¿Qué les pasa a las temperaturas de ciertas partes del Atlántico tropical que están más frescas que en los últimos años?
A menos de un mes para que comience la estación de huracanes 2025 en el Atlántico, los meteorólogos se preguntan qué le pasa a una parte importante de las aguas atlánticas tropicales que están más frías que en otros años recientes.


Las altas temperaturas superficiales de las aguas del mar, TSM (0 SST por sus siglas en inglés), del Atlántico tropical y zonas adyacentes son un elemento fundamental para el desarrollo y mantenimiento de los huracanes, como así ocurrió en 2023 y 2024 con dos estaciones hiperactivas mantenidas por niveles récord de temperatura de las aguas en las zonas de desarrollo.
Ahora los científicos observan que en 2025 una parte importante del Atlántico no se está calentando tan rápido como ocurrió en años anteriores, aunque las temperaturas siguen estando por encima de los valores normales, pero no alcanzan los valores de récord de años anteriores. Este factor térmico y energético se puede traducir en un menor número de ciclones tropicales nombrados.
La Región de Desarrollo Principal, MDR, de ciclones tropicales está menos cálida que otros años
Una región que suele ser semilla de generación de desarrollo y mantenimiento de tormentas tropicales y que se sitúa sobre las aguas del Atlántico tropical entre África y América: es la MDR o Main Development Region.
La MDR, o Región de Desarrollo Principal, es la zona en el Atlántico y Caribe donde se suelen formar los ciclones tropicales. Se extiende desde la costa de África hacia el oeste, llegando a las Antillas Menores y el Caribe. En esta región, las condiciones son propicias para el desarrollo de tormentas tropicales y huracanes debido a las altas temperaturas de la superficie del mar.
Los científicos han observado que la MDR del Atlántico se ha enfriado notablemente desde el final de la última temporada de huracanes. Siguiendo a Andy Hazelton, señaló en X que, utilizando el reanálisis de la TSM del NCEP/NCAR, calculó el cambio en la TSM de la MDR entre enero y marzo, y 2025 representa la mayor caída invernal de la TSM en el conjunto de datos.
Dos años comparables fueron 2018 y 1996 (ambos posteriores a años muy cálidos en el Atlántico con temporadas de huracanes intensas, 1995 y 2017). 2018 y 1996 no fueron tan intensos (lo que debería influir en nuestra opinión sobre la actividad de esta temporada de huracanes), pero aun así tuvieron impactos importantes, como el huracán Michael de categoría 5 en 2018 y los huracanes Bertha y Fran en Carolina del Norte en 1996.
The Atlantic MDR has notably cooled since last hurricane season ended. Using the NCEP/NCAR reanalysis SST, I calculated the change in MDR SST between January and March, and 2025 is the biggest wintertime drop in SST in the dataset. Two comparable years were 2018 and 1996 (both of pic.twitter.com/IBbVexvWix
— Andy Hazelton (@AndyHazelton) May 2, 2025
También el experto Ben Noll apuntaba en X que la principal región de desarrollo de huracanes es aproximadamente 2 grados más fría en general. Este será un factor limitante importante durante la temporada de huracanes, que está a pocas semanas de comenzar.
Check out how much cooler the Atlantic is this year compared to last year!
— Ben Noll (@BenNollWeather) April 27, 2025
The Main Development Region for hurricanes is about 2 degrees cooler overall.
This will be an important, limiting factor during hurricane season, which is just weeks away.
Last year ️ this year pic.twitter.com/wwsuf8Kanu
Las relativas bajas temperaturas del agua del mar en esta zona del MDR no implican que no se calienten más en el futuro y, en particular, en los meses picos de la actividad ciclónica (agosto, septiembre, octubre), pero podría no superar o igualar a las de los años 2023 y 2024.
Habrá que monitorizar cómo se comportan las temperaturas del agua del mar en esta zona, especialmente después de julio. Si las temperaturas son más altas que el promedio, la actividad de huracanes tiende a ser mayor. Si son más bajas, la actividad de huracanes tiende a ser menor.
Otros factores que condicionan la actividad de huracanes de la cuenca atlántica
Se esperan condiciones de ENSO neutral. Recordar que La Niña favorece las condiciones para la formación de huracanes en el Atlántico norte, por la baja cizalladura del viento, y El Niño reduce dicha actividad por la alta cizalladura del viento.
Las irrupciones africanas de aire seco y polvo inhiben el desarrollo de ciclones tropicales.
Ascensos/descensos a gran escala aumentan el posible desarrollo/inhibición de huracanes.
Otros factores no contemplados aquí.
De cualquier forma, las tendencias actuales, a menos de un mes de inicio de la temporada, prevén una estación de huracanes ligeramente más activa de lo habitual, pero no tan hiperactiva como en 2024, por ejemplo.
Hay que recordar que otras zonas tropicales (Caribe y Golfo de México) poseen temperaturas de sus aguas muy cálidas. Basta que uno o dos huracanes impacten en las costas habitadas para que se puedan generar grandes destrozos y situaciones muy mortíferas en una estación poco activa o normal.