25 de julio del 2017: 25 años de la XXV Olimpiada en Barcelona

El 17 de octubre de 1986 en la ciudad de Lausana y dentro del marco de la 91.ª sesión del Comité Olímpico Internacional, Barcelona fue elegida como ciudad organizadora de los Juegos de la XXV Olimpiada por delante de París a la que derrotó.

Aún en los oídos de muchos españoles, nos llegan las palabras de Juan Antonio Samaranch, que pronunció aquella frase que se hizo historia: “À la ville de... Barcelona”. . con aquel acento entre catalán y francés.

Comenzó otra etapa a de nuestro siglo XX, de la cual muchos pudimos vivirla, disfrutarla y trabajarla, entre estos últimos muchos funcionarios y personal laboral de lo que entonces se llamaba INM. Este articulo va dirigido no solamente a la leyenda de aquella Olimpiada, sino a todos los que ,dentro de la meteorología, pudimos dar un granito de arena, dentro de aquella gran masa, llamada Comité Olímpico Internacional (COI) .

Muchos, habíamos pasado y trabajado en los mundiales de Futbol de 1982, pero la meteorología en ese evento, no fue muy necesaria, ni importante, lo que quieran decir de ella. Yo recuerdo en Radio Barcelona (SER), en un programa que se llamaba Directo, que vino uno de los representantes del Mundial en España, y uno con su modestia, le pregunto: “… que importancia tenia la meteorología en los Mundiales de Futbol” y su respuesta fue: ”…cero.”, pues lloviese o no, los partidos se iban a celebrar.

Esto, era una espina que tenía clavada, cuando el Director del CMT (Centro Meteorológico Territorial) en Catalunya, me nombró enlace entre el INM y el COI, yo creía que en esa ocasión teníamos que destacar y ser un puntual dentro de las Olimpiadas, lo conseguimos, yo creo que sí, en caso contrario la historia lo comentara, pero de momento 25 años después no he leído, ni he oído, ni he visto ningún artículo, en que nos dejaran en mal lugar, y voy a ganarme algún enemigo, posiblemente los peores comentarios hayan venido de dentro de la casa.

Historia meteorológica de la Olimpiada

Todos los comités organizadores de los Juegos Olímpicos han considerado que las predicciones meteorológicas son un elemento imprescindible para la planificación y el desarrollo correctos de las competiciones deportivas.

En abril de 1989, de acuerdo con el COOB`92, el Instituto Nacional de Meteorología, INM, terminó la redacción del Plan de Asistencia Meteorológica (PAMOB). Este plan preveía la creación del Centro Meteorológico Olímpico, que se constituiría con los recursos del Centro Meteorológico de Cataluña y otros medios humanos y materiales del Instituto Nacional de Meteorología.

La singularidad del servicio de asistencia que requerían los Juegos de Barcelona estaban condicionado por tres aspectos: el factor espacial, ya que las pruebas deportivas se celebra principalmente en Barcelona y sus alrededores, pero también en subsedes bastante alejadas, el factor temporal, ya que hubo competiciones durante 15 días, en horas diurnas y con un índice de simultaneidad muy alto, circunstancia que generó una gran diversidad de predicciones meteorológicas, y una frecuencia y una variedad elevadas de mensajes, y finalmente, la extrema sensibilidad de algunas actividades deportivas olímpicas (por ejemplo los deportes al aire libre y especialmente en la vela) a los valores de los parámetros meteorológicos y a las mínimas variaciones de estos, lo que requería una gran exactitud, tanto en las observaciones como en las predicciones y una gran fiabilidad en el funcionamiento del sistema de soporte.

La preparación del proyecto

Antes de los juegos, el INM proporcionó información sobre las condiciones climatológicas que imperarían en las localidades donde se celebraría las competiciones de los deportes olímpicos, esta información fue muy importante para la planificación a medio y largo plazo en la preparación de los deportistas y de la organización. Como soporte a la predicción se hicieron los estudios: vientos predominantes en Barcelona y Regímenes de viento predominantes en Barcelona, que sirvieron de base para estudios posteriores, junto con una serie de cuatro informes reunidos con el título de: Notas para predicción olímpica. Después, los trabajos se concentraron en la realización de un estudio climatológico de Barcelona y las subsedes durante los meses de julio y agosto, que se publicó con el nombre de: Estudio climatológico preliminar para los Juegos Olímpicos. A continuación se hicieron los estudios siguientes: Informe sobre el viento en Barcelona durante julio y agosto de 1989 y El viento en Barcelona durante los meses de verano. En 1990 se elaboró el estudio: Información meteorológica Barcelona 92 y finalmente, en 1991 se publicó Climatología de las sedes olímpicas de Barcelona 92, un trabajo de información climatológica para participantes, oficiales, visitantes, etcétera, que fue la base para elaborar los boletines de información climatológica del sistema Acceso Múltiple a la Información y a la Comunicación (AMIC).

El servicio meteorológico, presto también su asistencia en la realización de las obras y equipamiento como el Palau Sant Jordi, la Torre Collserola y el Port Olímpic. Es necesario destacar sin embargo, el trabajo realizado en el estadio Olimpic para determinar las trayectorias del viento interior dirigido especialmente al diseño de las ceremonias de inauguración y clausura.

Coincidiendo con las competiciones del 91 que se celebraron durante los meses de verano, tuvo lugar un ensayo general del sistema, (con una atención especial al Campeonato Mundial de Vela que se disputó en el Port Olímpic), en el que se pusieron a prueba todos los equipos humanos y técnicos con los que se trabajo después en el verano de 1992.

La operación durante los juegos

Durante los Juegos la información se dividió en cuatro grupos según su naturaleza y el canal de suministro, información climatológica a través de un sistema AMIC, destinado a la Familia Olímpica, información telefónica directa al Centro Principal de Operaciones del COOB’92, información meteorológica y oceanográfica dirigida a los participantes, los jueces, los árbitros y la organización las pruebas de vela, suministrada mediante comunicación personal a través de monitores en tiempo real, e información de las condiciones del espacio aéreo en la zona de Barcelona, proporcionada al Centro de Control Aéreo de los Juegos Olímpicos (CECAJO) para el dispositivo de la Seguridad Aérea.

Se estableció un Grupo Olímpico de predicción y vigilancia, responsable de la elaboración de todos los boletines de predicción en general, que fue operativo desde las 21 horas del día 16 de julio hasta las 24 horas del 9 de agosto. La Oficina de vela, situada cerca del Puerto Olímpico, era la responsable de la elaboración y la difusión de toda la información destinada a las Competiciones de Vela, fue operativa desde el 17 de julio hasta el 4 de agosto, día en que se acabaron las pruebas de este deporte. Esta Oficina fue reforzada por el personal del Instituto Hidrográfico de Marina, encargado de la obtención de los datos oceanográficos, y por un especialista de la Météo France.

Durante los Juegos, el momento clave de cada jornada en la Oficina de Vela fue entre las 6 horas y las 9 horas, intervalo durante el que los equipos de relevo se reunían y estudiaban la predicción del día, tanto en tierra como en las de aéreas náuticas. Gran parte del trabajo y procesamiento de textos y el de transmisión de los boletines eran desarrollados por Voluntarios Olímpicos, que cada día, desde las 07:30 horas hasta las 20 horas, ofrecieron una ayuda decisiva.

La organización trabajó fundamentalmente con el Sistema Integral de Vigilancia Meteorológica del Instituto Nacional de Meteorología, que recoge la información de las estaciones automáticas de observación terrestre, del Sistema Mundial de Telecomunicaciones Meteorológicas, de los satélites meteorológicos (Meteosat, Tiros y Goes) de los radares meteorológicos y del sistema de localización de descargas eléctricas. El tratamiento interactivo de esta información se hizo mediante el sistema denominado SAIDAS.

Los equipos que se instalaron especialmente para los Juegos fueron, estaciones meteorológicas automáticas, EMAs, situadas en diversas zonas de Barcelona y de subsedes.

Esta es la relación de las estaciones y lugares:

1 en Hospitalet de Llobregat por el béisbol

1 en Sabadell para el futbol (Las estaciones meteorológicas de las subsedes de futbol de Zaragoza y Valencia, se encargaron en cada Centro Meteorológico)

1 en Terrassa para el hockey, también hubo en las subsedes de Vic, para el mismo deporte.

1 en Seva, para competición hípica.

1 en Castelldefels y también otra en la Seu d’Úrgell para el piragüismo

1 en Banyoles para el remo

1 en Mollet del Valles para tiro olímpico

Estas 9 EMAS, fueron en subsedes, pero además tuvimos que montar en la sede central, es decir en Barcelona

4 se instalaron en el Estadio Olímpico de Montjuic1 en la Piscina de Montjuic1 en Real Club de Polo en la Diagonal2 en el Velódromo de Horta3 en el Puerto Olímpico.

En total 20 estaciones meteorológicas automáticas, y aunque habían mas sedes y subsedes, los datos los pudimos obtener gracias a estaciones, ya instaladas, por ejemplo en Granollers, Reus, etc...

Todas las estaciones se instalaron en el año 1990, pues teníamos que hacer pruebas y tener algunos datos de los lugares, pues no teníamos apenas ninguna climatología de algunas de las subsedes.

Además de las EMAS, se instalaron tres equipos concentradores y exploradores de datos de las estaciones automáticas, que proporcionaban en tiempo real datos relativos a: viento, temperatura, humedad, presión y precipitación.

Se tenía también un equipo receptor de Imágenes por satélite; una estación de radio sondeos, que todas las mañanas desde el Centro Meteorológico de Cataluña, se lanzaba un globo sonda de la calle Roura.

Además una boya oceanográfica-meteorológica, que proporcionaba datos de viento a diferentes alturas, temperatura del aire, velocidad y dirección de las corrientes y altura y periodo de las olas, etc. Un equipo para la Integración y tratamiento de los datos oceanográfico y meteorológicos en el área de la competición de vela y equipos de observación instalados a bordo del barco Tofiño, barco perteneciente al Instituto Hidrográfico de la Marina, IHM.

También durante los años 1990 y 1991, la marina nos dejo un barco, para poder hacer estudios de la temperatura del agua del mar, altura de olas, vientos, etc.

Climatología

En lo que se refiere a la operación, es necesario remarcar la inquietud que provocaron las lluvias frecuentes que cayeron en Cataluña hasta pocos días antes de los Juegos.

Las intensas lluvias caídas en junio y en julio habían desbaratado las previsiones climáticas para los Juegos Olímpicos. La ciudad de Barcelona registró durante el mes de junio las precipitaciones más abundantes caídas en ese mes en los últimos 30 años. La capital catalana recibió un total de 128 litros por metro cuadrado. Por otra parte, los 42 litros caídos, en el mes de julio duplicaban ya la media en este mes durante el mismo periodo. El Centro Meteorológico Zonal de Barcelona destacó que los 128 litros por metro cuadrado recogidos en la Ciudad Condal durante el mes de junio triplicaron la media de 36.4 litros registrada desde 1961. El día más lluvioso de este mes fue el primero de junio, en el que se alcanzaron hasta 51.6 litros. La Ciudad Condal sólo había recibido lluvias de intensidad similar durante este mismo periodo en 1968. En ese año se registraron hasta 106 litros por metro cuadrado. En el resto de Cataluña, las poblaciones que registraron los niveles más altos de precipitaciones durante el mes de junio fueron Arenys de Mar, con 327.7 litros por metro cuadrado; Nuria, con 295.5, y La Bisbal, con 274.4. Las otras capitales de provincias catalanas alcanzaron precipitaciones de hasta 255 litros en Girona, 88 en Lleida y 80.4 en Tarragona. Por el contrario, la media de los últimos 30 años fue de 58.9, 36.6 y 31.3 litros, respectivamente.

En los primeros cinco días de julio de ese año 1992, habían caído en Barcelona 42 litros por metro cuadrado, cantidad que duplica la media de este periodo que está en casi 21 litros, aunque el récord de lluvia en el mes de julio continúa ostentándolo el del año 1987, en el que cayeron en Barcelona 87.4 litros. Las intensas lluvias registradas en junio y que han continuado cayendo en lo que iba de julio no se correspondían con las predicciones realizadas por los meteorólogos sobre el tiempo que haría durante los Juegos. Estas previsiones, basadas en las estadísticas sobre el clima de Barcelona en los últimos 30 años, apuntaban que existía sólo un tres por ciento de probabilidades de que lloviera durante los Juegos más de diez litros por metro cuadrado, cantidad a partir de la cual la lluvia empieza a considerarse importante.

Pero una semana antes de comenzar los juegos, ya se observó por parte de los predictores que no se iba a mojar, ni la inauguración, ni el cierre de las XXV Olimpiada, tal como así fue, en contra de otros servicios meteorológicos fuera de nuestras fronteras, que decían lo contrario, como el Servicio Meteorológico Americano.

Resumen de las Olimpiadas "meteorológicas"

Yo creo que fue un éxito, por nuestra participación, sobre todo de predictores que vinieron de otros lugares de Barcelona, Galicia, Valencia, Madrid, etc..., del personal en activo de aquella época del INM, tanto funcionarios, como laboral y de los voluntarios que tuvimos, todo un ejemplo de trabajo y de colaboración.

No puedo negar, que muchas de estas cosas, se debieron a Alfonso Ascaso (q.e.p.d.) que como Subdirector de Predicción y Climatología, movió muchísimo al personal predictor, a Ángel Rivera, a Emiliano, a Alejandro Martínez Albaladejo, un puntal dentro de Cataluña, como Director del CMT, etc..., al personal técnico en la instalación de las EMAS, a todos, y desde ese lugar que a mí me toco, colaborar, un aplauso muy grande y un recuerdo de hace 25 años.