Embalses en abril: se acentúa la caída, justo cuando deberían remontar

Pese a dos períodos de precipitaciones, incluida la borrasca de gran impacto Lola, la reserva de agua ha continuado descendiendo y en gran medida. Veamos a continuación cómo han evolucionado nuestros embalses en este mes.

Embalse Belesar
Embalse Belesar, de la cuenca Miño-Sil, la más castigada en las últimas semanas.

En este mes, durante la primera quincena los aportes a nuestros embalses se produjeron por precipitaciones ligadas una situación del oeste, y después vinculadas a la entrada de la borrasca de gran impacto Lola por el suroeste peninsular. En ambos casos, los totales de lluvia recogidos rondaron los 100 l/m2 en zonas del oeste de Galicia y en áreas del sur y sureste peninsulares. Se puede considerar al mes ligeramente seco en el conjunto peninsular.

A lo largo de las últimas semanas, nuevamente nos han afectado entradas de aire del sur y sureste que provocaron que el polvo sahariano alcanzase la Península Ibérica. Aunque la calima no fue generalizada, porque en muchos lugares se mantuvo a cierta altitud, sí que provocó algunas lluvias de barro y mantuvo el cielo enturbiado.

Las temperaturas, en líneas generales, se pueden considerar normales en la mayoría de las comarcas; por decenas, la primera sería superior, la segunda inferior y la tercera casi normal. Esta vez el viento no ha sido tan fuerte como en otras ocasiones. El otro factor a tener en cuenta ha sido la humedad relativa, que durante este mes se puede considerar entre normal y alta, sobre todo en la segunda quincena.

Por tanto, de las principales condiciones meteorológicas para la evaporación, solo no ha sido adversa para la reserva de agua embalsada la propia precipitación. Todo esto hace que, por semanas, tengamos que la reserva de agua disminuyó más que la media de los últimos 10 años en todas ellas.

Aumentos en el agua embalsada

Como hemos visto al principio, este mes no ha tenido muchos momentos importantes de precipitaciones. Para la reserva hídrica, los más destacados han sido los que han regado el este y sureste peninsulares.

Los embalses de las cuencas del Segura y del Júcar han sido los más beneficiados, al recibir precipitaciones un 200% por encima de su valor promedio.

Por tanto, los embalses que más se han beneficiado han sido los de las cuencas del Segura y del Júcar, donde las precipitaciones han rondado el 200% sobre su valor medio. Pero teniendo en cuenta que durante este mes se ha producido un aporte de 38 hm3 por el trasvase Tajo-Segura, el mayor aporte hídrico es el que corresponde a la del Júcar.

Pantano de Tous-La Ribera, terminado en 1996.
Pantano de Tous-La Ribera, terminado en 1996, sustituyó a la presa que se vino abajo en 1982.

En esta ocasión, el embalse que se ha beneficiado con más claridad de las precipitaciones ha sido el de Tous-La Ribera, en el río Júcar, presa que sustituye a la que se derrumbó en la terrible pantanada de 1982. La zona de precipitación corresponde al área del sureste de la provincia de Valencia, con cantidades que han rondado casi los 100 l/m2 y porcentajes del 170% sobre su valor normal en el mes.

Disminución en el agua embalsada

El problema de los grandes almacenamientos de agua es la pérdida por evaporación. Los factores que más influyen son la temperatura, el viento y la radiación solar. Este abril los factores más negativos han sido el irregular aporte hídrico y sobre todo la radiación solar, factor que va a continuar siendo predominante en los próximos meses.

El irregular aporte hídrico y la radiación solar han lastrado el agua acumulada. El segundo factor será predominante en los próximos meses.

También hay que considerar la escasez de precipitaciones durante una buena parte del mes en todo el tercio norte peninsular. La suma de todos estos factores hace que la cuenca más perjudicada en este mes sea la del Miño-Sil, con una disminución ligeramente superior al 9%.

Conclusiones

En teoría, estamos en pleno período húmedo de la primavera en la mayoría de nuestras comarcas, y se puede considerar que abril está siendo algo seco desde el punto de vista de las precipitaciones generales. Por eso, durante este mes se ha perdido un 2,4% del agua embalsada, que en estos momentos está al 60,91%, un 4% ya por debajo de la misma fecha del año pasado. Además, nos encontramos por debajo de la media de los diez últimos años, en este caso algo más de un 10%.

En situación atmosférica normal, aún nos quedaría el mes de mayo para que los temporales atlánticos de lluvia nos visitaran; por lo que debemos seguir vigilando mucho la situación de nuestros embalses, principalmente en el sur peninsular, ya que las cuencas del Guadalquivir y del Guadiana siguen estado un 30% por debajo de su media de los diez últimos años, siendo la peor de todas esta última con tan solo el 41,18% de su capacidad total.