¿Por qué es difícil predecir las nieve? El blizzard de finales de enero de 2015

La “tormenta” del blizzard del 27 de enero de 2015 iba a ser histórica a varios días vista por la cantidad de nieve prevista y acumulada, pero en algunos sitios no ha sido así, como en NYC. ¿Ha fallado la predicción? ¿Por qué?

Predecir a varios días vista de el cuándo, dónde y cuánto nieve iba a caer es tarea muy difícil de establecer con precisión, en particular si además lo hace de forma adversa.

Parte de la dificultad proviene de la incertidumbre inherente en las predicciones a más de unos 4-5 días vista. La atmosfera es un sistema caótico y esto se traduce en la incertidumbre de su predicción.

Además de eso, la precipitación es más difícil de predecir que las tendencias de la temperatura. La nieve es un tipo una precipitación particularmente meticulosa que requiere la combinación correcta de factores (temperatura humedad) también difíciles de predecir por los modelos numéricos.

Modelo imperfectos

Los modelos numéricos de predicción, MNP, son las principales herramientas que usan los predictores para su trabajo rutinario.

Son herramientas imperfectas debido a que usan condiciones de partida que no son 100% el estado de la atmósfera en un momento dado en que se corre el modelo.

Las leyes físicas y termodinámicas de la atmósfera están mejor resultas que antes pero no son perfectas.

Los métodos numéricos usados son aproximaciones de la realidad y ciertos fenómenos complejos atmosféricos son resueltos groseramente en dichos modelos.

A la incertidumbre de la predicción se le suma herramienta-modelos imperfectos.

Los sistemas a predecir: una borrasca muy profunda

El sistema a predecir a escala sinóptica era una borrasca muy profunda que experimentó un proceso de ciclogénesis explosiva es muy complejo ya que intervienen procesos desde mesoescala a escala sinóptica. La profundización muy rápida de una borrasca (ciclogénesis explosiva) no es bien simulada en su conjunto por los MNP: posición de la bajas y sus sistemas frontales, intensidad de la baja en superficie y altura, la intensidad, extensión de la precipitación y tipo, etc.

Además en el caso de Juno (nombre de la borrasca) se produjeron interacciones mar-atmósfera al desarrollase ésta sobre las zonas marítimas cálidas del Atlántico Occidental, pegado a al costa americana.

Luvia vs. nieve

Ya de por si la lluvia puede ser un dolor en pronosticarla. Peor aún será la predicción de nieve. Las nevadas exigen que las temperaturas y la humedad sean las adecuadas tanto horizontal como en la verticalmente. Si no lo son otro tipo de precipitación se daría: lluvia, agua nieve, lluvia engel ante,... La temperatura y la humedad, sobre todo esta última son malamente reproducidas por los modelos.

Se podría decir que se necesita la combinación correcta de eventos atmosféricos sólo para obtener la precipitación que caiga pero luego tiene que ser lo suficientemente fría para la nieve. Si la temperatura sube pronto, la nieve se transforma en lluvia. En pleno invierno los elementos que favorecen las nevadas son más fáciles de predecir.

Como se comentó antes el perfil vertical de temperatura de la atmósfera es la clave. Es fundamental, porque si usted tiene cualquiera de las capas calientes en allí se puede terminar con más de mezcla e incluso la lluvia.

El océano es tan relativamente cálido en esta época del año, con la mitigación de las temperaturas frías, especialmente cerca de la costa, y el suelo no está congelado, haciendo más difícil que caiga nieve.

Un ligero cambio en la temperatura o humedad, en la ubicación, entonces puede significar la diferencia entre varios centímetros de nieve, una mezcla de nieve y lluvia, o simplemente un día empapado frío.

Nos es tarea fácil pronosticar nevadas intensas, además sino nieva lo suficiente en NYC no ha sido una nevada histórica, aunque a 50 km los coches estén cubiertos por 60 cm de nieve y 30 millones de personas han visto sus vidas alteradas por la borrasca.

Atentos que estas ideas se pueden aplicar en España a los temporales de lluvia, nieve, estado de la mar, etc., como el que se nos avecina.

Esta entrada se publicó en Noticias en 27 Ene 2015 por Francisco Martín León