¿Por qué el comenta 3I/ATLAS NO es una nave espacial?. Responde la NASA con datos a esta y a otras preguntas
Cada vez que los astrónomos detectan un objeto interestelar, no tarda en surgir la especulación: ¿y si no es natural?, ¿y si es tecnología alienígena?. De hecho algunos científicos, han mantenido y mantienen la idea de que 3I/ATLAS es una nave espacial.

Eso es exactamente lo que ha ocurrido con 3I/ATLAS, un cometa que atraviesa nuestro Sistema Solar y que presenta lo que los científicos llaman “aceleración no gravitatoria”. Para algunas personas no expertas, ese término suena misterioso, incluso sospechoso. Sin embargo, la realidad es mucho más sencilla —y mucho más interesante.
¿Qué significa “aceleración no gravitatoria”?
Cuando un cometa se acerca al Sol, el calor provoca que sus hielos se evaporen. Este proceso, llamado desgasificación, genera chorros de gas y polvo que salen disparados desde la superficie del núcleo.
El efecto es similar al de un pequeño motor a reacción: al expulsar material, el cometa recibe un empujón en la dirección opuesta, desviándose ligeramente de la trayectoria que seguiría solo bajo la influencia de la gravedad.
Este fenómeno es conocido desde hace décadas y es completamente normal.
Midiendo el empujón de 3I/ATLAS
Un nuevo estudio publicado en Research Notes of the American Astronomical Society analizó este efecto en 3I/ATLAS utilizando observaciones de largo alcance realizadas desde dos naves espaciales: Psyche, de la NASA y Mars Trace Gas Orbiter, de la Agencia Espacial Europea.

Según explica el autor principal, Marshall Eubanks, la aceleración medida es “Perfectamente típica de los cometas comunes, y en absoluto extraordinaria”.
El valor obtenido es de aproximadamente: 5 × 10⁻⁷ metros por segundo al cuadrado, es decir, solo unos cientos de millonésimas de la gravedad terrestre.
Un cometa completamente normal
A partir de esta aceleración y de la cantidad de dióxido de carbono que libera, el equipo estimó que 3I/ATLAS tiene:
- Una masa de unos 44 millones de toneladas.
- Un radio de entre 260 y 370 metros.
Estas cifras encajan muy bien con las de pequeños cometas del Sistema Solar. Nada fuera de lo común.
¿Y por qué entonces se habla de naves espaciales?
La comparación inevitable es con 1I/‘Oumuamua, el primer objeto interestelar detectado en 2017.
‘Oumuamua también mostró aceleración no gravitatoria, pero sin signos claros de desgasificación, lo que llevó a algunas hipótesis muy controvertidas, incluida la idea de que podría tratarse de una vela solar artificial, propuesta por el astrónomo Avi Loeb.
Con 3I/ATLAS, la situación es muy distinta:
- Tiene desgasificación visible.
- Su aceleración coincide con la esperada para un cometa activo.
- No hay ninguna anomalía que requiera explicaciones exóticas.
Una nueva era para estudiar cometas interestelares
Hasta hace poco, medir estas pequeñas aceleraciones requería observar cometas durante varias órbitas alrededor del Sol, algo imposible con objetos interestelares que solo pasan una vez.

Gracias a las naves espaciales repartidas por el Sistema Solar, ahora es posible detectar estos efectos incluso durante un único paso, lo que abre una nueva etapa en el estudio de visitantes de otros sistemas estelares.
Conclusión
3I/ATLAS es especial, fascinante y raro, porque proviene de otro sistema solar.
Pero también es algo muy familiar:
- Es un cometa.
- Se comporta como un cometa.
- No hay indicios de que sea una nave espacial.
La ciencia, una vez más, ofrece una explicación sólida… sin necesidad de extraterrestres.
Fuente: NASANET
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