Frío extremo y salud. Parte III

Otras enfermedades cuya incidencia o gravedad aumenta con el frío

Es bien conocido el aumento de patología infecciosa vírica: resfriado común, gripe y otras viriasis respiratorias.

Igualmente el frío, sobre todo si se acompaña de un alto grado de humedad, aumenta la sintomatología de los pacientes reumáticos, fundamentalmente el dolor de las articulaciones afectadas.

Otras menos conocidas: Eczema atópico, Parálisis de Bell.

Ambientales

Además de las bajas temperaturas, la velocidad del viento, la duración de la exposición y la humedad de los tejidos desempeñan un papel fundamental.

Personales

  • Edades extremas (ancianos, lactantes). Los mecanismos defensivos ante el frío (vasoconstricción, tiritona) se encuentran debilitados en muchas personas mayores lo cual tiene que ver, entre otras razones, con una percepción disminuida de los cambios de temperatura que impide la adecuada respuesta adaptativa.
  • Desnutrición.
  • Consumo de fármacos (vasodilatadores, depresores del sistema nervioso central, relajantes musculares).
  • Intoxicación etílica.
  • Enfermedades neurológicas.
  • Trastornos psíquicos.
  • Hipotiroidismo.
  • Agotamiento físico.
  • Estatus socioeconómico bajo (pobres, personas sin hogar…) que implica ropa de abrigo deficiente, vivienda insalubre, mal aislada, sin calefacción, etc. Hay estudios que indican que la mayoría de los ancianos con hipotermia proceden de su domicilio, no de la calle. En Gran Bretaña, la magnitud del exceso de mortalidad en invierno es dos veces más elevada en los hombres de la clase social V (la más baja) que en los hombres de la clase social I.

Cabe mencionar como un grupo de riesgo especial, además, el grupo de alpinistas, montañeros, cazadores y similares.

En el caso concreto de la lesión local por frío (congelación), hay una serie de factores de riesgo adicionales:

Dado que en el caso de la congelación la lesión se produce en las partes periféricas del cuerpo, todas aquellas circunstancias que dificultan la llegada de la sangre a dichas zonas aumenta el riesgo. Entre ellas:

  • Enfermedades que cursan con vasculopatía periférica: arterioesclerosis, diabetes, enfermedad de Raynaud, acrocianosis.
  • Toma de medicamentos que disminuyan el flujo de sangre hacia la piel como los betabloqueantes.
  • Tabaquismo.
  • Enfermedades que cursan con neuropatía periférica: diabetes, Guillén-Barré, colagenosis, traumatismos con lesión de nervios periféricos, etc.
  • La aclimatación al frío es protectora contra la lesión tisular, en tanto que sufrir una vez congelación duplica el riesgo de experimentar una segunda lesión por frío.

Medidas individuales

En el hogar

Conviene tener un termómetro en el interior de la casa (lo ideal es tener uno que marque temperatura interior y exterior) para ajustar las medidas que se tomen a la temperatura existente.

Atención especial merece el control de la temperatura en la habitación donde duerman los bebés y los ancianos que son dos grupos especialmente vulnerables al frío.

Procurar un buen aislamiento térmico de la vivienda evitando las corrientes de aire y las pérdidas de calor por las puertas y ventanas. Utilizar el sistema de calefacción de que se disponga con objeto de mantener una temperatura mínima de 19 ºC.

Cerrar las habitaciones que no se utilicen

Procurar no estar sentado o quieto durante mucho tiempo. La actividad genera calor: moverse, hacer trabajos domésticos, etc., ayudan a combatir el frío.

Tener precaución con las estufas de leña y de gas para evitar riesgos de incendio o intoxicación por monóxido de carbono.

Asegurarse de que funcionan bien antes de ponerlas en funcionamiento y de que las salidas de aire no están obstruidas.

Ropa

Estará en función de la temperatura que se consiga en el interior de la vivienda. No debe pretenderse estar con vestimenta veraniega. Una temperatura de 20-22 grados es suficiente. Si no se dispone de un buen sistema de calefacción será necesario abrigarse más, con prendas que eviten al máximo la pérdida de calor (ropa interior de termolactyl, jerseys y calcetines de lana, guantes, etc., teniendo en cuenta que varias capas de ropa fina protegen más del frío que una sola más gruesa, ya que se forman cámaras de aire aislante entre las capas. Para personas que viven en casas en mal estado de conservación o infraviviendas, frías y húmedas, y con escasos recursos económicos, puede llegar a ser necesario extremar la utilización de prendas de abrigo, incluso al acostarse. Conviene recordar en este sentido que por la cabeza y los pies se pierde una gran cantidad de calor, por tanto, para personas que viven en esta situación de necesidad, llevar gorro y calcetines de lana, aun en el interior de la vivienda, puede resultar muy útil. También puede ayudar una bolsa de agua caliente para calentar las sábanas.

Alimentación

Los alimentos proporcionan calor a nuestro cuerpo. El frío hace que aumenten las necesidades calóricas y por tanto el consumo de alimentos.

Conviene hacer comidas calientes que aporten la energía necesaria (legumbres, sopa de pasta, etc.) y proporcionen además calor "psicológico" sin renunciar a una alimentación variada que incluya el resto de alimentos (verduras, fruta, carne, huevos, pescado, cereales, leche, etc.). A lo largo del día y antes de acostarse una taza de alguna bebida caliente (caldo, cacao, té, leche) ayuda a mantener la temperatura corporal y es muy reconfortante.

El alcohol, al producir vasodilatación, hace que el cuerpo pierda calor y debe evitarse cuando se está expuesto al frío.

Fuera de casa

Limitar al máximo las actividades exteriores, especialmente si se pertenece a algún grupo de riesgo.

Si es preciso salir al exterior, sobre todo si hay mucho viento:

Permanecer en el exterior el mínimo tiempo posible.

Utilizar una prenda de abrigo resistente al viento y la humedad preferiblemente, y por debajo de ella, varias capas de ropa no apretada. Prestar especial atención a la cabeza (gorro de lana, pasamontañas, sombrero), cuello (bufanda), pies (calzado resistente al agua, calcetines de algodón y lana) y manos (guantes o manoplas).

Evitar el agotamiento físico: el frío supone ya de por sí una sobrecarga para el corazón. En caso de tener que realizar un trabajo físico bajo el frío, debe hacerse con precaución, suavemente, procurando no agotarse, especialmente si se sufre alguna dolencia de tipo cardiorrespiratorio o hipertensión.

Procurar permanecer seco: la ropa mojada enfría el cuerpo rápidamente. La tiritona continuada es una excelente señal de que no debe continuarse en el exterior.

Extremar la precaución en caso de hielo en las calles. Un elevado porcentaje de lesiones relacionadas con el frío tiene que ver con caídas al resbalar sobre placas de hielo. Utilizar calzado antideslizante si es posible.

Viajes en coche

Si resulta indispensable viajar durante una ola de frío conviene seguir los siguientes consejos:

Informarse de la predicción meteorológica y del estado de las carreteras.

Revisar el estado del vehículo antes de iniciar el viaje (neumáticos,

frenos, luces, anticongelante, etc.) y llevar el depósito lleno.

Evitar las carreteras heladas o con nieve. Llevar siempre cadenas.

Llevar un teléfono móvil, alimentos, agua, mantas, ropa de repuesto y la medicación habitual que se esté tomando.

En caso de quedar bloqueado

Permanecer dentro del coche es a menudo la opción más segura hasta que se resuelve el bloqueo o llegan los auxilios.

Cubrirse con todas las ropas de abrigo disponibles

Permanecer despierto. Se es menos vulnerable a los efectos del frío.

Poner el motor en marcha y la calefacción del coche durante

10 minutos cada hora mientras se baja la ventanilla unos milímetros

para dejar que entre aire. Asegurarse de que (si hay nieve) el tubo de escape no está bloqueado, así se disminuirá el riesgo de intoxicación por CO.

Mientras se permanece en el interior del vehículo mover brazos, manos y piernas para mejorar la circulación sanguínea y generar calor.

Frío extremo y salud

Parte I https://www.tiempo.com/ram/146642/frio-extremo-y-salud-parte-i/

Parte II https://www.tiempo.com/ram/147232/frio-extremo-y-salud-parte-ii/

Parte IV https://www.tiempo.com/ram/148112/frio-extremo-y-salud-parte-iv/

Fuente: Variables meteorológicas y salud. Documentos de Sanidad Ambiental. Comunidad de Madrid, 2006

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Esta entrada se publicó en Reportajes en 22 Ene 2015 por Francisco Martín León