Francisco León Hermoso, alias “Noherlesoom” (1843-1897)

El primer “hombre del tiempo” en España Meteorología histórica Manuel Palomares CalderónFrancisco Martín LeónMeteorólogos Artículo de mayo de 2005. Recuperado en septiembre de 2010.

Francisco León Hermoso, Alias “noherlesoom” (1843-1897)
Única fotografía que se conserva de D. Francisco León Hermoso en Lourdes, Francia, en día de su fallecimiento.

 

Aunque transcurridos más de cien años de su muerte su recuerdo casi se ha borrado, Francisco León Hermoso ha sido probablemente el meteorólogo más conocido por el gran público en España, salvo quizá Mariano Medina. Pero además, León Hermoso alcanzó la fama en la época inicial del cultivo de la meteorología para información al público y lo hizo como un heterodoxo, enfrentado a las corrientes oficiales desde su célebre “Boletín Meteorológico” dirigido por “Noherlesoom” un seudónimo construido con la letras de sus apellidos.

León Hermoso nació en Santa Cecilia del Alcor (Palencia) en 1843 y según él mismo cuenta había estudiado Derecho, pero desde muy temprano desarrolló una intensa afición a la meteorología que cultivó de forma autodidacta leyendo todo tipo de libros y artículos de publicaciones principalmente del extranjero. Ya en la década de 1880 había iniciado actividades de información y previsión del tiempo en la prensa, y se ha dicho que anunció el famoso ciclón del 12 de mayo de 1886 en Madrid, aunque es difícil que lo hiciera en términos muy concretos. El fenómeno que asoló Madrid aquel día y arrancó cientos de árboles del parque del Retiro fue un tornado, como años después confirmó el propio León Hermoso, y un tornado es casi imposible de anunciar con anticipación, incluso con los medios disponibles hoy en día. También corresponden a esa época, concretamente a 1888, las críticas a su labor difundidas por D. Miguel Merino, Director del Observatorio Astronómico y Meteorológico de Madrid, y cabeza del rudimentario servicio meteorológico oficial de entonces en España, que marcaron el principio de su enemistad con León Hermoso.

El boletín meteorológico de Noherlesoom

Pero lo que más fama dio a nuestro personaje fue la publicación que creó en 1890. No cabe ninguna duda de que León Hermoso era un hombre emprendedor, oportuno y muy conectado con las iniciativas del extranjero donde en la última parte del siglo XIX la meteorología había alcanzando una gran popularidad. El invento del telégrafo había permitido después de 1850 transmitir con rapidez las observaciones e informaciones del tiempo y el nacimiento de los servicios meteorológicos y con ello la predicción del tiempo alcanzó a corto plazo un nivel de acierto sorprendente. Pronto mostraría sus limitaciones y para realizar nuevos progresos tendría que esperar hasta bien entrado el siglo XX, pero en aquellos últimos años del XIX la información del tiempo en la prensa y los boletines meteorológicos publicados en muchos países tenían un éxito rotundo de público.

Francisco León Hermoso, Alias “noherlesoom” (1843-1897)
Una de las portadas del boletín quincenal realizado por “Noherlesoom”.

Con esos precedentes León Hermoso, Noherlesoom, lanzó en febrero de 1890 su Boletín Meteorológico. Tenía una novedad sobre sus colegas del extranjero. Ofrecía la predicción del tiempo nada menos que para los quince días siguientes. No hay duda que esa audacia científica de Noherlesoom tenía un objetivo claramente comercial: El boletín, publicado quincenalmente, no tendría mucha demanda si solamente ofrecía la predicción del tiempo para uno o dos días como hacían las publicaciones más ortodoxas. Sin embargo Noherlesoom lo justificaba por un motivo menos material que explicaba en el primer número: “Todos los meteorólogos, aún los más optimistas, consideran que no hay, hoy por hoy, ningún principio ni fundamento sólido que científicamente pueda conducirnos a prever el tiempo que pueda ocurrir más allá de dos o tres días a lo sumo, y que todo lo demás es una quimera. Y en realidad es así; el estado de la ciencia conocida no da de si otra cosa. Pero la Meteorología está en condiciones de realizar progresos como las demás ciencias y nadie sin evidente temeridad puede negar la posibilidad de esos progresos. Lo único que indudablemente puede ser motivo de dudar, a pesar de los hechos, es que yo lo haya conseguido

Noherlesoom dejaba esa incógnita en el aire y durante los años siguientes siguió justificando sus pronósticos de largo plazo en base a sus novedosos métodos que nunca llegaba a explicar con detalle, pero de los que siempre aseguraba que superaban con creces a los obsoletos métodos tradicionales de la predicción a corto plazo. La predicción para los quince días en lenguaje claro iba acompañada de sus famosos mapas, en tinta azul a partir del número 5. Ocupaban parte del Atlántico y del continente europeo y eran de dos tipos. Un mapa general con el movimiento previsto de las depresiones y varios mapas de isobaras con las situaciones previstas para todos los días de la quincena (las isobaras estaban trazadas de 2 en 2 milímetros de mercurio con valores positivos o negativos respecto a la presión media, según explicaba Noherlesoom)

Francisco León Hermoso, Alias “noherlesoom” (1843-1897)
Mapas de predicción realizados en el boletín mencionado. Ver texto para detalles.

El boletín no dejó de publicarse ni una sola quincena entre febrero de 1890 y agosto de 1897, lo que hace un total de 181 números. Alcanzó un gran número de suscriptores, muchos de ellos entre las instituciones oficiales, de lo que se enorgullecía Don Francisco. La suscripción anual costaba 5 pesetas en Madrid y 6 en provincias lo que podría equivaler en los tiempos actuales a unas 5.000 – 7.000 pesetas y los ingresos le permitían mantener su administración en un lugar tan céntrico como los números 81 y 83 de la calle Mayor de Madrid. Noherlesoom se convirtió así en el primer explotador privado de la meteorología en España. La predicción del boletín se completaba con artículos de divulgación sobre meteorología y temas asociados, descripción de aparatos, biografías, datos, comentarios, curiosidades geográficas, actas de congresos etc. La colección de los “boletines meteorológicos” constituye una valiosa fuente histórica sobre la actividad meteorológica nacional e internacional a finales del siglo XIX.

Como era de esperar las críticas de los estamentos oficiales de la meteorología hacia los fundamentos científicos de las predicciones de León Hermoso no se hicieron esperar. Pero Noherlesoom no sólo no se arredró sino que contraatacó desde la tribuna de su boletín convirtiéndose a su vez en un feroz crítico de la meteorología oficial y especialmente de sus fracasos en la predicción del tiempo, bastante frecuentes como es de suponer en aquella época en que la predicción científica del tiempo estaba en su primera juventud. El boletín fue progresivamente dedicando más textos y editoriales a esa defensa mediante contraataque.

Aunque el blanco más frecuente de las críticas de Noherlesoom era el Observatorio de Madrid tampoco se libraban los servicios meteorológicos oficiales de allende nuestras fronteras cuyos frecuentes fallos en la predicción eran oportunamente puestos de manifiesto Así por ejemplo la imprevisión de una potente borrasca que afectó el occidente europeo los días 11-12 de noviembre de 1894 sirvieron a D. Francisco para una larga disquisición sobre la superioridad de su sistema de previsión del tiempo cuyos fundamentos nunca acababa de concretar. En aquel artículo hacia blanco principal de sus críticas al Servicio Meteorológico francés aunque puntualizando que "... no empleo tan duros calificativos en son de censura de aquella célebre Oficina Central Meteorológica, donde hay personas competentísimas en la ciencia del tiempo, y que respeto como el que más, sino para hacer constar con toda claridad, y sin que deje lugar a dudas, la superioridad de las leyes por mi descubiertas y la inutilidad y la ineficacia del sistema de previsión del tiempo que se sigue por los servicios meteorológicos oficiales". Sus críticas a la Oficina francesa se repitieron con frecuencia sobre todo por la imprevisión de algunos fenómenos severos de gran resonancia como el tornado de París del 10 de septiembre de 1896, el de Colombes el 18 de junio de 1897 o las heladas extraordinarias de mayo de 1897. Ni siquiera la Meteorological Office del Reino Unido quedó exenta en más de una ocasión de las censuras de Noherlesoom.

La Tormenta de Cádiz de marzo de 1895

Noherlesoom echó el resto con motivo de la tormenta del 10 de marzo de 1895 que afectó al golfo de Cádiz, ocasionando el trágico y misterioso naufragio del crucero Reina Regente que había zarpado ese día de Tanger rumbo a Cádiz y desapareció en el estrecho con sus 412 tripulantes sin que jamás se encontraran restos. La presencia y efectos de la depresión, que tuvo sin dudad bastante intensidad (en Cádiz se registraron fuertes lluvias y vientos de más de 60 Km/h) no fueron avisados en los partes de los servicios meteorológicos oficiales de España y Portugal del día 9 de marzo, pero el caso es que en el boletín de Noherlesoom de fecha 1 de marzo figuraba lo siguiente: "Domingo 10. Al SO de Portugal habrá un centro de depresiones en este día, que será el que más influencia ejercerá en nuestra Península, ... desde este día adquirirá grandes proporciones el temporal en la Europa occidental, y también en nuestra Península."

La ocasión no pudo ser más oportuna para que Don Francisco arremetiese contra sus detractores, porque precisamente cuatro días antes el Diario Meteorológico que publicaba el Heraldo de Madrid, diario de la noche, incluía una columna titulada "Un pronosticador del tiempo" que entre otras frases decía "La humanidad ha sido siempre muy crédula. Los disparates más extravagantes has tenido en todas épocas adeptos, secuaces y creyentes. Lo maravilloso recluta y seguirá reclutando tantos admiradores como ignorantes haya. ¡Y cuidado si abundan los ignorantes! En pronosticar el tiempo es proverbial la raza de los profetas ... Sin más fundamento científico, ó con fundamento parecido, suelen popularizarse aún, en la época presente, algunos profetas-tempestuosos" .

Francisco León Hermoso, Alias “noherlesoom” (1843-1897)
Fotografía del buque de guerra español Reina Regente.

Noherlesoom aprovechó la ocasión como correspondía y desde luego, en este caso al menos, con todas las pruebas de su parte. Publicó expresamente un suplemento especial de su Boletín, donde además de resaltar el fracaso de las predicciones oficiales y el acierto de las que él había efectuado con diez días de antelación, volcaba toda su artillería contra el Observatorio Astronómico y Meteorológico de Madrid a quien suponía inspirador del diario meteorológico que publicaba El Heraldo. Aprovechó para retar a su viejo enemigo, el Director Sr. Merino, a público debate científico: "Aquí no hay más que dos caminos: O que D. Miguel Merino, acepte la discusión a que le he invitado, para que venza el que más sepa, o callarse para siempre y quedar condenado a perpetuo silencio, respecto de Noherlesoom y su obra."

Sin duda la popularidad del Boletín de Noherlesoom y la certeza de su pronóstico a largo plazo de la borrasca gaditana hizo que El Heraldo publicase una nota apaciguadora donde se atribuía la única responsabilidad de lo que publicaba y observaba que "es calumnioso afirmar que hayamos llamado ignorantes a los admiradores de Noherlesoom. Estamos decididos a ser los más entusiastas propagandistas del Sr. Noherlesoom el día que dejando el misterio, exponga con claridad los principios por él descubiertos ... Por el pronto, nosotros, en la confianza de que ha de complacernos, suspenderemos, por ahora, todo juicio acerca de sus nuevos pronósticos, a reserva naturalmente, de estar a la vista, para que no nos cojan desprevenidos las tormentas". A esa nota Noherlesoom respondió en el boletín insistiendo en su seguridad de que era el Observatorio de Madrid quien estaba detrás del Heraldo, reiterando sus críticas al Sr. Merino y como siempre evadiendo con circunloquios la explicación sobre los revolucionarios métodos en que basaba sus predicciones.

Un aspecto interesante es que Noherlesoom eximió siempre de sus ataques y diatribas a la meteorología oficial al otro organismo que compartía labores meteorológicas con el Observatorio Astronómico desde 1893, el joven Instituto Central Meteorológico, actual Instituto Nacional de Meteorología. Precisamente el boletín había incluido en varios números la relación de los debates que tuvieron lugar en el Congreso de los Diputados sobre la creación, supresión y reinstauración del Instituto en 1892. Únicamente sacó a colación más de una vez en el Boletín la desconfianza que le producía el que las temperaturas observadas por los dos organismos situados ambos en el Parque del Retiro de Madrid, a unos 400 metros de distancia difiriesen a menudo en 2 o 3 grados.

D. Francisco León Hermoso era un ferviente católico – más de una vez se quejó de que la prensa confesional se sumara a las críticas a sus predicciones – y visitaba Lourdes cada año, lo que hace difícil eludir el chiste fácil de que quizá rogando a Nuestra Señora el milagro del acierto en sus arriesgadas predicciones. Allí le sorprendió la muerte repentinamente el 25 de Julio de 1897. El siguiente número del boletín, donde se daba la triste noticia, fue el último que se publicó, cosa lógica porque Noherlesoom era su autor principal e inimitable. Con él pasó a la historia la publicación que popularizó la meteorología en España y que dejó inscrito en su historia a un heterodoxo, si se quiere un salteador de la ciencia, al menos de la poca ciencia atmosférica que relucía en aquel tiempo, pero desde luego a un pionero, un gran precursor de la información del tiempo.

Referencias

El boletín meteorológico de Noherlesoom

Foto del Reina Regente tomada de

http://www.revistanaval.com/armada/buques1/rregente.htm

Esta entrada se publicó en Reportajes en 28 Sep 2010 por Francisco Martín León