recurrir a las aguas subterráneas, ya que las otras alternativas tienen un coste bastante elevado.

¿Cómo se forman y cuáles son las zonas de mayor riesgo en España?

Este fenómeno se puede producir tanto por causas naturales como por la acción del hombre (siendo el de Konya un buen ejemplo de lo último). En Geología se conoce como subsidencia, que se produce normalmente de forma lenta y gradual, y que consiste en la la deformación, desplazamiento o hundimiento de la superficie. Estos agujeros o hundimientos se conoce en España como torcas o dolinas (sinkholes en el ámbito anglosajón).

En el caso de la sobreexplotación de los acuíferos, cuando se extrae agua disminuye el volumen del suelo y se vacían los poros, los suelos blandos (margas, arcillas, limos) se comprimen y colapsan, algo que ya sucedió hace unos años en el entorno de las Tablas de Daimiel. Relacionado con este problema, a principios de año se publicaba en Science un interesante estudio a nivel mundial sobre hundimientos liderado por investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

De acuerdo con sus conclusiones, en algunas regiones de España el riesgo es muy alto, destacando el entorno de Doñana, de sedimentos blandos y con una intensa explotación de las aguas subterráneas.También hay que prestar atención a la cuenca de Lorca, que además se hunde unos 15 centímetros al año. Tanto en Turquía como en España, la solución pasa por la explotación sostenible de los recursos o buscar nuevas alternativas para detener este problema.