El “vórtice polar” ha venido para “quedarse”

Uno de los términos más utilizados para explicar la severa irrupción de aire gélido y ártico en el Medio Oeste de los EE. UU., a finales de enero de 2019 y principios de febrero de 2019, es el vórtice polar. Y ha venido para quedarse, al menos en círculos mediáticos porque en los científicos ya estaba

El “vórtice Polar” Ha Venido Para “quedarse”

El concepto de vórtice polar es utilizado en estudios científicos y especializados desde los años 50 del siglo pasado. Existen dos, uno a nivel estratosférico y otro al nivel de la alta troposfera (vórtices polares estratosférico y troposférico) en ambos polos y en altura, “sin tocar” la superficie terrestre. Ambos sistemas NO son borrascas en altura, como algunos pretenden vender. Son sistemas casi permanentes en niveles altos a escala planetaria o semiplanetaria. No llevan frentes asociados, como es lógico. El vórtice polar estratosférico, más compacto, se desarrolla muy arriba, cada otoño y se disipa cada primavera. El troposférico es permanente.

Su estudio lleva complejas ideas y formulaciones meteorológicas, a veces difícil de entender por especialistas de la Meteorología de la alta atmósfera, especialmente en sus interacciones entre ambos y con la baja troposfera. Los científicos aún tratan de entenderlos científicamente.

Desde el punto de vista mediático y periodístico, su uso se extendió como la pólvora allá por 2014 cuando saltó a los medios de comunicación y redes sociales en una entrada ártica fría en los EE.UU. (¿Y en Canadá, la gran olvidada?)

De esta forma, lo que tradicionalmente se llamaba irrupción fría ártica para explicar las severas irrupciones de aire gélido, pasó a llamarse la irrupción del vórtice polar.

Pero ha sido en el invierno 2019 cuando el término se ha hecho mayor y viral: todo el mundo hablaba del “vórtice polar”, en los medios de comunicación, redes sociales y en muchos científicos y organizaciones meteorológicas. Y cuando el “vórtice polar” afecta a la “primera potencia del mundo”, la noticia se hace más viral y explosiva por distintos motivos que no se van a analizar aquí.

Y es que el vórtice polar vende, es fácil de recordar, es enigmático, adverso y muy mediático.

Es altamente recomendable la lectura del artículo que apareció en la revista americana BAMS en 2017, donde ciertos científicos llamaban a la atención a los que usan el concepto de "vórtice polar" a distinguir claramente entre las variedades estratosféricas y troposféricas. Además daban recomendaciones apropiadas para el uso del término en ambientes coloquiales y periodísticos (Un resumen de dichas recomendaciones se pueden ver en:
https://www.tiempo.com/ram/310682/que-es-el-vortice-polar-y-como-influye-en-el-tiempo/)

El “vórtice Polar” Ha Venido Para “quedarse”
Los dos tipos de vórtice polar. Imagen de Waugh et al., 2017: ¿Qué es el vórtice polar y cómo influye en el tiempo? / What is the polar vortex and how does it influence weather?, BAMS (enero 2017), cortesía de la American Meteorological Society.

Estas recomendaciones han aparecido de nuevo en el invierno de 2019 por algunos científicos americanos sobre el mal uso del concepto de vórtice polar en los medios y por algunos de sus colegas coincidiendo con la irrupción de aire frío mencionada.

Resumiendo

Las inmersiones en el vórtice polar troposférico comúnmente controlan y dirigen las bajas y altas presiones en capas bajas, con frentes fríos asociados. La corriente en chorro en niveles altos es su principal protagonista-conductor y manifestación directa del vórtice polar troposférico.

Cuando el vórtice polar troposférico se ondula en niveles medios-altos, puede poner en marcha, desde su lejanía en altitud, la conjunción de altas y bajas en niveles bajos para que el aire invernal estancado en el Ártico se ponga en marcha de forma contundente con vientos y rachas intensas y moderadas. El vórtice polar troposférico en altura incluso está lejos de las zonas afectadas por el aire frío, que ha puesto en marcha a los sistemas de engranaje de A-B (altas-bajas presiones) en capas bajas que son los últimos responsables de las entradas u olas de aire frío.

El vórtice polar se ha incrustado en el lenguaje mediático, popular e invernal, y ha venido para quedarse. Sustituir “las entradas e irrupciones de aire gélido” sobre parte de los EE.UU. (y sobre la gran olvidada, Canadá) por la llegada del vórtice polar es más llamativo y mediático. Pero si además, a todo esto se añade o se realza con los calentamientos súbitos estratosféricos, entonces el coctel mediático queda resaltado y ambos se hacen más vendibles por ser tan llamativos: algo que se calienta repentinamente muchos kilómetros arriba, para después trasladarse a medio plazo a capas bajas para generar algo muy frío.

El vórtice polar se hace más permanente que nunca, y su mal uso se extiende en una sociedad (donde predomina lo populista, mediático, simplista, temporal, efímero y mediocre) ávida de palabros científicos.

El “vórtice Polar” Ha Venido Para “quedarse”
Imágenes conceptuales de los vórtices polares y chorro/jet polar: con y sin ondulaciones del Chorro. NOAA
Esta entrada se publicó en Actualidad en 03 Feb 2019 por Francisco Martín León