Cuidados del jazmín en maceta y jardín. Tipos y características
Aunque el jazmín es una planta bastante resistente, no está exenta de sufrir ataques de plagas o enfermedades si no se le presta la atención necesaria. Detectar los síntomas a tiempo y aplicar los cuidados adecuados marcará la diferencia.

¿Te imaginas abrir la ventana por la mañana y que el aire se llene con un aroma dulce y envolvente? Eso es lo que puede ofrecerte el jazmín, una de las plantas más elegantes que se pueden tener o en casa o en el jardín. Pero, ¿qué cuidados especiales necesita esta planta?
¿Cuántos tipos de jazmín existen?
Antes de lanzarte a plantar jazmines, es importante conocer las especies más populares y sus particularidades. Aunque todos comparten una elegancia natural, no todos tienen las mismas necesidades ni características estéticas.
- Jazmín común (Jasminum officinale): Trepadora clásica, ideal para cubrir paredes y pérgolas, con flores blancas muy perfumadas que aparecen en verano y otoño.
- Jazmín estrella (Trachelospermum jasminoides): De hoja perenne, produce flores blancas en forma de estrella y es muy resistente. Su fragancia lo hace perfecto para entradas o terrazas.
- Jazmín amarillo (Jasminum mesnyi): De floración primaveral, este arbusto perenne luce flores amarillas y un crecimiento más horizontal. Aunque menos fragante, es muy vistoso.
- Jazmín de invierno (Jasminum nudiflorum): Aporta color en los meses fríos con sus flores amarillas. No es muy aromático, pero es ideal para climas fríos.
- Jazmín árabe (Jasminum sambac): Compacto y de hoja perenne, destaca por su intenso perfume. Muy utilizado para elaborar té y en arreglos florales.
- Jazmín de Madagascar (Stephanotis floribunda): Aunque no es un jazmín auténtico, se cultiva por sus flores blancas y fragancia intensa. Perfecto para interiores luminosos o exteriores cálidos.

Cómo se cultiva el jazmín
El cultivo del jazmín requiere elegir la variedad adecuada y proporcionarle las condiciones óptimas para su desarrollo. Ya sea en maceta o en jardín, necesita una ubicación con luz abundante pero sin sol directo en las horas más intensas, sobre todo en climas cálidos. El suelo debe ser fértil, bien aireado y con buen drenaje; en maceta, se recomienda una capa de grava en el fondo.
Durante la primavera y el verano, el riego debe ser regular para mantener la humedad sin encharcar; en invierno, se reduce. Es fundamental vaciar el platillo tras el riego en plantas en maceta.
Para favorecer la floración, se aconseja abonar una vez al mes con fertilizante líquido equilibrado en la temporada de crecimiento. Tras la floración, una poda ligera ayuda a mantener la forma y estimula nuevos brotes. En zonas con heladas, conviene proteger la planta, ya sea cubriéndola o trasladándola al interior si es una variedad sensible.
Enfermedades y plagas comunes del jazmín
El jazmín es una planta resistente, pero no está libre de sufrir ataques de plagas o enfermedades si no se le brindan los cuidados adecuados. Entre los problemas más frecuentes están los pulgones y las cochinillas, pequeños insectos que se alimentan de la savia y debilitan la planta. Para combatirlos, es útil rociar las hojas con agua jabonosa o emplear insecticidas ecológicos.
También pueden aparecer plagas como la mosca blanca o los ácaros, que provocan daños visibles en el follaje, como decoloración o sequedad. En estos casos, se recomienda el uso de trampas adhesivas o productos específicos.

En cuanto a enfermedades, una de las más comunes es el oídio, un hongo que se manifiesta como una capa blanca sobre las hojas. Para prevenir su aparición, es fundamental garantizar una buena ventilación y evitar el exceso de humedad. Si ya ha aparecido, se puede tratar con fungicidas adecuados.
Otro problema habitual es la podredumbre de las raíces, causada por un riego excesivo o mal drenaje. Para evitarla, es esencial que el sustrato drene bien y que no se acumule agua en la base de la maceta. Además, si notas que las hojas se vuelven amarillas pero conservan las nervaduras verdes, probablemente se trate de clorosis férrica, que se corrige con suplementos de hierro.
Con unos pocos cuidados, puedes disfrutar de la floración del jazmín año tras año y dejarte seducir por su magia natural.