¿Qué pasará tras la superborrasca ExErin? Así afectará a España el nuevo patrón de tiempo previsto por el modelo europeo

Este fin de semana Erin interaccionará con el chorro polar, zarandeándolo. Esto podría traer un cambio de patrón meteorológico a España: aquí analizamos sus posibles efectos en el tiempo.

El verano climatológico se puede despedir con chubascos tormentosos y sin grandes calores.


En los últimos días la situación meteorológica ha seguido condicionada por la presencia de una potente dorsal anticiclónica sobre el suroeste de Europa y el Mediterráneo occidental, mientras varias vaguadas se sucedían en el Atlántico próximo sin llegar a irrumpir directamente en Europa. Estas vaguadas además favorecían que las masas de aire cálido en todos los niveles ascendieran desde latitudes subtropicales hasta el sur del continente, pero también inducían una ligera inestabilidad atmosférica.

Erin se incorporará al chorro polar

Esto, traducido en una cierta flotabilidad del aire en algunas regiones, facilitaba el desarrollo de tormentas en áreas donde la humedad de las brisas marinas llegaban, pero también permitía que los gigantescos incendios forestales que asolan el noroeste peninsular adquirieran un comportamiento convectivo y extremo. Actualmente, el mayor acercamiento de esas vaguadas y un desplazamiento de las altas presiones hacia el norte ha permitido la entrada de aire más fresco en nuestro territorio.

¿Qué es el chorro polar?
También se conoce como corriente en chorro o “jet stream”. Se trata de un canal de vientos muy fuertes en forma de tubo que discurre a unos 9-16 km sobre la superficie terrestre.

Lo podemos ver como un río donde el aire discurre a velocidades de 100-250 km/h, con longitudes de miles de kilómetros, pero sólo unos pocos de ancho.

Estas ondas seguirán sucediéndose y acercándose; y está previsto que una de ellas cierre su circulación formando una pequeña DANA sobre la Península Ibérica que alterará la situación meteorológica durante el fin de semana, dejando tormentas dispersas que en puntos del este peninsular pueden ser fuertes. Sin embargo, lo más destacable a gran escala lo encontramos en el Atlántico: el gigantesco huracán Erin se extratropicalizará, incorporándose al chorro polar y alterándolo de forma apreciable.

NAO negativa y un chorro polar más bajo de latitud

Como consecuencia de este gran proceso de extratropicalización, en el que el huracán Erin perderá sus características tropicales y se transformará en una gran borrasca, grandes masas de aire cálido en niveles medios y altos serán desviadas hasta latitudes polares,. Ello permitirá que las altas presiones puedan estabilizarse en el extremo norte del Atlántico, obligando a las borrascas a discurrir algo más al sur de tal forma que tengan una mayor probabilidad de afectar al oeste y sur de Europa.

El patrón de NAO- será dominante durante los últimos días de agosto.

Precisamente una presión mayor a la habitual en el entorno de Islandia contrastando con un debilitamiento o desplazamiento del Anticiclón de las Azores es lo que permite establecer el patrón de NAO negativa, al disminuir el gradiente de presión típico entre las dos zonas. El chorro polar descenderá de latitud en consecuencia, facilitando la formación de sistemas de bajas presiones más al sur que podrían afectar a la Península Ibérica.

Temperaturas más frescas y lluvias en varias regiones

Lo más probable es que la borrasca Ex-Erin se mantenga en las inmediaciones de las Islas Británicas y acabe uniéndose a una familia de borrascas que permanezcan en la zona durante toda la próxima semana. Estas borrascas desplazarán el aire cálido hacia el este y empujarán aire de procedencia marítimo polar sobre el extremo occidental de Europa.

La precipitación acumulada prevista en los próximos 5 días muestra cómo los acumulados empezarán a ser apreciables en el noroeste, mientras que en el este predominarán las tormentas irregulares.

Cabe esperar, en definitiva, que las temperaturas durante los últimos días de agosto ronden la media de la época en la Península e incluso que puedan ser ligeramente frescas para la época en toda la vertiente atlántica. Un final más o menos apacible del verano climatológico de 2025.

Los frentes de estas borrascas también llegarán a rozar la Península, dejando precipitaciones en el norte y oeste. En el resto del territorio las lluvias podrían caer de forma más irregular en forma de chubascos y tormentas, especialmente en el este. Esta situación, aunque con una incertidumbre significativa, se mantendría hasta los primeros días de septiembre.