Los nanoplásticos comunes actúan como "caballos de Troya" albergando metales pesados y haciéndolos más peligrosos
Un grupo de científicos han revelado que los efectos de las peligrosas nanopartículas de plásticos se ven amplificados aún más por su capacidad de interactuar con diversos contaminantes ambientales tóxicos, como los metales pesados ( manganeso, cobalto, zinc, cadmio y plomo, entre otros).

Cada año se producen alrededor de 460 millones de toneladas métricas de plástico en todo el mundo, de las cuales un asombroso 91 % de los residuos plásticos nunca se recicla: el 12 % se incinera y el 79 % termina en vertederos y océanos y permanece en nuestro medio ambiente.
¿Qué son los nanoplásticos y cuáles son sus efectos?
La exposición a diversos elementos provoca la descomposición de los plásticos en microplásticos (<5 mm) y nanoplásticos (<1000 nm). Existe una creciente preocupación por la salud pública, ya que estos nanoplásticos (NP) penetran en el cuerpo humano a través del aire, el agua, los alimentos y el contacto con la piel.
Un estudio reciente publicado en ACS ES&T Water ha revelado que los efectos ya perjudiciales de las nanopartículas se ven amplificados aún más por su capacidad de interactuar con diversos contaminantes ambientales tóxicos, como los iones de metales pesados.
Investigadores del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey descubrieron que las nanopartículas sintetizadas a partir de desechos plásticos del mundo real (compuestos de tereftalato de polietileno (PET), poliestireno (PS) y polipropileno (PP)) pueden adsorber fácilmente iones dañinos de plomo y cadmio y actuar como "caballos de Troya", transportando estos metales a los organismos y aumentando la bioacumulación.
Estudios han demostrado que las nanopartículas (NP) pueden desplazarse por nuestro cuerpo, y su presencia se ha detectado en sangre humana, muestras fecales, pulmones de autopsias, semen e incluso placentas humanas. Cuando el sistema inmunitario intenta eliminar estas partículas artificiales, aumenta el riesgo de neoplasia (crecimiento anormal e incontrolado de células o tejidos) e inflamación persistente.

Además, su gran superficie facilita que las nanopartículas adsorban metales pesados como plomo, cadmio, mercurio y arsénico de su entorno. Una vez absorbidos, estos metales pesados se dispersan a través de las nanopartículas, lo que aumenta su biodisponibilidad (los organismos los absorben con mayor facilidad), lo que agrava los posibles riesgos para la salud.
La mayoría de los estudios que evalúan el efecto de las nanopartículas utilizan nanopartículas de poliestireno uniformes producidas comercialmente y no nanopartículas reales, que suelen tener un tamaño irregular. Las investigaciones han demostrado que el tamaño y la forma de las nanopartículas influyen decisivamente en las propiedades fisicoquímicas y la toxicidad de los fragmentos de plástico.
Para este estudio, el equipo recolectó residuos plásticos de la basura, incluyendo botellas de agua de PET, cajas de dulces de PS y recipientes de comida para llevar de PP. Posteriormente, utilizando sal gruesa como medio de molienda, los investigadores pudieron producir nanopartículas a partir de residuos reales sin ningún otro producto químico.
El equipo llevó a cabo dispersión de luz dinámica, microscopía electrónica y espectroscopia que revelaron que las nanopartículas generadas mediante el método de molienda de sal tenían formas irregulares y tamaños de partículas inferiores a 200 nm, un buen indicador de las nanopartículas que se encuentran en el medio ambiente.

Las nanopartículas sintetizadas mostraron una capacidad significativa de adsorción de iones de metales pesados (MH), incluyendo cationes de manganeso, cobalto, zinc, cadmio y plomo. El PP mostró la mayor capacidad de adsorción entre los tres plásticos, adsorbiendo más del 99 % de Pb₂ + en tan solo cinco minutos de contacto.
Los investigadores enfatizan que sus hallazgos resaltan la necesidad de estudiar las interacciones entre nanoplásticos y iones de metales pesados para comprender mejor su toxicidad e impacto ambiental, y para informar estrategias efectivas para mitigar la contaminación por nanoplásticos.
Referencia
Ananda Pokhrel et al, Generation of Eroded Nanoplastics from Real World Wastes and Their Capacity for Heavy Metal Adsorption, ACS ES&T Water (2025). DOI: 10.1021/acsestwater.4c01191