La deforestación de la Amazonía brasileña: nuevo récord en mayo 2020

La deforestación continuó aumentando en la Amazonía brasileña el mes pasado, según cifras oficiales, que muestran que fue el peor mayo y los primeros cinco meses del año registrados hasta la fecha

Solo para ilustración . Deforestación de la Amazonía entre 2001-2019. Datos: UMD/GLAD, Hansen/UMD/Google/USGS/NASA, MAAP

De esta forma 2020 está en camino de ser el año más destructivo para la mayor selva tropical del mundo, con incluso más pérdidas que en incendios devastadores que desencadenaron protestas mundiales el año pasado.

Un total de 829 kilómetros cuadrados en la Amazonía brasileña, 14 veces el área de Manhattan, se perdió debido a la deforestación en mayo, según datos satelitales del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil.

Ese fue un aumento del 12 por ciento con respecto al año pasado, y el peor de mayo desde que comenzó el mantenimiento de registros en agosto de 2015.

La deforestación en la Amazonía brasileña está ahora en más de 2.000 kilómetros cuadrados en lo que va del año, un 34 por ciento más que en el mismo período del año pasado.

Esto es aún más preocupante dado que los meses más destructivos aún están por venir: la estación seca, de junio a octubre, cuando los incendios forestales aceleran la deforestación causada por madereros, mineros y agricultores ilegales.

El Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas (IPAM) pronosticó esta semana que 9,000 km2 de bosque despejado estarían preparados para arder en agosto, lo que podría causar incendios mucho peores que el año pasado, cuando se perdieron 9,169 km2 por deforestación de todo tipo durante todo el año, según el INPE.

La crisis de deforestación ha convergido con la crisis del coronavirus en Brasil, el último epicentro de la pandemia, con más de 40,000 muertes hasta ahora.

La emergencia sanitaria ha reducido la capacidad de las autoridades ambientales para vigilar el bosque, dicen los expertos.

Y cuando comienza la temporada de incendios, el humo resultante corre el riesgo de provocar un aumento en las emergencias respiratorias en una región que ya está abrumada por COVID-19.

Esta entrada se publicó en Noticias en 25 Jun 2020 por Francisco Martín León