Tormentas gigantes en otros planetas

Hubble Rastrea el Ciclo de Vida de Tormentas Gigantes en Neptuno

En 1989, la sonda espacial Voyager 2 de la NASA pasó por Neptuno, su último objetivo planetario, antes de llegar a los límites exteriores del sistema solar. Era la primera vez que una nave espacial visitaba este mundo remoto. A medida que la nave se acercaba, tomaba fotos de dos tormentas gigantes en el hemisferio sur de Neptuno. Los científicos bautizaron a las tormentas como "La Gran Mancha Oscura" y "La Mancha Oscura 2."

Esta imagen compuesta muestra las tormentas en Neptuno captadas por el Telescopio Espacial Hubble (izquierda) y la nave espacial Voyager 2 (derecha). Imagen Crédito: NASA/ESA/GSFC/JPL

Apenas cinco años después, en 1994, el Telescopio Espacial Hubble de la NASA tomó imágenes nítidas de Neptuno a una distancia de la Tierra de 4.300 millones de kilómetros. Los científicos estaban ansiosos por echar otro vistazo a las tormentas. En cambio, las fotos del Hubble revelaron que tanto la Gran Mancha Oscura, del tamaño de la Tierra, como la Gran Mancha Oscura 2 habían desaparecido.

"Sin duda fue una sorpresa", recuerda Amy Simon, científica planetaria del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. "Estábamos acostumbrados a mirar la Gran Mancha Roja de Júpiter, que presumiblemente había estado allí durante más de cien años". Los científicos planetarios comenzaron a construir simulaciones por ordenador para comprender la misteriosa desaparición de la Gran Mancha Oscura.
Ahora, como parte del proyecto OPAL, Simon y sus colegas están comenzando a responder a estas preguntas. Gracias a las imágenes captadas por el Hubble, el equipo no solo ha sido testigo de la formación de una tormenta por primera vez, sino que también han desarrollado restricciones que señalan la frecuencia y la duración de los sistemas de tormentas.

En 2015, el equipo de OPAL comenzó una misión anual para analizar las imágenes de Neptuno capturadas por el Hubble y detectó una pequeña mancha oscura en el hemisferio sur. Cada año desde entonces, Simon y sus colegas han visto el planeta y seguido de cerca la tormenta mientras se disipaba. En 2018, emergió una nueva mancha oscura, flotando a 23 grados de latitud norte.

"Estábamos tan ocupados rastreando esta tormenta más pequeña de 2015, que no esperábamos ver otra grande tan pronto", dijo Simon sobre la tormenta, que es similar en tamaño a la Gran Mancha Oscura. “Eso fue una grata sorpresa. Cada vez que obtenemos nuevas imágenes del Hubble, algo es diferente de lo que esperamos".

Además, el nacimiento de la tormenta fue captado por la cámara. Mientras analizaban las imágenes del Hubble de Neptuno tomadas de 2015 a 2017, el equipo descubrió que varias nubes pequeñas y blancas se formaron en la región donde luego aparecería la mancha oscura más reciente.

Las nubes de gran altitud están formadas por cristales de hielo de metano, que les dan su característico aspecto brillante y blanco. Se cree que estas nubes compañeras flotan sobre las tormentas, de manera similar a la forma en que las nubes lenticulares coronan montañas altas en la Tierra. Su presencia varios años antes de que se viera una nueva tormenta sugiere que las manchas oscuras pueden originarse en la atmósfera mucho más profunda de lo que se pensaba anteriormente.

"De la misma manera que un satélite terrestre observaría el clima de la Tierra, observamos el clima en Neptuno", dijo Glenn Orton, científico planetario en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, que también trabaja en el proyecto OPAL. Al igual que los huracanes son rastreados en la Tierra, las imágenes del Hubble revelaron el camino sinuoso de la mancha oscura. En un lapso de casi 20 horas, la tormenta se desvió hacia el oeste, moviéndose ligeramente más lenta que los vientos de alta velocidad de Neptuno.

Pero estas tormentas neptunianas son diferentes de los ciclones que vemos en la Tierra o en Júpiter. En Neptuno, las corrientes de viento operan en bandas mucho más amplias alrededor del planeta, permitiendo que tormentas como la Gran Mancha Oscura se desplacen lentamente a través de las latitudes. Las tormentas suelen oscilar entre los chorros de viento ecuatoriales hacia el oeste y las corrientes que soplan hacia el este en las latitudes más altas antes de que los fuertes vientos las separen.

Todavía se necesitan más observaciones. "Queremos poder estudiar cómo los vientos están cambiando con el tiempo", dijo Simon.

Simon también forma parte de un equipo de científicos dirigido por el estudiante universitario Andrew Hsu de la Universidad de California, Berkeley, quien señaló la duración de estas tormentas y la frecuencia con la que ocurren.

Sospechan que nuevas tormentas surgen en Neptuno cada cuatro o seis años. Cada tormenta puede durar hasta seis años, aunque la esperanza de vida de dos años es más probable.

Un total de seis sistemas de tormentas han sido vistos desde que los científicos se fijaron por primera vez en Neptuno. La Voyager 2 identificó dos tormentas en 1989. Desde el lanzamiento del Hubble en 1990, éste ha visto cuatro más de estas tormentas.

Además de analizar los datos recopilados por el Hubble y la Voyager 2, el equipo realizó simulaciones por ordenador que registraron un total de 8.000 manchas oscuras que se arremolinaban en todo el planeta helado. Cuando se combinaron con 256 imágenes de archivo, estas simulaciones revelaron que el Hubble probablemente habría detectado aproximadamente el 70 por ciento de las tormentas simuladas que se produjeron en el transcurso de un año y aproximadamente del 85 al 95 por ciento de las tormentas con una vida útil de dos años.

Las condiciones en Neptuno siguen siendo en gran parte un misterio. Los científicos planetarios esperan poder estudiar durante los próximos meses los cambios en la forma del vórtice y la velocidad del viento en las tormentas de Neptuno.

La NASA en Español
https://www.lanasa.net/univers...

Esta entrada se publicó en Actualidad en 30 Mar 2019 por Francisco Martín León