Entrevista del mes: José Luis Pelayo Arce, colaborador del INM

José Luís Pelayo Arce, Colaborador voluntario del INM, es un aficionado a la Meteorología de primera categoría. Una muestra de ello es su trabajo paciente, eficaz y callado que lleva a cabo desde su tierra, Santander.

Aparatos de la parcela meteorológica. De izqda a dcha.: Estación Davis, Pluviómetro, pluviógrafo, Heliógrafo –en mitad del recinto- y garita meteorológica

José Luís Pelayo Arce,
Colaborador voluntario del INM.
Centro Meteorológico Territorial de Cantabria y Asturias.
Entrevista de mayo de 2006. Recuperada en julio de 2011.

José Luís es un aficionado a la Meteorología de primera categoría. Una muestra de ello es su trabajo paciente, eficaz y callado que lleva a cabo desde su tierra de Santander. Hoy tenemos la suerte de tenerlo en la RAM; esta vez como entrevistado por los lectores de la revista. Seguro que disfrutaréis de la entrevista.

¿Qué es lo que más te apasiona en el ámbito de la meteorología?

Sin lugar a dudas, acudir todos los días a mi cita con los aparatos: Leer y anotar las temperaturas, medir el agua precipitada, observar el cielo y las nubes que nos dicen mucho sobre lo que acontecerá en las próximas horas...

Más que un trabajo ya se ha convertido en una auténtica pasión.

Como buen “meteoloco” me gusta observar las tormentas, perseguir las nubes, el granizo, el viento, pero también disfruto ante un día con cielo limpio y despejado, con las temperaturas agradables, en general con el buen tiempo que te permite realizar otras actividades al aire libre.

El clima es una variable que fluctúa a lo largo de los días o de las horas y eso nadie lo puede cambiar; por eso no creo que haya que obsesionarse con unas determinadas situaciones atmosféricas sino más bien disfrutar con lo que tengamos en cada momento.

Me gusta leer todo lo relacionado con la meteorología para recordar o refrescar cuestiones y sobre todo para aprender cosas nuevas.

¿Qué opinas del hecho de que siendo tu labor desinteresada, el INM cobre por poner a disposición los datos que de forma altruista tomáis.?

Lo cierto es que nunca me he planteado ésa cuestión. La labor de colaborador voluntario, tanto la mía como la de muchas otras personas, consiste en observar lo que vemos y dejar constancia de ello. Una vez que los datos son remitidos a los Centros Meteorológicos Territoriales, pasan a ser de su propiedad. Desconozco por completo las normas internas vigentes dentro del INM sobre el tratamiento posterior que reciben los datos obtenidos a través de las estaciones de la red secundaria. De lo que sí estoy seguro es de que los colaboradores no estamos autorizados a expedir certificado alguno de nuestros datos y que sólo con el permiso previo de nuestros CMT,s, podemos facilitar la información a las personas que nos los soliciten, las cuales deberán presentarse ante las oficinas de los Centros Meteorológicos para solicitar el correspondiente certificado oficial.

¿Cuáles son los equipos que te faltan y cuales te haría ilusión disponer?

Disponer de una estación completa es difícil, sobre todo por que el tema económico es el que presenta el mayor obstáculo. En la estación de la que soy encargado hay aparatos cedidos por el INM y otros que fui adquiriendo poco a poco en el comercio. Pero mi mayor ilusión sería disponer de un registro continuo de la velocidad y dirección del viento: Un anemocinemógrafo. Ya realicé hace algún tiempo diversas gestiones, incluso ante la dirección del INM, pero sin resultados positivos. Obviamente se trata de un equipo delicado y sobre todo de mucho presupuesto. Sé que algunos modelos ya están descatalogados por eso no pierdo la esperanza.

¿Cómo afecta el paso del tiempo a los instrumentos meteorológicos y cuales son sus principales cuidados?

Todas las cosas si se tratan con esmero y cuidado pueden durar años y años. Lo mismo pasa con los instrumentos meteorológicos, algunos de ellos muy frágiles y sensibles, aunque por mucho cuidado que se ponga, el tiempo no perdona. Al cabo de algunos años es necesario calibrar los termómetros de extremas o sustituirlos. Los aparatos registradores (higrotermógrafo) son los que requieren una atención más continua, limpiando a menudo sus sensores como el haz de cabellos, o controlando que sus medidas sean lo más ajustadas posibles con la realidad. En los pluviómetros hay que vigilar que nada entorpezca la entrada de la lluvia. En general una buena limpieza periódica hace que los diversos aparatos estén en buenas condiciones y realicen bien su labor.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos meteorológicos? ¿Cuál es la parte de tu labor como observador que más te gusta hacer y la más ingrata?

En relación con la primera pregunta, quizás aquél día siendo niño, cuando mi padre me hizo un avión de madera con hélices que se movían con el viento. Cuando supe hacerlas yo mismo tenía varias de ellas repartidas por la huerta. Siempre me ha fascinado el viento. En mis años de colegio, de camino hacia él, pasaba junto al antiguo Observatorio Meteorológico de Santander y siempre me quedaba mirando hacia el anemómetro y la veleta. Esos quizás sean los recuerdos más entrañables que guardo. Más adelante, ya siendo colaborador, la primera vez que medí la lluvia, un 3 de enero de 1984, con 12,3 litros fue un día especial.

Todos los “quehaceres” propios de un colaborador me son gratos y no suponen esfuerzo alguno, salvo el tener que subir a veces a la torre en donde están instalados los anemómetros cuando hay que retirarlos por alguna avería. No me hace mucha gracia colgarme a 10 metros de altura con un arnés de escalada.

¿Existe algún fenómeno meteorológico local que no se ha podido explicar y que hayas registrado?

Desde que estoy encargado de la estación de Ojáiz no ha habido ningún fenómeno inusual digno de mención. Desde luego que se han producido tormentas fuertes, granizadas y lluvias intensas, vientos casi huracanados (como los de la tormenta LOTHAR), heladas que hicieron bajar los termómetros por debajo de cero, trombas marinas....Pero todo ello tiene sus explicaciones. Pueden darse fenómenos intensos con mayor o menor periodicidad, pero de todos ellos se saben las causas que los provocan.

¿Cuáles son los requisitos para ser un buen colaborador del INM? ¿Por qué y cómo empezaste como observador voluntario?.

Como condiciones indispensables de la persona yo destacaría dos valores: Afición y sobre todo, Constancia. A esto le añadiría una cosa más: Ser muy metódico. Las observaciones que se realizan han de ser lo más fiables, verídicas y certeras posibles para que cuando esos datos que se recogen lleguen a formar parte de cualquier estudio climatológico o se necesiten por otros motivos, no haya el mínimo resquicio para los errores. En la labor de observador voluntario no hay lugar para los días de fiesta o las vacaciones. Los datos se deben recoger a diario, a la hora establecida y siguiendo un procedimiento. Por eso conviene contar con la ayuda de otra persona para que realice las observaciones cuando el titular de la estación no lo pueda hacer. En el aspecto técnico quizá lo más importante sea disponer de un lugar adecuado en donde poder instalar los diferentes equipos meteorológicos y , desde luego, ajustarse lo más posible a las normas para el montaje de una estación.

Me hice observador voluntario a raíz de una tormenta muy fuerte en Agosto de 1.983. Aquella noche un rayo cayó muy cerca de mi casa. Jamás había visto nada igual. El estruendo que produjo aquella chispa eléctrica no creo que se me olvide nunca. Movido por la curiosidad escribí al Centro Meteorológico para preguntarles cómo se podía calcular la distancia a la que se haya una tormenta. Me contestaron explicándome aquél asunto y junto a aquella carta me enviaron un Calendario Meteorológico donde había muchos datos sobre el tiempo. También leí que había personas que se ofrecían voluntariamente para recoger datos meteorológicos como colaboradores. Al principio descarté la idea de ser yo uno de ellos y pasó algún tiempo, hasta Diciembre de 1.983 en que se me ocurrió acercarme por el Centro Meteorológico y solicitar una estación. El día 1 de Enero de 1.984 comenzaba a realizar las observaciones en Ojáiz-Peñacastillo y desde ésa fecha hasta ahora, ininterrumpidamente.

¿Crees que en algún momento se llegaran a cambiar las mediciones manuales por las automáticas?

En algunos lugares, sobre todo en zonas de difícil acceso, ya se cuenta con estaciones automáticas que miden cada cierto intervalo de tiempo las variables meteorológicas. Sin embargo cuando los equipos sufren un fallo y no transmiten adecuadamente, los datos se pierden. Si hubiese una persona encargada de la estación, podrían recogerse manualmente y se evitaría la aparición de “lagunas” en una serie climatológica. Y aún en el caso de que todo funcione con normalidad, muchas veces hay que acudir al emplazamiento de la estación para recuperar los datos grabados. Las máquinas, muchas de ellas extremadamente sofisticadas ayudan al hombre, pero es éste quien con su inteligencia las crea y las repara; los equipos no pueden hacer eso por sí solos. Bajo mi punto de vista, y pese a los avances de la tecnología, el hombre será siempre imprescindible sólo que con algo menos de trabajo.

Día más frío, el más cálido, la mayor nevada, día más lluvioso, año más húmedo, año más seco, cambio más brusco observado. ¿Cuál es el fenómeno que te dejo más marcado?

Con mucho gusto paso a detallar todos y cada uno de los puntos de los que consta la pregunta:

  • Día más frío: 25 de Diciembre de 2.001: –5,7ºC
  • Día más cálido: 21 de Julio de 1.989: 39,8ºC
  • Día más lluvioso: 16 de Octubre de 1.986: 90,6 litros/m2, en 24 horas
  • Año más húmedo: 1986, con un total de 1553,2 litros/m.cuadrado
  • Año más seco: 1989, con un total de 830,7 litros/m.cuadrado
  • Mayor nevada: 15 de Enero de 1.985 21,6 litros en forma de nieve

Los cambios más bruscos en cuanto a temperaturas se observan durante los anticiclones invernales, debido al enfriamiento de la tierra. Las temperaturas pueden bajar varios grados bajo cero a causa de las heladas de irradiación. En lo que se refiere al tiempo en general quizá el cambio más rápido ocurra durante las galernas pues se pasa de un cielo despejado a uno completamente cubierto; de viento suave a un viento racheado del NW, con fuertes aguaceros de lluvia y en ocasiones tormentas...todo ello en un corto espacio de tiempo. Precisamente éste fue el hecho que también me dejo una huella imborrable en la memoria: La galerna del 7 de junio de 1.987. Me encontraba en la playa disfrutando del día, como mucha gente, cuando casi sin darme cuenta empezaron a avanzar por el oeste un auténtico murallón de nubes negras, a tal velocidad que no dio tiempo a recoger toallas y enseres. El viento arrancó multitud de sombrillas que empujadas por su intensidad, se hacían aún más peligrosas; la arena golpeaba la piel con tal fuerza que parecía alfileres. Y el mar con unas olas enormes que tampoco había visto nunca.

¿No te parece que en España hay muy poco observadores y colaboradores y si el INM piensa reforzar a los que voluntariamente nos ofreceríamos a dar datos día a día?

En la actualidad el INM dispone de unas 5000 estaciones (no tengo el dato exacto) donde se incluyen tanto las estaciones pluviométricas como a las termopluviométricas. Sin duda ésa cantidad podría mejorarse aunque no es ése el problema sino la distribución de las mismas. Muchas de ellas se concentran alrededor de núcleos de población mientras que otras zonas (por ejemplo las de montaña donde sería interesante disponer de algún observatorio) no hay prácticamente ninguna.

La política de concesión de estaciones por parte del INM es ahora más restrictiva que hace algunos años. Se antepone más la calidad de los datos que puedan recibirse y la ubicación de la estación, que la cantidad de observatorios. Todo se inicia con un estudio previo de las condiciones en donde se instalará la nueva estación y un compromiso por parte de la persona que se ha de encargar de ella de remitir puntualmente los datos recogidos.

El montaje de una nueva estación pasa primero por la conveniencia o no del INM de instalarla ( o en su caso denegarla) en función de sus intereses, no de los intereses del posible observador.

Muchas estaciones se tuvieron que dar de baja a instancias del INM por que ya no enviaban los datos requeridos. A la ilusión inicial por disponer de una estación le siguió la apatía y el desinterés, por lo que ésas estaciones no suponían más que una carga adicional de trabajo al tener que rellenar con datos ficticios las lagunas existentes.

¿Recibes algún tipo de ayuda por parte del INM, o cualquier otro organismo ya sea local o provincial?¿Cuánto tiempo dedicas diariamente a esta labor y cuánto tiempo tardaste en montar todo lo que tienes Meteorológicamente hablando ¿Cuál ha sido el mayor apuro que has pasado, apagones de luz ante una situación importante, fallo de los equipos, problemas con rayos, etc.?

Todos los colaboradores del INM sin excepción reciben una gratificación anual de cuantía variable dependiendo de la categoría de su estación. Estos baremos fueron fijados en el año 1999 por la dirección del INM y su concesión no supone el reconocimiento de ningún tipo de relación funcionarial ni laboral entre los colaboradores y el INM. Las entidades locales o provinciales no ofrecen ayuda a los colaboradores voluntarios, aunque supongo que habrá excepciones pero las desconozco.

No se necesita mucho tiempo. Entre recoger los datos por la mañana (unos 10 minutos de medía, ya que hay que esperar a que algunas variables se estabilicen, como la velocidad del viento o la presión) y después pasarlos a los cuadernos oficiales e informatizarlos (normalmente esto lo suelo hacer entre la tarde-noche), no lleva poco más de una hora incluyendo los 10 minutos de por la mañana; quizá sea algo menos. En el tema de preparar los resúmenes mensuales que son los que se envían al CMT se tarda algo más, pero si las observaciones se registran a diario tampoco se invierte tanto tiempo.

Me habría gustado disponer de una estación completa desde el principio, pero eso era prácticamente imposible. Con el paso del tiempo fui incorporando nuevos aparatos, varios de ellos cedidos por el CMT de Santander y otros adquiridos en el comercio. Así, poco a poco he ido ampliando la estación, aunque a veces me he tenido que privar de algún que otro capricho por querer tener un aparato en concreto.

El mayor contratiempo que he tenido fue durante un temporal de viento fuerte que movió la vieja garita de su base y cayó al suelo. Todo lo que había en su interior quedo destruido por completo. Gracias a que disponía de otra garita de menor tamaño pude continuar con las observaciones con un termómetro Six-Bellami. Quizá haya sido ése el peor momento de todos

¿Qué fenómeno meteorológico que no hayas visto te gustaría poder ver, o mejor dicho, registrar?

Hay varios. Quizá por su importancia un tornado o un huracán. Aunque conociendo sus efectos a través de los medios de comunicación, prefiero observarlos desde un lugar seguro. Ya dije antes que soy un apasionado de la meteorología, pero no tanto como para poner la vida en juego. Muchas veces la sensatez está antes que cualquier otra afición.

También me gustaría poder ver en vivo la dinámica de los monzones, una tormenta de arena o una aurora boreal. Siento curiosidad también por saber cómo es el “Torb” en los Pirineos: cómo se forma, se desarrolla y desaparece. Tampoco he visto nunca los denominados “rayos de bola”; poder admirar éste fenómeno sería toda una experiencia y más sabiendo que es algo muy difícil que aparezca.

¿Entre la gente que observamos directamente el tiempo hay una pléyade cada vez más grande que abriga serias dudas sobre los informes relativos al cambio climático ¿qué opinas tú?

En mi opinión creo que el cambio climático llegará a producirse, pero es imposible determinar cuándo sucederá y de qué modo se verá afectada la Tierra. Los modelos numéricos utilizados para visualizar los posibles efectos tan sólo nos dan tendencias, pero sólo eso. El planeta desde que se originó y comenzó a formarse la vida ha pasado por ciclos totalmente contrapuestos: A las glaciaciones y períodos fríos les sucedieron épocas de bonanza térmica e incluso sequía.

Muchos científicos sostienen que la tierra está abocada a un calentamiento global causado por el efecto invernadero debido a la presencia del dióxido de carbono; otros defienden que lo que llegará a producirse será el efecto contrario, es decir, un período frío, quizás una nueva glaciación y otros estudios indican que aún no existen indicios notables de que vaya a originarse cambio alguno. De momento todo son suposiciones pero a la larga no hay nada seguro.

Yo creo que en lugar de cambio climático sería más preciso hacer referencia a la variabilidad del clima. Esto ha sucedido siempre por efecto de la dinámica propia del planeta y es un proceso natural. Se suele tener bastante mala “memoria meteorológica”, pero si consultamos las efemérides podremos comprobar cómo desde siempre ha habido desastres ocasionados por situaciones adversas de la climatología: Olas de frío, inundaciones, tormentas severas, nevadas inusuales o incluso sequías durante las cuales se hacían rogativas para pedir la lluvia. Por lo tanto nada de lo que ocurre en nuestra época es nuevo. Ahora quizá se conocen mucho más estos fenómenos violentos gracias a los medios de comunicación, cosa que hace décadas era impensable, y por eso nos parecen más frecuentes.

Pienso que en este tema deberíamos de ser todos sumamente cautos y no caer en el catastrofismo, pero eso no es impedimento para continuar vigilando el clima.

Por último quiero aclarar que lo arriba expuesto sólo se trata de una opinión más y que, por supuesto, no soy un experto en la materia.

Un observador meteorológico después de años registrando mediciones ¿qué motivación especial tiene para hacer un trabajo o afición que en cierta medida pueda parecer rutinario? o dicho de otro modo ¿se puede apasionar uno registrando mediciones que tienen mucho de estadístico y ello de forma rutinaria? ¿Puede haber momentos en los que no ocurre nada especial y ello provocar cierto hastío a la hora de registrar? ¿Se puede sacar jugo hasta de la situación más aburrida aparentemente?

El motor esencial que me mueve a seguir con las observaciones ya lo ha nombrado Vd. en su pregunta: Afición. Yo añadiría otra motivación más si me lo permite: Interés por saber y conocer cómo se va comportando el clima, aunque sea desde una pequeña estación meteorológica. Es cierto que en la recogida de datos hay que ajustarse a unas normas, un proceso que siempre es el mismo, quizá le pueda parecer a alguien hasta monótono, pero eso es parte consustancial en la labor de un colaborador voluntario: O se acepta así con todas las consecuencias o entonces es mejor dedicarse a otra afición. La rutina no es tal si se está haciendo lo que a uno le gusta. Por lo menos en mi caso, yo no lo calificaría así.

Estoy convencido de que la observación meteorológica crea adicción. De otro modo no se puede explicar cómo hay colaboradores que llevan muchos más años que yo en esta tarea que se realiza altruistamente, y hablo de 30, 40 o hasta 50 años en algunos casos. Esta afición engancha; con el paso del tiempo, apasiona y luego ya es difícil prescindir de ella y muchas veces se transmite a través de varias generaciones.

Para finalizar, y contestando a los dos últimas cuestiones que me plantea, me remito a lo que dije en otra respuesta: Disfruto por igual contemplando tanto una tormenta o viendo llover, como en los días en los que el cielo aparece limpio y despejado; me produce la misma satisfacción ver como sube el mercurio hasta los 38º, o anotar temperaturas bajo cero. No hay que centrarse solamente en unas determinadas situaciones atmosféricas. Pienso que el tiempo no viene servido “a la carta” en función de lo que nos gustaría que ocurriese. Lo mejor es sacar el mejor partido posible de todas las situaciones, es decir, valorar lo que tengamos en cada momento...y no sólo en el aspecto meteorológico.

¿Notas mucha diferencia en la fiabilidad y precisión de la automática a los instrumentos manuales?

La verdad es que no. En temperatura y humedad relativa son prácticamente iguales ambas mediciones, con diferencia de tan solo unas pocas décimas en temperatura y una o dos unidades arriba o abajo en la humedad.

Se me ocurrió un día llevarles las gráficas del higrotermógrafo oficial y de la automática al personal del CMT y se quedaron asombrados, ya que eran idénticas. Donde quizás haya más diferencias sea en el cómputo de la precipitación, ya que el pluviómetro de la automática al ser de balancín solo se vuelca cuando alcanza una cantidad de precipitación determinada (0,2 mm). Si la precipitación no llega a ésa cantidad, no quiere decir que no haya llovido aunque no quede registrado. Sin embargo en el pluviómetro oficial sí puede medirse ésa precipitación.

También observo diferencias entre el anemómetro de la automática y uno de lectura directa, pero sin duda se debe a la diferente rafagosidad del viento. En cuanto a la radiación solar aún no puedo emitir un análisis al no tener datos disponibles, puesto que el sensor lo coloqué a primeros de Enero. Será preciso un tiempo para comparar las medidas de la automática con las oficiales que recoge el Centro Meteorológico.

¿Están bien reconocidos los colaboradores-observadores desde el INM? Juntos formáis un enorme puzzle del que se aprovecha con acierto el INM pero ¿se os tiene en cuenta? ¿Crees que el INM podría desarrollar más esta figura? Y por otro lado: Tú tienes estación oficial y automática ¿las diferencias entre ambas son grandísimas o despreciables?

Todos los años, coincidiendo con el Día Meteorológico Mundial, los CMT,s seleccionan a varios colaboradores de la red secundaria para ofrecerles un sencillo pero emotivo homenaje público. En esta celebración se les entrega un pequeño obsequio y un diploma acreditativo, en el que se reconoce por parte del INM su dedicación, su pulcritud, su constancia, en esta labor altruista en la que voluntariamente han decidido participar. El reconocimiento tiene mayor relevancia cuando algunos de ellos son seleccionados para otorgarles el premio nacional de colaboración.

Creo que nuestra labor es muy bien valorada por el INM. En muchas ocasiones, a instancia de los particulares y previa autorización del CMT, aportamos nuestros datos para la realización de estudios, proyectos, investigaciones, e incluso para que se puedan solicitar de las compañías aseguradoras las indemnizaciones correspondientes. Yo ya me he visto en varios casos de estos. Nuestra labor cubre aquellas zonas a las que los funcionarios de los Centros Meteorológicos no llegan. Para que un observatorio principal funcione bien necesita disponer de una red de buenas estaciones.

No sé hasta qué punto nuestra labor podría desarrollarse más o si el INM tiene previsto realizar acciones en este sentido. Quizá lo que echo más en falta sea alguna convocatoria a nivel nacional o regional de todos los colaboradores, en donde podamos exponer nuestras inquietudes, problemas, sugerencias y, por que no, nuestros logros. Por lo menos ya se dio un primer paso con la celebración del Primer Seminario Nacional de Fenología (Madrid, Abril de 1988), al cual acudí en representación de Cantabria junto con dos compañeros más (de Mirones y Los Corrales de Buelna). De aquella reunión salieron las nuevas normas para que las observaciones fenológicas fuesen más homogéneas y ajustadas a la realidad de cada observador. Allí tuve la satisfacción de conocer a D. Alberto Linés (qepd) y charlar de nuevo con José Antonio Maldonado.

¿Qué aparatos de medición te resultan más fiables a la hora de registrar los datos: los tradicionales que conocemos o los sofisticados y precisos aparatos electrónicos modernos?

Si las modernas estaciones automáticas que hay ahora en el mercado, o cualquier otro aparato meteorológico electrónico están correctamente calibradas, son tan fiables como los instrumentos que se han utilizado desde siempre. No obstante yo no bajaría la guardia en cuanto a tenerlos perfectamente controlados y vigilar las posibles diferencias entre unos y otros.

Personalmente confío más en los instrumentos tradicionales, de los cuales hay que destacar su sencillez de diseño y de manejo. Incluso en el ámbito de estos aparatos, que se han utilizado desde que se comenzaron a realizar observaciones, también es necesario prestarles la atención adecuada: El higrotermógrafo debe ser vigilado periódicamente para que sus registros coincidan en lo posible con los termómetros de extremas o con los datos obtenidos a través del psicrómetro; la lluvia medida en un pluviómetro siempre tendrá alguna diferencia con los registros del pluviógrafo (para que ambas medidas coincidan se utiliza un factor de corrección). La medida oficial siempre será la del pluviómetro. Todos los aparatos registradores tradicionales están compuestos de engranajes, sistemas de relojería, y otros componentes; si fallan cualquiera de sus elementos en sus registros habrá errores; en los aparatos electrónicos estos elementos mecánicos son sustituidos por circuitos integrados, resistencias, condensadores, etc., y ocurre de igual forma: si fallan sus piezas clave, no puede haber buenos resultados.

No se me ocurren qué fallos puede haber en un pluviómetro, por poner un ejemplo sencillo, a no ser los que se hallan cometido en su instalación; pero eso ya es otro tema

En los años que has vivido como observador meteorológico y después de haber vivido la mayoría de los fenómenos atmosféricos ¿cuál es la situación sinóptica preferida que nunca te cansarías de vivir? ¿Qué situación te ha impactado más de la historia reciente de la meteorología española?

No cabe duda que aquellas situaciones en las que el tiempo se “revuelve” son las más entretenidas y apasionantes. Cuando la naturaleza nos muestra su poder con tormentas, aguaceros, nieve, granizo, etc. es cuando más se disfruta, pero también el tiempo encalmado y bueno tiene su encanto.

De entre todas ellas quizá sean los temporales de invierno (tanto en tierra como en el mar) mis preferidos. Las borrascas profundas que afectan a la costa cantábrica en ocasiones, empujadas por vientos del NW aportan vientos fuertes y racheados, copiosos aguaceros y descenso de las temperaturas...aunque den un poco más de trabajo a la hora de realizar las observaciones.

En cuanto a las situaciones que más me han sobresaltado, hay varias: Haciendo un poco de historia recuerdo las tremendas inundaciones que asolaron a buena parte de la costa cantábrica a finales de Agosto de 1.983 y eso que por aquel entonces yo ni tan siquiera era colaborador voluntario. La tremenda galerna de Junio de 1.987 que ya he comentado anteriormente. Otra de ellas fue la que ocasionó el desastre del Camping Las Nieves, en Biescas, en el mes de Agosto de 1996, en la que se perdieron muchas vidas humanas. Una de las más recientes, relativamente, el paso de la tormenta LOTHAR por el norte peninsular con vientos fortísimos y las más cercanas el desarrollo del huracán Vince, la tormenta tropical Delta o los tornados que aparecieron en Cataluña y en buena parte de las costas mediterráneas durante el año pasado.

¿Qué requisitos hay que tener para ser observador meteorológico del INM y dónde hay que echar el currículo?

Hay varias condiciones. En cuanto a la persona: Afición, constancia, interés, dedicación, pulcritud, objetividad....En el aspecto técnico disponer de un buen emplazamiento para la estación.

Quizá sea esta afición la que no precisa de un currículo previo a la hora de solicitar ser colaborador voluntario, sino que uno mismo se va haciendo su propia historia con el paso de los años. Dependiendo de la dedicación y de la constancia, y también de todas las premisas que he nombrado al principio de la pregunta, acabará siendo un currículo brillante, mediocre o completamente nefasto.

FOTOGRAFIAS DEL OBSERVATORIO

Sensores de viento
Garita meteorológica

RAM. Agradecer a José Luís por sus esfuerzos en contestar a todas las preguntas de nuestros lectores, hacia sus colaboraciones en la RAM y su buen oficio y profesionalidad en llevar la estación meteorológica como colaborador del INM. Sabemos de buena fuente el trabajo tan meticuloso y sobresaliente que hace en la observación del tiempo y en las labores de divulgación en diferentes foros de meteorología.

Esta entrada se publicó en Entrevistas en 27 Jul 2011 por Francisco Martín León