La cultura meteorológica española a la baja

España ha vivido estos primeros meses de 2018 un conjunto de situaciones meteorológicas de libro. Muchas personas estaban pendientes de ello y los medios de comunicación lo sabían. Lamentablemente, el nivel de la cultura meteorológica mostrado en este periodo de tiempo fue muy pobre por parte de algunos medios de comunicación.

La Cultura Meteorológica Española A La Baja

La Bestia del Este y los ábregos

Todo los inviernos espero algo así: noticias alarmantes debido al frío invernal y el “bautismo” de un palabro (palabra rara) meteosensacionalistaamarillo por parte de algún medio de comunicación que se extendió como la pólvora. Y este año pasó lo mismo.

Todo empezó a calentarse con las alarmantes noticias periodísticas del “Calentamiento Súbito Estratosférico”, que ocurría sobre nuestra cabezas en lo alto, muy alto, y que en algunos medios de comunicación aparecía a mediados de febrero de 2018. Menos mal que no fue explosivo. La forma de explicarlo en algunos informativos fue muy mejorable. Afortunadamente, AEMET sacó en su blog divulgativo una explicación de este fenómeno meteorológico de la alta atmosfera.

A final del mes de febrero e inicios de marzo de este año aparecieron dos actores nuevos: una entrada de aire frío y gélido proveniente de Rusia y Siberia. Los termómetros en Europa iban a mostrar las señales más duras del invierno. Europa iba tiritar de lo lindo. Aquí apareció el nuevo término periodístico.

Un término nuevo surgía con esta ola de frío ruso-siberiana, que ha existido en muchos inviernos anteriores: La Bestia del Este. Así fue bautizada por un medio inglés, lógicamente en su idioma.

Rápidamente surgió la adaptación en algunos medios españoles de comunicación dándole tintes amarillo-sensacionalistas. Era el término espacial, amenazador y llamativo que iba a venderse muy bien. Nunca antes había aparecido, o yo no lo recuerdo. Muchos hablaban con miedo de esta nueva “bestia” venida del este. El palabro estaba en la calle, y se vendía muy bien en titulares.

Por otra parte, un tren de borrascas y frentes (paso continuado de borrascas y frentes atlánticos, unos detrás de otros, sobre la vertiente española atlántica) traían los vientos suaves y húmedos que iban a mitigar la importante sequía que padecía muchas regiones españolas.

A estos vientos locales en muchas partes de España se les llama ábregos (y en algunos puntos ábrigos). Son los vientos “nuestros”, nombrados desde siempre por agricultores, ganaderos, y la gente como otros vientos locales: tramontana, levante, gregal, cierzo, etc.

Estos, al ser nuestros, no tenían protagonismo en la información generalista del tiempo, pasaban desapercibidos.

Mientras, otro titular belicoso ocupaba algunos titulares de noticias: “la borrasca Emma chocaba con la masa asociada a la Bestia del Este generando una borrasca perfecta y explosiva”.

No es la primera vez, y no será la última, que aparezcan palabros seudo meteorológicos ajenos a la cultura meteorológica y a la nuestra propia. La cultura no está en su mejor momento en España, y la meteorológica menos.

Grave irresponsabilidad de algunos medios de comunicación que fomentan el amarillismo sensacionalista y dejan al lado la información seria y rigurosa. ¿Qué podemos esperar en el futuro? Más de lo mismo. Nos tragamos todo.

Y esto viene de lejos, cuando la información en algunos medios se viene relajando de forma especial, llamando y confundiendo tiempo y clima, llamando otra cosa a las borrascas o a los frentes, desvirtuando la jerga del pueblo en el nombre de vientos locales y adaptando otros términos importados que nos son nuestros, etc.

En fin, como alguien diría: da igual, no se van a enterar de nada. La cultura está a la baja.

Francisco Martín León, meteorólogo

Esta entrada se publicó en Actualidad en 08 Mar 2018 por Francisco Martín León