Adiós al bloqueo de borrascas: chorro polar a toda máquina, muy pronto

Después de una segunda mitad del invierno marcada por los bloqueos anticiclónicos y un chorro polar muy ondulado, la primavera meteorológica comienza con notables diferencias: la próxima semana el chorro acelerará sobre Europa y las borrascas atlánticas circularán por el continente.

Chorro polar
La circulación zonal traerá aire limpio y húmedo procedente del Atlántico durante la próxima semana. Limpiará la atmósfera de polvo en suspensión, devolviendo al paisaje su nitidez y colores originales.

La segunda mitad del invierno se ha caracterizado por presentar una circulación de latitudes medias menos intensa y muy ondulada, con bloqueos persistentes que resultaban en grandes ondas prácticamente estacionarias durante muchos días. Esto ha facilitado el desplazamiento de masas de aire muy lejos de su latitud de origen, provocando intensas olas de frío en América del Norte y la mitad este de Europa. Mientras tanto, en el oeste de nuestro continente ha predominado el aire cálido, en algunos casos procedente del desierto del Sáhara, lo que ha dando lugar a intensos eventos de calima y polvo en suspensión que se han hecho notar en la Península Ibérica hasta esta misma semana.

Sin embargo, esta situación va a cambiar rápidamente a gran escala: el chorro polar tenderá a intensificarse y la circulación zonal ganará protagonismo en todo el continente. No obstante, seguirán produciéndose ondas que darán lugar a vaguadas y dorsales pero en este caso móviles y de menor amplitud, lo que dificultará que las masas de aire se alejen tanto de su latitud de origen.

Este escenario favorecerá que las temperaturas se aproximen algo más a las correspondientes para la época del año, pero también desencadenará una sucesión de borrascas que cruzarán el continente de oeste a este. Estos sistemas de bajas presiones afectarán especialmente a los países del oeste y norte, aunque sus frentes se notarán en prácticamente todo el territorio, incluyendo a los países del Mediterráneo. Las heladas y nevadas quedarán cada vez más restringidas al extremo oriental, zonas de montaña y entorno del mar Báltico, mientras que la masa de aire africano que afecta a la zona mediterránea será barrida del continente.

El cambio también se notará en la Península Ibérica

En nuestra región, las borrascas tendrán un impacto menor, al menos en los próximos días, ya que discurrirán sobre las Islas Británicas y entrarán en Europa por el Mar del Norte. Sin embargo, tendrán también consecuencias: la primera y más inmediata será la entrada de aire procedente del Atlántico que barrerá la masa de aire que nos afecta actualmente y por tanto el polvo en suspensión, eliminando la calima.

Por otra parte, aunque las borrascas nos afectarán indirectamente, sí que llegarán algunos de sus frentes al norte peninsular, dejando nubosidad variable y algunas precipitaciones a partir de mediados de semana en zonas de montaña y tercio norte. Otro cambio destacable se notará en zonas costeras del norte. Tanto en Galicia como en el Cantábrico, durante la segunda mitad de la semana aumentará considerablemente la altura del oleaje siendo muy probable que alcance o supere los 4 metros.

¿Durará mucho este nuevo escenario?

Lo cierto es que la primavera es una época de grandes cambios en el ámbito meteorológico a medida que la radiación solar aumenta en nuestro hemisferio. Por lo general, los patrones de circulación zonal persistente no suelen ser tan frecuentes como en otoño o invierno, por lo que no es descartable que a largo plazo la corriente en chorro se debilite de nuevo o cambie completamente de patrón apareciendo nuevos bloqueos. Estos meses se caracterizan por ser especialmente complejos y la incertidumbre en las predicciones a medio y largo plazo se incrementa aún mas con respecto al invierno.